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Una noche de alquimia musical: Aitana despliega su magia con su último álbum 'Alpha'

La artista catalana despliega su incontenible energía en un espectáculo vibrante, inundado de ritmos house y coreografías que desafían los sentidos con su audacia y sensualidad

Emilia se corona como la reina del escenario con un show apoteósico

Un encuentro entre dos grandes estrellas del pop: Emilia y Aitana en Concert Music Festival

Aitana, durante su actuación en Concert Music Festival / JESÚS MARÍN
Carla Gómez

13 de julio 2024 - 00:11

Lejos quedó aquella niña que soñaba con un destino musical. Desde los primeros compases de su carrera, Aitana ha demostrado incansablemente lo que la distingue, esculpiendo su evolución artística hasta brillar como una luminaria en el firmamento de la música. Su ascenso imparable se hizo evidente una vez más en la mágica noche del viernes en Concert Music Festival. Con un carisma arrollador, empoderada y radiante de alegría, la artista se adueñó del escenario del Lenovo Motorola para presentar su más reciente gira, Alpha. Este tour, el más ambicioso de su carrera, no sólo explora nuevas dimensiones emocionales, sino que también se aventura en sonidos y experiencias inéditas. Una sucesión de cartas de amor, desamor y melancolía, dedicadas a los dos grandes protagonistas del disco: Sebastián Yatra y Miguel Bernardeau.

El evento, una sinfonía perfecta de emoción, energía y talento, mostró a una Aitana más crecida y madura que nunca. Las letras de sus canciones, que abordan con valentía la sexualidad y la sensualidad femenina, se entrelazan con un sonido electrónico vibrante. Este nuevo estilo le permite desplegar coreografías más sensuales y atrevidas, transformando el escenario en un espacio de audacia y arte sublime.

Concert Music Festival se convirtió en un hervidero de sentimientos. El público enloquecía minutos antes de la puesta en escena, y yo no podía evitar sentirme contagiada por la electricidad que inundaba el aire. De repente, un sonido electrizante apareció en la pantalla, anunciando el inicio de su nuevo tour Alpha. La anticipación alcanzó su punto máximo cuando la palabra dance parpadeó en la pantalla, activando a la multitud. Aitana apareció en el escenario como una diosa moderna, vestida con un traje negro de transparencias. Moviendo la cabeza de un lado a otro, invitaba a sus fieles seguidores a bailar con ella, mientras se escuchaba un dance with me de fondo.

Su voz, potente y melodiosa, avivó el ambiente con las primeras notas de Los Ángeles, el tema inaugural de su nuevo álbum. La multitud respondió con un grito ensordecedor, coreando su nombre: “¡Aitana, Aitana!”. Una mezcla de admiración y júbilo se palpaban en la atmósfera, conectando instantáneamente con la artista que muchos habían esperado ver en directo durante meses.

Tras arrancar con los famosos versos “Yo quiero otra noche más...”, la cantante dio paso a 2 Extraños, otra de las canciones de este nuevo disco que exprime al máximo el pop electrónico de finales de los 90. Con una puesta en escena deslumbrante y bañada en luces que se mantendrían durante todo el concierto, la joven cantante desató una sinfonía visual y sonora que combinó coreografías pausadas con un ritmo house . Los bailes sensuales hipnotizaron al público, atrapándolo en un trance del que nadie quería escapar. Cada movimiento parecía calculado para mantenernos al borde de nuestros asientos, y la intensidad no hacía más que aumentar. Sus pasos marcados, casi robóticos, añadían un toque de sofisticación y control.

El repertorio, meticulosamente seleccionado, transportó a los asistentes en un viaje a través de los éxitos más icónicos de su carrera, como Vas a Quedarte y Miamor, así como a través de las nuevas joyas de su último álbum, Alpha.

“Buenas noches, Chiclana, ¿cómo estamos? Hoy tenía ganas de venir porque tengo un recuerdo precioso de esta tierra. En mi primera gira cantamos aquí mismo. Esta noche es para divertirnos. ¿Estáis a tope o no? Esta noche es para disfrutar”. Y así fue. Todo el mundo disfrutaba de ese momento, algunos bailaban, otros reían, pero lo que estaba claro es que todos compartían la ilusión de ver a su artista favorita en Sancti Petri, rodeados de sus seres queridos, amigos o pareja. Era una noche para recordar y ellos lo sabían.

Dararí comenzó a sonar y sus fans acompañaron a la catalana mientras vibraban y saltaban de la emoción. Las luces amarillas que se desprendían del escenario transmitían esa luz tan radiante que derrocha esta reina del pop, quien se alzó al cielo con un baile tecno para reafirmar que era la estrella de la noche.

La cantante proseguía interactuando con su público: “¿Cómo están todos esos corazones rotos? Que levanten la mano aquellas personas a quienes les han roto alguna vez el corazón”. Con estas duras palabras interpretó Ahora que ya no estás. “Sabes que lo que pasó, pasó. Este amor no acabó, este amor lo acabaste. Si ya no queda nada entre tú y yo. Fue ese orgullo tuyo por el que la cagaste”. Se podía apreciar que mucha gente había sufrido, pero todos los asistentes se unieron para disfrutar y sanar el pasado. La música electrónica y cada acorde representaban el latido de los corazones que acompañaban la actuación de la cantante.

A medida que la noche avanzaba, Aitana no sólo deslumbró con su voz cristalina y poderosa, sino que también mostró su versatilidad al interpretar diferentes géneros y estilos. Desde baladas conmovedoras hasta ritmos pegajosos, cada momento del concierto fue un despliegue de talento y profesionalismo.

“Realmente es muy heavy, se os escucha un montón, es increíble. Lo estáis dando todo. Muchas gracias, Chiclana. Mi segundo disco, 11 razones, fue muy importante para mí y quiero que también cantéis las canciones fuertemente”. Con ello dio paso a la canción Igual. La pantalla se oscureció de un tono gris, blanco y negro, como si retrocediera al pasado para recordar esos momentos tan tristes y duros que vivió. La cantó en solitario, sin sus bailarines, transmitía tristeza, dulzura y a la vez daño, pero ahí estaba su público para acompañarla. Con este álbum llegaron los momentos más melancólicos de la noche. Con No te has ido y ya te extraño y Más, creó una atmósfera de añoranza y conexión con el público.

No hizo falta nada más que la artista sentada en medio del escenario, en solitario, para apoderarse del escenario y llevarnos hacia un viaje al pasado, un viaje a los recuerdos. El público, con lágrimas en los ojos, sabía que las letras venían desde lo más profundo del corazón, desde el alma tan transparente que tiene Aitana y que la han convertido en una de las artistas más características de la industria musical.

En el show tampoco faltaron algunos temas icónicos como Tu foto del DNI que canta junto a su mejor amigo Marmi, 24 rosas, Hermosa casualidad o Quieres, que fueron un viaje a través de emociones variadas, con momentos de perreo que hicieron enloquecer a las más jóvenes. Alpha y Mariposas mantuvieron el ritmo alto, con coreografías que hacían bailar a todos.

“Esta canción la sabréis los padres, los abuelos y los niños, porque a ver, Chiclana, sois increíbles”. Mon Amour se adueñó del momento culminante, y así respondió el público con una marea de gritos que deseaban escuchar los primeros acordes de este mítico hit que alcanzó 6.5 millones de visualizaciones y que sin duda robó el corazón de todos los presentes. "Que somos Chiclana, increíbles", y todo el mundo saltó hasta llegar a lo más alto.

Aitana, tan reconocida por su dulzura, no quería abandonar el escenario sin antes hablar del amor, y es que su corazón parece haberse ilusionado otra vez. "Esta noche, supongo que habéis venido con alguien que queréis mucho. Giraros y dadle un fuerte abrazo. Akureyri, te la dedico a ti, Sebastián Yatra”.

Todavía quedaba el momento culminante de la noche. “Quiero bailar perreando toda la noche, con las babies”. Las Babys no dejó indiferente a nadie; daba igual la edad, todo el mundo quería hacer una cosa: bailar toda la noche hasta que los primeros rayos de sol aparecieran. La noche era joven. Todo el mundo se la sabía y los más pequeños reprodujeron la famosa coreografía del tema.

“Muchas gracias, Chiclana. Nos queda una última canción, pero no quería irme sin dar un aplauso a los bailarines y a mi banda, que sin ellos nada de esto sería posible, y por supuesto, sin vosotros. Os quiero”. Acabó cerrando el show con Formentera, dejando tras de sí una estela de emoción y recuerdos inolvidables.

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