Alfredo Rodríguez Trío en Chiclana: “La llevo en las venas, pero siento que ya no pertenezco a Cuba”

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Junto a Michael Olivera y Yarel Hernández, el pianista cubano colmará de ‘sonido Miami’, este próximo 16 de agosto, el escenario de Royal Hideaway Sessions

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Un bastión de cercanía, calidad y coherencia

De izquierda a derecha, Michael Olivera, Alfredo Rodríguez y Yarel Hernández conforman Alfredo Rodríguez Trío.
De izquierda a derecha, Michael Olivera, Alfredo Rodríguez y Yarel Hernández conforman Alfredo Rodríguez Trío. / Diego García

Pregunta.Paco de Lucía, Chano Domínguez, Pedro Cortejosa... Cádiz tiene una relación muy fructífera con el jazz y la fusión. ¿Qué espera encontrar en su visita a esta tierra?

Respuesta.He tenido la suerte de visitar Cádiz antes. Tocamos el año pasado en Jazz Vejer. Y he estado muchas veces por el sur de España, colaborado con músicos que me encantan. Tengo muchas amistades y la música flamenca me atrae muchísimo. A gente como Paco los he estudiado y escuchado mucho. Siempre volver y presentar nuestro proyecto es una gran satisfacción. Los cubanos somos tierra caliente, tenemos una gran similitud con el sur de España. 

P.Presentan en Chiclana el álbum Coral Way. ¿Qué tipo de espectáculo disfrutará el público?

R.Somos tres músicos cubanos. Llevamos mucho tocando juntos y defenderemos mayoritariamente Coral Way, pero dependiendo de cómo nos sintamos, tratamos de hacer mención cultural al lugar al que vamos. Tocaremos mucha música con la que crecimos, que nos representa, la que escuchan mis padres y también lo que yo compongo. Llevamos viviendo bastante tiempo fuera de Cuba y, a raíz de esto, he tenido la suerte de conocer a muchas personas, de colaborar con músicos de todo el mundo, y eso hace que la música evolucione. 

P.Le acompañan Michael Olivera (batería) y Yarel Hernández (bajo). ¿Cuál es la génesis y el secreto de su relación como músicos?

R.Tenemos que tratar siempre de rodearnos de personas que nos aporten cosas positivas, musicalmente hablando y también fuera del escenario. Si las cosas exteriores no están de la manera correcta, eso se trae al escenario. En Chiclana somos un equipo de tres. En un partido tienes que pensar en el equipo entero, hay claves importantes para ganar: el coach, la infraestructura, el negocio por atrás... Todo influye. Lo veo de la misma manera en los músicos. Tenemos que estar los tres en sintonía y pasarnos la pelota; si no nadie mete gol –ríe–.

En la música, como en el fútbol, hay que estar en sintonía y pasarse la pelota para meter gol"

P.Coral Way es un lugar sentimental a la vez que físico. Supongo que representa también parte de la idiosincrasia del cubano emigrado. ¿En qué se concreta?

R.Ese disco lo creé caminando Coral Way, que es la calle de Miami donde vivo, casualmente en la etapa del Covid y quería hacer música que sonara a lo que yo siento, que es Miami, una ciudad llena de música latina, caribeña, que se nutre mucho de la música americana. Y obviamente traer mi vida, mis influencias, lo que yo soy. Siempre digo que toco lo que soy. Mis experiencias de vida siempre van a estar reflejadas en música y Coral Way es una nueva etapa, una nueva manera de ver las cosas. No toco pensando en cómo lo harían otros. En el escenario trato de ser Alfredo Rodríguez en todos los aspectos y traducir mis experiencias con el piano, que es el mejor elemento que he encontrado para poder comunicarme con las personas y conmigo mismo. La música es como agua para mí, la necesito para sobrevivir.

P.En detalle, ¿cómo se aprecia en el disco el sonido Miami?

R.Miami es una ciudad extremadamente latina, es como la capital de Latinoamérica. Cuando alguien busca un sueño, trata de ir a Estados Unidos, a Miami, que te abre nuevos horizontes, con bastante competencia, donde uno trata de crecer. Me gusta ese estilo de vida, hay gente alrededor haciendo cosas lindas y con calidad, que te ayudan a bajarte de la nube. Coral Way también tiene que ver con lo que está pasando mundialmente con la música. Trato de traducir esos sonidos del reguetón, la timba, la música cubana, argentina, boliviana, brasileña... Traté de coger diferentes elementos musicales de distintos países y llevarlos a lo que soy yo.

El piano es el mejor elemento que encontré para comunicarme. La música es como agua, la necesito para sobrevivir”

P.Está en plena gira. ¿Qué otros proyectos vislumbra?

R.Estamos en un proceso bastante avanzado de grabación del nuevo disco, que se lanzará el próximo año. Siempre estoy haciendo cosas nuevas, pensando en qué viene después. Soy muy tranquilo cuando se trata de creación –ríe–. Me hace sentir bien estar en el estudio, en el escenario, compartir mi música en mis medios sociales, estar en contacto con las personas a las que les gusta lo que yo hago. Y estamos haciendo una gira superextensa, desde junio tocando sin parar. En septiembre vuelvo a España.

P.¿Qué visión diría que aporta usted a la música cubana y al jazz?

R.¡Esa está más difícil! –ríe–. A lo mejor le corresponde a los demás decir lo que aporto. Soy muy feliz tocando música, hermano. Me siento muy contento de haberme despertado en una ciudad diferente a la mía, sabiendo que tengo vida, salud, que mi familia está bien. Esto es algo que hago desde niño y sabía que era importante para mí.

P.¿Hay esperanza para Cuba? 

R.La esperanza es lo último que se pierde. Mis abuelos, mis padres decían: tal vez, en algún momento, Cuba cambie. Después me tocó a mí ser padre. He tenido desafortunadamente que enfocar mi energía, la vida que he construido, fuera de Cuba. En mis venas, en mi música siempre está Cuba, pero ya no pertenezco desde hace mucho tiempo a Cuba. No estoy de acuerdo para nada con lo que pasa en un país donde existe una dictadura. Cuba podría ser un país en el que compartiríamos tantas cosas lindas juntos, los de dentro y los de fuera... No enfoco mi vida en eso porque te destruye por dentro. Cada vez que pienso en mi país, pienso en la gente, pero tienes que pasar por el filtro político, porque todo está vinculado con la política, y yo no lo voy a hacer. Trato de vivir siendo un cubano fuera de Cuba, expresando lo lindo que aprendí allí.

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