Sin avances en el problema de la inundabilidad en Chiclana
A pesar de que la Junta de Andalucía hace un año aproximadamente terminó un estudio sobre este asunto en el que se proponen soluciones, nada se ha movido hasta el momento
Inundaciones en Chiclana por las fuertes lluvias
El alcalde de Chiclana reclama a la Junta actuaciones para evitar inundaciones en la cuenca del río Iro
Los mayores del lugar tienen marcada en su memoria una fecha: el 19 de octubre de 1965. Tras toda una noche diluviando, sobre las once y media de la mañana, el río Iro se desbordó, anegando barriadas enteras e inundando las calles más céntricas del municipio, donde en muchos sitios el agua llegó a superar ampliamente los dos metros de altura. Un acontecimiento que cambio la vida de miles de vecinos, una tragedia difícil de olvidar.
Sin embargo, no era la primera vez que ocurría, ya se habían vivido situaciones similares años anteriores, solo recordar la riada acontecida en 1920, donde perdieron la vida dos personas. Tampoco era la última vez que el río daba un susto. Fueron varios los sobresaltos que se vivieron posteriormente, el último de ellos se produjo en 2010, cuando la fuerte crecida de su cauce, cuyo caudal procedente de Medina coincidió con la pleamar, se quedó a tan sólo unos centímetros de rebasar los muros de contención.
Se calcula que cada diez años la ciudad vive un episodio de lluvias tormentosas que amenaza seriamente con inundaciones en la cuenca del río Iro, un desafío que, sin duda, hoy urge poner solución. De ello, es consciente dese hace tiempo el alcalde del municipio, José María Román, quien lleva años reclamando incansablemente a la Junta de Andalucía que intervenga, sin que haya obtenido respuestas o atisbos de inicio de alguna actuación en el terreno.
Sí es verdad que la Dirección General de Recursos Hídricos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural ha realizado el ya famoso estudio de inundabilidad, donde se analiza la situación y se proponen soluciones, del que ya se sabía terminado en julio del pasado año y que fue entregado al Consistorio chiclanero el pasado enero, no sin antes tener para ello que acudir al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno.
En este documento, titulado ‘Estudio de soluciones de defensa contra inundaciones del río Iro en Chiclana’, se dice claramente: “Estas tormentas de lluvia natural se transforman en escorrentía tras una abstracción inicial sobre el terreno, provocando en determinadas circunstancias y con una frecuencia cada vez mayor, inundaciones en el entorno del núcleo urbano de Chiclana de la Frontera”. Para remediarlo, propone una serie de actuaciones, como la realización de mejoras en el fondo del cauce en el tramo urbano, continuar con la ampliación de la sección en una zona de las salinas, recrecer los muros ya existentes en ambas márgenes en el tramo urbano, ampliar el ancho del canal y una nueva cota de desvío en la parte de las salinas hacia el caño Sancti Petri. Además de considerar esencial la construcción de presas en el Arroyo Salado y Arroyo de la Cueva. Sin embargo, que se sepa, nada se ha movido al respecto desde julio del pasado año.
“Viví con siete años la riada de 1965 y ahora vivo con preocupación que no se actúe”
Por otro lado, José María Román, conocedor de que cualquier intervención a gran escala, como la mayoría de las que aquí se proponen, en especial la edificación de una presa, conlleva un plazo dilatado en el tiempo, ha solicitado a la Junta de Andalucía en reiteradas ocasiones que se lleven a cabo medidas que puedan abordarse de manera más inmediata. Así, entre ellas se encuentra la instalación de un sistema de detección anticipada de avenidas e inundaciones, algo que a priori resulta bastante sencillo y menos costoso.
Además, señala que es imperioso intervenir en la Autovía A-48, en el tramo de circunvalación de Chiclana, en la zona por donde discurre el cauce del río Iro, ya que cuando llueve esta infraestructura funciona como una presa, con una cota diferencial entre lado y lado de metro y medio de altura. “Se ha de reforzar este tramo de la variante de forma urgente”, afirma contundentemente el alcalde. Y es que la fuerza del agua tras unas lluvias torrenciales podría provocar, cuanto menos, graves destrozos en esta carretera.
Sobre este asunto, José María Román recuerda aún lo sucedido en 1965, que vivió en su casa junto al río y dice estar empeñado en que aquel episodio no vuelva a repetirse. “Viví con 7 años la riada del 65 y ahora vivo con preocupación que no se actúe”, declara. Por ello, desvela sentirse preocupado y ocupado en que se intervenga. “Creo que es importante que se tome conciencia de la necesidad de actuar para evitar inundaciones que, lamentablemente, se van a producir tarde o temprano. Sabemos que las riadas son cíclicas y que cada 10 o 15 años tocan”.
Asimismo, apunta también que se hicieron las obras de encauzamiento del río y las mejoras en la desembocadura para facilitar su desagüe y “ahora es el momento de potenciar las actuaciones para incrementar más aún el desalojo del agua pasado el casco urbano y hacer obras aguas río arriba con el fin de contener las avenidas”, sostiene.
En su opinión, “es fundamental diseñar un proyecto que use la infraestructura de la autovía como parapeto para retener el agua y que no se desbordé el Iro en la ciudad”, señala el regidor municipal como la medida más inmediata y factible.
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