Chiclana, la ciudad de las cien rotondas
Además de servir para aliviar el tráfico rodado, muchos de estos elementos muestran pequeñas y grandes historias que han acontecido en el municipio
María Jiménez ya tiene su rotonda en Chiclana
La transformación de la Carretera de la Rana Verde de Chiclana, más cerca
España es un país de rotondas. A pesar de que ya han transcurrido más de cien años de la construcción de la primera en París y cuatro décadas desde que este elemento apareciera en suelo patrio, en Mallorca, las ciudades siguen apostando por ellas y Chiclana no iba a ser menos.
Con una superficie de 205,40 kilómetros cuadrados y 65.180 vehículos censados en 2023, el municipio cuenta en la actualidad con 95 de estos elementos, incluyendo los que propiamente cortan la trayectoria con una circunferencia y las intersecciones que se les asemejan. Está previsto que en 2025 superen el centenar. Más de los que tienen muchas capitales de provincias.
Con el tiempo y al igual que ha sucedido en otros lugares, estas se han convertido en mucho más que un mero instrumento para regular el tráfico. Las pequeñas y grandes historias de Chiclana y los chiclaneros también están escritas en estos cruces de caminos. A cerca de ellas, su alcalde, José María Román, explica: “En nuestro proyecto de embellecer la ciudad, hemos incorporado las glorietas porque son un soporte muy visual que nos permiten, por una parte, fomentar el orgullo de pertenencia y por otra, presumir de valores ante quienes nos visitan”.
En cuanto a sus orígenes, Diego Vidal, archivero municipal, y Manuel Jiménez, memoria viva de la Delegación de Obras del Ayuntamiento, recuerdan que lo más parecido debió ser aquel giro que había en el Santo Cristo, donde los coches de caballos daban la vuelta.
Ambos conversan sobre algunos antecedentes de rotondas, como por ejemplo la de la plaza Jesús Nazareno. Hay quien apunta que la inicial fue la del Salmorejo, pero la primera moderna la data Diego Vidal a principios de los años 80, en el Coto La Campa, por un vuelo fotográfico en blanco y negro, que así lo atestigua.
Hoy, todas ellas forman parte del paisaje urbano y su ornamentación ha ido cambiando a medida que el tiempo ha ido pasando y los acontecimientos dignos de un monumento que se suben a la glorieta también.
Si en las primeras rotondas modernas abundaban las alusiones al trabajo –seña de identidad de Chiclana–, en las más recientes se presume de valores medioambientales. Así, la próxima prevista será una dedicada al ibis eremita, un animal sobre el que José María Román explica que es “un ave en peligro de extinción que también ha encontrado su particular paraíso en las zonas verdes y frescas de La Loma y el Novo Sancti Petri”.
Esta escultura, de cinco metros de altura, presidirá la rotonda de entrada al Novo Sancti Petri y se construirá con cargo a la subvención de Municipio Turístico. Con ella, se quiere mostrar que Chiclana “también es un valioso destino ornitológico, porque el ibis ya es habitual aquí, en los campos de golf, debido a que su pico le permite entrar en los suelos húmedos para comer”, desvela el regidor municipal, quien avanza que a esta se sumará “la de la venta Los Cazadores, las dos que se van a construir en la carretera de Fuente Amarga, otras dos en la Rana Verde y otras dos más en el tramo que va desde el polígono de Pelagatos hasta la urbanización de San Andrés Golf, porque es lo mejor para regular el tráfico y además, cuanto más fluidez, menos contaminación. Lo previsto es que estén en 2025”.
Como se apuntaba anteriormente, las glorietas también dan para recordar las grandes historias, como la Batalla de La Barrosa, y también las pequeñas, como la de ‘Te quiero, Pepa’, la devoción de María Jiménez por Chiclana y la de activos tan ligados a la cuidad como el atún o el vino. Sin olvidar la afición al ciclismo o la curiosa anécdota de una mosca que sobrevoló hasta una glorieta desde el voladizo de una discoteca.
Yo veo a mi madre
“Si ella levantara la cabeza, estaría flipando”, dijo Alejandro Sancho el pasado mes de mayo, cuando asistió a la inauguración del monumento que el Ayuntamiento le había dedicado a su madre, María Jiménez. La artista llegó a la ciudad en 1989 y hoy su figura luce bajo la interpretación del escultor Antonio Vela.
La escultura está en la rotonda situada entre la N-340 y la carretera de la Loma del Puerco, próxima a la urbanización de San Andrés Golf, donde ella residía. El monumento da la bienvenida a los turistas, pero “cada vez que yo voy a comprar, yo lo que veo es a mi madre”, reconocía agradecido su hijo.
Te quiero, Pepa
Otra historia de amor de Chiclana ha quedado para los restos en la intersección situada en la avenida del Molino Viejo, junto a la urbanización Aldea del Coto, donde alguien escribió una declaración grande, clara y concisa como buena pintada: “Te quiero, Pepa”.
Continúe o no el idilio, el mensaje forma ya parte del patrimonio colectivo, con letras de metal, porque así se llama la Glorieta de los Enamorados, inaugurada el pasado 14 de febrero. Una forma de hacer oficial una indicación por la que todo el mundo conocía la ubicación sin tener que utilizar Google Maps.
Glorieta de las Espátulas
Signo de los nuevos tiempos y de esos valores medioambientales que priman en las más recientes es la rotonda de las Espátulas, del escultor Chiqui Díaz, que se inauguró en la primavera de 2023 entre la calle Marco Aurelio y la carretera de la Torre del Puerco.
Para el presidente de la Sociedad Gaditana de Historia Natural, Íñigo Sánchez, “con los estudios que se han llevado a cabo y con actos como este se ha conseguido que la espátula llegue a ser un sello de identidad de Chiclana”.
Es habitual verlas pasar en verano en esta zona. Después de más de una década analizando la emigración de estas aves, para los responsables del proyecto Limes Platalea, Javier Ruiz y Paco Hortas, también fue una satisfacción muy grande. “Teníamos muy claro que la población debía ser partícipe de esta investigación, por lo que es enormemente gratificante que esta escultura de las espátulas se asocie al nombre de Chiclana, consiguiendo así, convertir a este municipio en una de las capitales de la ornitología”, expresaba recientemente Javier Ruiz.
Y sí estaba de moda
La Moska era el nombre de una famosa discoteca que, aunque ya desaparecida, mantiene unidos a más de 2.600 fans a través de una página en Facebook. Su espíritu rompedor ya estaba en su publicidad ‘Disco palacio La Moska y no está de moda’. Pero, aunque no quisiera, lo estaba. En Youtube se puede encontrar alguna que otra fiesta de Los 40 Principales. Pasados los años, el icónico y pesado insecto situado en su techo bajó de él para instalarse en la rotonda de la avenida Octavio Augusto, como un guiño colectivo a aquellos jóvenes que tanto disfrutaron en esta discoteca del polígono El Torno. Sin duda, una mezcla de nostalgia y economía circular.
A los ciclistas
En la carretera de Medina, se sitúa la rotonda dedicada a todos los aficionados al ciclismo, un deporte de gran tradición chiclanera, que reproduce la figura de José Manuel Moreno Periñán, tras ganar la medalla de oro en Barcelona 92, con su inconfundible meñique en alto.
El campeón olímpico pasó a la historia de España y su ciudad nunca lo ha olvidado. Un logro que ha quedado para la memoria colectiva con su correspondiente rotonda y con el velódromo que lleva su nombre. Mucho antes, la bicicleta se utilizó como medio de transporte para aquellos que echaban mano de ella para ir a trabajar por toda la Bahía de Cádiz, aprovechando el auge de la construcción naval y la decadencia del trabajo en las viñas y las salinas. Chiclana también les dedicó su homenaje y su escultura, ubicada en la plaza de Andalucía.
Atún y vino
Por otro lado, los valores tradicionales de esta localidad no podían faltar en lugares de tanto tránsito para orgullo propio y venta ajena. En la carretera de las Lagunas, está la rotonda del atún, de Pedro Barberá, una las llamativas veletas ubicadas en todos los municipios de Cádiz, ligadas a la cultura de la almadraba.
También regula el tránsito entre esta vía y la de Fuente Amarga la rotonda del vino. Un justo homenaje a un sector económico que fue el causante de que, en 1876, el rey Alfonso XII le concediera el título de ciudad a la que hasta entonces era la villa de Chiclana.
Si bien la mayoría de las bodegas que surgieron en la época de esplendor ha cerrado, hoy es reconocido que Manuel Aragón, Primitivo Collantes y la Unión de Viticultores Chiclaneros siguen poniendo joyas sobre la mesa con cada vez mayor reputación.
La Armada y la Batalla
En la Loma de Sancti Petri, entre los hoteles Riu y Royal Hideaway, una glorieta rinde homenaje a la Armada Española y se inauguró coincidiendo con el 209 aniversario de la Batalla de Chiclana, librada el 5 de marzo de 1811 contra las tropas francesas, donde se encuentra el parque del mismo nombre.
El metro de carpintero
No podía faltar en este repaso a alguna de las rotondas más significativas del municipio el ‘metro de carpintero más grande del mundo’, situado en la confluencia entre la avenida del Mueble con la avenida de Los Descubrimientos, la carretera de El Marquesado y la Alameda Solano. Es una de las muchas intersecciones que se sitúan en torno al trayecto del tranvía, en los que abundan las alusiones al mar, desde una gran caracola, a los pájaros y delfines que adornan la avenida de los Reyes Católicos y la antigua carretera Nacional-340.
Los talleres y las cocheras del trambahía coinciden con la glorieta de los Empresarios, que da entrada al polígono de Pelagatos y lo señaliza con varios engranajes de grandes dimensiones.
Estas y muchas más son un ejemplo de cómo las rotondas en Chiclana, además de ser un elemento concebido para la mejora y reordenación del tráfico, son también un espacio urbano para el recuerdo, el arte y la identidad del municipio.
Este marte se inaugura la Glorieta José de Mier Guerra
José de Mier Guerra fue el alcalde que ideó y gestó Novo Sancti Petri hace más de 30 años. Un proyecto turístico de alta calidad, sostenible y extremadamente respetuoso con el medio ambiente, que ha permitido a la ciudad convertirse en un destino de primer nivel. Para el alcalde actual, José María Román, Novo Sancti Petri ha sido el mayor acierto de la gestión municipal desde la Transición y ha supuesto la transformación de Chiclana de pequeño pueblo a ciudad pujante. “Es evidente que el impulso político para que hoy disfrutemos del éxito de Novo, Chiclana se lo debe al alcalde José de Mier y por eso este martes vamos a rotular con su nombre la glorieta central de la urbanización que tanto nos está dando”.
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