Los clubes náuticos Sancti Petri, Gallineras y Chanarro apelan al diálogo con las autoridades para resolver las denuncias por fondeos

Los tres clubes presentarán tanto alegaciones individuales como conjuntas en respuesta a las denuncias

La comunidad náutica busca una solución dialogada y expresa su disposición para colaborar en cualquier ajuste que las autoridades consideren necesario para regularizar la situación

La Capitanía Marítima ha sancionado con multas de hasta 1.800 euros a más de 70 embarcaciones en el caño de Sacti Petri

Varios barcos en el caño de Sacti Petri.
Varios barcos en el caño de Sacti Petri. / D.C.
Carla Gómez

31 de octubre 2024 - 19:53

Los tres principales clubes náuticos Sancti Petri, Gallineras y Chanarro han alzado la voz para reclamar a las autoridades competentes una solución urgente y definitiva a la situación de los fondeos en el caño de Sancti Petri, donde actualmente se encuentran alrededor de mil embarcaciones. Tras recibir varias denuncias por supuestas irregularidades en las prácticas de fondeo, los presidentes de los clubes y afectados se reunieron esta tarde para acordar una respuesta conjunta.

Manuel Herrero, presidente del Club Náutico Sancti Petri, ha comunicado la determinación de las tres directivas de presentar alegaciones tanto individuales como colectivas en respuesta a las denuncias. “Hemos decidido que cada uno de los denunciados hará una alegación particular, pero todos nosotros, aunque sea de forma individual, vamos a presentar el mismo argumento”, indica Herrero. Además, los clubes han acordado que se dirigirán a las autoridades competentes, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APA), Capitanía Marítima y el Parque Natural Bahía de Cádiz, para solicitar una reunión en la que se aborde la regularización de los fondeos en el caño.

La problemática que enfrenta la comunidad náutica de Sancti Petri no es nueva; los clubes llevan más de dos décadas intentando establecer una concesión administrativa que otorgue seguridad jurídica a los fondeos en el área. Según Herrero, el club náutico ha solicitado en reiteradas ocasiones a las autoridades que se amplíe la lámina de agua autorizada y que se establezca un sistema de campos de fondeo. “Desde hace dos años pedimos la concesión administrativa porque estamos ahora mismo con una autorización que vence cada tres años", explica Herrero.

La postura de los clubes y los afectados

La respuesta de los afectados y de los clubes no se ha hecho esperar. Para ellos, el problema de las supuestas infracciones denunciadas se debe a una falta de comunicación y coordinación con las autoridades, a quienes consideran responsables de la ausencia de regularización en el área. Según indican los clubes, las embarcaciones llevan fondeadas en el caño de Sancti Petri desde hace más de 50 años, sin incidentes ni problemas de seguridad. Sin embargo, hasta ahora no había existido ningún cuestionamiento por parte de las autoridades.

En la reciente reunión, los afectados expresaron su descontento con las denuncias y reclamaron una revisión de las mismas. “Exigimos que se retiren las denuncias porque no tiene sentido que después de 50 años nos denuncien por sorpresa y sin previo aviso. Todos queremos estar legalmente en el sitio que ocupamos, y para ello reclamamos un sistema de regularización de fondeos”, manifiesta el presidente.

La acción de Capitanía Marítima y el propósito de los clubes

Las recientes multas, interpuestas por Capitanía Marítima, argumentan que las embarcaciones incumplen ciertas normativas de señalización de fondeo. Sin embargo, los afectados sostienen que sus embarcaciones se encuentran en un campo de fondeo ya señalizado de acuerdo a lo establecido en la normativa. Los representantes de los clubes consideran que las denuncias han sido aplicadas de manera selectiva, generando una situación de “discriminación” entre las embarcaciones fondeadas. “¿Quién ha elegido los barcos denunciados o cómo los ha elegido? No hemos recibido ninguna notificación de por qué han sido estos barcos y no otros”, cuestiona Herrero.

Tanto los presidentes como los socios, que han propuesto soluciones en numerosas ocasiones, aseguran haber mantenido varias reuniones con la APA, Capitanía Marítima y el Parque Natural Bahía de Cádiz. Sin embargo, lamentan que sus propuestas no han sido atendidas. “Parece ser que no hemos sido escuchados o han actuado por cuenta propia”, añade Herrero. Ante esta situación, el plan es responder jurídicamente a las denuncias y solicitar formalmente una reunión con las instituciones para abordar una regulación definitiva de los fondeos.

La comunidad náutica de Sancti Petri aboga por encontrar una solución dialogada y afirma estar dispuesta a colaborar en cualquier ajuste que las autoridades consideren necesario para regularizar la situación. Herrero explica que, si es preciso cambiar las marcas de las boyas o realizar otras modificaciones, están dispuestos a hacerlo, siempre y cuando se les ofrezca una solución antes de aplicar sanciones. “Queremos que nos den una solución y nos informen previamente de las modificaciones, pero no encontranos con una multa por sorpresa”, subraya el presidente del Club Náutico Sancti Petri.

Por otro lado, los clubes aseguran a sus socios que continuarán trabajando en la resolución del problema y mantendrán una postura amigable en las negociaciones con las autoridades, reservándose la posibilidad de emprender acciones adicionales en caso de no llegar a un acuerdo. El mensaje de Herrero es claro: “Los presidentes vamos a comunicar a nuestros socios que estamos trabajando en la solución del problema y lo hacemos primero de forma amigable, y si no hay manera de hacerlo ya tendremos en cuenta otra vía”.

Con más de mil embarcaciones en juego y una comunidad náutica que lleva años solicitando soluciones, los clubes náuticos de Sancti Petri, Gallineras y Chanarro esperan que las administraciones se muestren receptivas a las peticiones y se inicie un proceso de regularización que garantice la continuidad de la actividad náutica en el caño de Sancti Petri. La próxima fase del proceso será la presentación de alegaciones individuales y conjuntas, un paso que esperan sea el inicio de un diálogo abierto y resolutivo.

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