Chiclana echa el cierre entre la incredulidad y las dudas
Aplicación de las nuevas restricciones de la Junta
Bares y comercios apuran las primeras horas de la tarde para mantener su actividad
Clientes y propietarios aún no tienen claras muchas de las nuevas medidas que han comenzado a aplicarse este martes
Prisas, incredulidad, descontrol y dudas, muchas dudas. Éstas han sido las protagonistas de las últimas horas de apertura al público de multitud de bares y comercios en Chiclana durante la primera jornada de aplicación de las nuevas restricciones impuestas por la Junta de Andalucía para tratar de hacer frente al aumento de contagios por coronavirus en la región, unas medidas que han tenido en el cierre de la mayor parte de los establecimientos no esenciales a las seis de la tarde como principal punto de conflicto.
Y es que, en pleno centro de Chiclana, justo a la hora a la que la actividad comercial y hostelera comienza a tomar ambiente, minutos antes de las seis de la tarde, el sonido predominante era el de las sillas que se recogían en las terrazas y el de las rejas que se bajaban para no permitir la entrada a más personas, mientras los propietarios de los locales se afanaban en recoger y los clientes apuraban los últimos sorbos de café.
Y en sus rostros, perplejidad, incomprensión y muchas dudas. Entre ellas las de no entender por qué tenían que cerrar sus establecimientos cuando la calle se quedaba llena de gente, aunque empezaba a perder afluencia minutos después, o por qué determinados locales sí podían seguir abiertos cuando otros se veían obligados a cerrar.
Muchos, sobre todo en el sector de la hostelería, ya han optado en esta primera jornada por modificar sus horarios y aplicar una jornada continuada desde primera hora de la mañana hasta las seis de la tarde, aunque también reconocían que se trata de una medida que tendrán que analizar porque aún no saben si les compensará económicamente.
Otros ni siquiera tenían claro si podían seguir abiertos más allá de las seis, como ha sido el caso del encargado de una céntrica librería que aún minutos antes de esta hora preguntaba a algunos conocidos por esta circunstancia.
"Estoy nervioso de tener que recoger la terraza justo a la hora en la que todos los días empezamos a recibir clientes", comentaba un camarero de una céntrica cafetería, mostrando así su incredulidad ante las medidas puestas hoy en marcha.
Y a partir de ahora, muchos ya comentaban su intención de ir buscando la mejor solución para rentabilizar al máximo las horas de apertura, barajando entre las alternativas más factibles las de mantener la jornada continuadao cerrar alguna hora a mediodía y abrir temprano por las tardes.
Lo que la mayoría tiene claro, a juzgar por los comentarios a pie de calle, es que estas medidas han llegado para quedarse y que, a no ser que la situación cambie mucho en los próximos días, habrá que seguir adaptándose a esta segunda nueva normalidadmás allá del próximo 23 de noviembre, fecha inicialmente fijada por la Junta para volver a replantearse estas restricciones.
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