Y Cádiz enmudeció con Luz Casal

Tal y como dijo Coco Chanel “No es la apariencia, es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa, es la clase.”. Quizás, teniendo en cuenta que el famoso Rufino de su canción olía a Gyvenchy, esta no sea la forma más adecuada de comenzar esta crónica; pero pocas citas pueden condensar tan bien el paso de Luz Casal por Sancti Petri. Íntima, personal, legendaria, fabulosa. Cádiz enmudeció con la gran dama de la canción.

Un traje de chaqueta negro con hombreras, una inherente boina y su voz fueron más que suficientes para colmar el escensario de Concert Music Festival durante hora y media de concierto. En los pequeños detalles está la diferencia y ella la marcó con una disculpa por los minutos de retraso con los que empezó su repertorio (hasta para eso tiene clase): una lista de veinte temas donde la artista se “abrió en canal” con unas letras y una pasión más que conocidas que removieron mundos internos. Aquello que pudo ser (y que nunca lo fue), la inocencia más primitiva, pasiones envilecidas... Los sentimientos a flor de piel y las emociones del revés. 

De menos a más, la noche comenzó con un leve calentamiento en Hechizada, Detrás de tu mirada y La Inocencia. A la altura de su cuarto tema la gallega estaba al completo, cómoda y desenfada, abriendo la veda a la añoranza y la nostalgía con su tema Sentir, (quizás un poco pronto para bucear en profundidades). Pero con Luz Casal, es imposible quedarse en la superficie de las cosas y, a pesar de que la cantante no hace comentarios (“Soy de la opinión de que las canciones no deben ser explicadas”) es imposible no recorrer a través de sus vivencias las experiencias más propias y personales. Aún así, si la dulzura de sus ritmos y la sutilidad de sus letras no consiguen su propósito, ya se encarga ella misma de dejarlo claro, como ocurrió en el tema No me importa nada, donde una legión de escritoras, científicas y cantantes ilustraron los acordes de este himno que fue dedicado a todas las mujeres:Aretha Franklin, Concha Piquer, Edith Piaf, Ella Fitzgerald, Emilia Pardo Bazán, Gata Cattana, Isadora Duncan, Janis Joplin, Jacqueline du Pré, Mala Rodríguez, Maria Callas, Marisol, Marie Curie, Whitney Houston.. “Durante la canción hemos estado acompañados por muchas mujeres. Todas ellas, desde edad muy temprana hasta hoy, me han servido como faro. Son vitales en mi formación y en mi día a día”, confesaba la artista rompiendo su pacto de silencio. Y lo volvió a hacer en su tema Hola, Qué tal, donde se rompieron todas las barreras espacio temporales. “En eso que vivimos hace poco, la pandemia, yo me dediqué durante 60 días a hablar con personas que no conocía, personas que escuché con toda la atención y todo el animo posible para cumplir un propósito que era acompañar a la gente. Os podeis imaginar que hubo casi de todo: reacciones sorprendentes, reacciones amables, reacciones con muchísima carga dramatica”, contaba casi susurrando. “Una vez superada esta vivencia tan aleccionadora surgió esta canción que esta llena de esperanza, cuyo mensaje es sencillo: Aquí estoy, sé entender tu situación. Cuando llegamos a estas altura de la canción es imprescindible hablar con alguien”. De repente una voz desde Vigo saludaba a la cantante y al resto del público. Era Cristina, una seguidora de la cantante que días antes había estado en uno de sus conciertos.

Tras un ratito más de revulsivo, y con dos cambios de vestuario incluidos, la gran dama de la canción -enfundada en un elegante vestido rojo- no podía acabar sin Piensa en mí. Porque igual que hay que saber llegar hay que saber irse de los sitios. Y ella demostró que incluso hasta para decir adiós, es grande.