Depedro en Chiclana: “Lo que nos construye como humanos es eso tan denostado llamado error”
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El cantautor madrileño presenta este 24 de agosto su último disco, ‘Un lugar perfecto', en el ciclo de conciertos Royal Hideaway Sessions
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Un bastión de cercanía, calidad y coherencia
Pregunta.Un lugar perfecto, su último álbum, se lanzó el pasado abril y su agenda rebosa conciertos hasta, al menos, la próxima primavera. ¿Qué balance hace?
Respuesta.Te puedo decir lo que se dice siempre, que la gente está reaccionando increíble, que hay una emoción compartida que, de hecho, la hay. Pero me gusta decir que desde mi experiencia y la serenidad para poder disfrutar ese momento que pasa cuando imaginas hacer una canción, la haces, la grabas y, de repente, sacas un disco, pues a lo mejor ahora vivo esos pequeños logros de una manera menos pasional, pero mucho más intensa. No soy evidentemente un artista novel y he pasado por esta experiencia más veces. A lo que aspiro es a otra semillita más en ese plato emocional que voy disfrutando cada vez que saco un disco y que está pasando otra vez, sinceramente. Estoy muy agradecido.
P.Se lo habrán preguntado mil veces, pero la portada del álbum da mucho juego. Usted sosteniendo una guitarra, un fondo vegetal y un gran perro a sus pies. ¿Puede relacionarse metafóricamente con lo orgánico, lo coherente, y con la fidelidad a un sonido?
R.No íbamos a poner evidentemente algo tecno o con colores fosforitos porque el disco está grabado, como tú dices, con instrumentos de madera, cuero y metal. Me gusta lo del perro, que es mi perro y... ¡qué bonito, te lo voy a copiar! Mira, soy un amante del cine y si buscas en internet El graduado, hay un póster de promoción en el que sale Dustin Hoffman, al que no le llego ni a la altura del betún –ríe–, y la portada es una copia de ese póster. En él sale un jaguar en lugar de un perro, pero yo no tenía un jaguar; yo tengo un perro muy bonito. El graduado, además, tiene eso del despertar a la madurez desde la experiencia. Era como matar dos pájaros de un tiro.
P.Lo curioso es que teniendo un disco que bebe de tantas fuentes melódicas, se presente usted en Chiclana sin banda, como solista. ¿Cómo es ese proceso de vestir canciones para luego desnudarlas en vivo?
R.Estaremos la guitarra y yo. En realidad, las vestí para el álbum pero las canciones nacen sin nada, sin artificio. No hace falta nada para que surjan la melodía y el ritmo, solo trabajo, emoción y tener la suerte de estar inspirado para poder juntar todos los elementos de forma coherente. Para mí es un ejercicio maravilloso en el que me enfrento al vacío y con la ayuda de los astros y las musas –ríe–, espero que sea una noche inolvidable.
P.En el tema que da título al álbum canta: “Ven conmigo, no olvidemos el ritmo de nuestro lugar perfecto. Ese que temo estamos perdiendo”. ¿Alguna vez se ha visto Jairo Zavala perdido en el rumbo de su arte?
R.¿Cómo no voy a haber tropezado? Mil veces, muchas. Me he equivocado, he tenido miedos y menos mal que uno es consciente de eso, porque si no no valora los buenos momentos. Lo que nos construye como humanos es eso tan denostado que es el error. Hay que defenderlo porque sin él perdemos nuestra identidad como seres.
P.En otra canción desea que “ojalá el amor nos salve, nos aparte del espejo que enfrentamos cada vez que formulamos pensamientos”. ¿En qué piensa cuando se mira cara a cara antes de un concierto, o ante el lienzo en blanco de la creación?
R.Uf, te da mucho miedo porque estás tú solo contigo y te ves todas las aristas. Te gustaría ver algo más ideal, el final ese romántico del camino del poeta, pero no llega. Esa canción es algo dogmática porque hablo con esa palabra tan poderosa que mueve nuestros pasos, que ojalá nos salve, pero por favor en calma, que ya tenemos bastante drama en nuestra vida como peninsulares –ríe–.
De haber viajado tanto con mi música he aprendido que merece mucho más la pena escuchar que opinar”
P.Usted, que viaja con su música de un lado a otro, ¿qué opina de los espacios tan cerrados que nos estamos creando, auspiciados por la tecnología?
R.Sigo pensando que hay dos cosas, el mundo virtual y el real. Yo, que he tenido el privilegio de viajar y ver otros mundos que son coetáneos al nuestro, creo que, de vez en cuando, está muy bien levantar la cabeza y hablar con el vecino, que sigue existiendo y seguramente te va a contar cosas mucho más interesantes que pasar con el dedo la pantalla.
P.Y una canción más. En Niño con piel de cuero expresa que “no hay ningún misterio que altere sus momentos. Todas las fronteras las borra con su aliento”. En un mundo globalizado, ¿qué opina de los que siguen levantando muros?
R.Para mí las fronteras son un encuentro de culturas y algo permeable que, desgraciadamente, está hecho por hombres, y que son líneas que quieren que sean infranqueables pero siempre ha sido al revés, un punto de intercambio.
Cádiz es un referente maravilloso, inmortal y una inagotable fuente de inspiración”
P.¿Qué ha aprendido de ser un artista en tránsito constante?
R.Pues que merece mucho más la pena escuchar que opinar –ríe–
P.Cuál considera que es ese lugar perfecto para su creatividad?
R.Uf. Yo creo que es más un sitio emocional, lo que decía antes de la serenidad que me cuesta tanto alcanzar. Ojalá te pudiera decir que soy un tío muy tranquilo y una persona prolífica. No, me cuesta mucho, pero creo que esa lucha es también la interesante, la que merece la pena para darle más calidad a la gente que quieres. En ese pequeño cambio, inocentemente, se puede producir un cambio mayor.
P.Ya sabe lo que es cantar en Cádiz anteriormente. Esta tierra es el lugar perfecto para…
R.Tenemos el tópico del puerto del mundo pero es que por Cádiz han pasado mil culturas que nos han nutrido y seguirán nutriendo. Es un referente maravilloso, inmortal y para mí siempre una fuente inagotable de inspiración. Ir a cantar a Cádiz y que te acojan con tanto cariño es un privilegio.
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