Emilia se corona como la reina del escenario con un show apoteósico
La argentina se consagra como una de las luminarias destacadas del pop latino gracias a su actuación que no sólo deleitó a los asistentes del recinto, sino que los invitó a sumergirse en un frenesí de baile y emoción
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La temperatura se disparó en Concert Music Festival cuando la cantante y compositora argentina Emilia hizo su entrada triunfal en el escenario del Lenovo Motorola. Con atrevidos atuendos y un maquillaje de fantasía que parecía sacado de un sueño, dejó al público boquiabierto. Así, la noche de Chiclana se tiñó de rosa. Desde la entrada al recinto, la emoción y la anticipación se respiraban en el aire. Cintas en el pelo, faldas y tops rosas reflejaban la devoción del público hacia su ídolo, Emilia, cuyo estilo y estética han marcado tendencia entre sus seguidores. Las gotitas de 'glitter' en los ojos, el brilli brilli y las estrellas fueron algunos de los elementos que caracterizaron la inigualable personalidad de la cantante, sellando así su peculiar identidad.
La energía palpable en la atmósfera reflejaba las ganas de disfrutar, bailar y perrear hasta el amanecer, mientras el ambiente urbano de Sancti Petri se convertía en el epicentro de una celebración única. Cuando las luces se atenuaron y la música cesó, el griterío del público se hizo ensordecedor. Los seguidores alzaban sus voces, clamando por la aparición de la estrella del pop. La energía colectiva retumbaba en el suelo, haciendo evidente la impaciencia del público. Emilia no tardó en responder a sus súplicas; con un destello de luces y una entrada electrizante, apareció del interior de una gran estrella metálica situada en el centro del escenario, desatando una ola de euforia. Los móviles se alzaron, intentando capturar cada segundo de ese momento mágico.
La artista presentó en directo de su .mp3 tour, deleitando al público con los temas más destacados de su segundo álbum de estudio homónimo, junto a éxitos globales como Recalienta, Jagger, o Esto recién Empieza. La icónica estrella del pop latino infundió de vitalidad cada rincón del recinto, mientras su energía contagiosa y el buen rollo hacían vibrar al público. Sus actuaciones, adornados con piruetas y coreografías estelares, se convirtieron en el plato fuerte de la noche.
El videoclip de Hipnótica se adueñó de la gran pantalla, inaugurando el espectáculo más electrizante de la noche. Los ojos luminosos de Emilia aparecieron, hipnotizando y capturando la atención de todos los presentes mientras la multitud, perpleja, observaba el inicio del show. Su baile, lleno de sensualidad y ritmo, mantenía a todos fascinados. La luz, fiel compañera de cada espectáculo, jugaba con sombras y colores, como un pintor que ha dado vida a sus pinceladas.
Su voz, tan única y poderosa, se extendía como un hechizo. Cada nota parecía tallada con precisión, cada canción era un relato íntimo que nos compartía sin reservas. La conexión entre ella y su público era palpable, una corriente invisible que nos envolvía a todos, haciéndonos partícipes de una experiencia casi mística. Así lo demostró con el hit Cuatro Veinte.
"Buenas noches, Chiclana, ¿cómo estáis? Este es el MP3 Turbio. Bienvenidos, ¿estáis preparados para vivir la mejor noche de vuestras vidas?", exclamó la artista con entusiasmo. A mi alrededor, los rostros de los asistentes reflejaban la misma fascinación. No importaba quiénes éramos fuera de ese espacio: en ese momento, éramos una sola alma, latiendo al ritmo de la música. Los temas más conocidos de Emilia despertaban coros espontáneos, y el aire se llenaba de letras y melodías que nos unían en un canto colectivo.
La artista reapareció al escenario como una estrella fugaz para interpretar Intoxicao que canta junto a Nicki Nicole. Las luces rosas, verdes y moradas parecían estar orquestadas con precisión, creando paisajes efímeros que transformaban el escenario en un sueño visual. No era sólo un concierto; era una sinfonía de luces, sonidos y emociones que nos envolvía en una experiencia multisensorial. Los efectos visuales que acompañaban la música, se amplificaban por momentos, llevando cada sentimiento a su máxima expresión.
"I don't wanna be your lover, tengo negocios que hacer, Big star, supernova, Soy el paraíso hecho mujer…" resonaba el estribillo de Jet, una de las canciones más aclamadas de la industria musical, interpretada junto a la poderosa Nathy Peluso. Vestida en un conjunto morado de lentejuelas, Emilia se plantó frente a su público, entregándoles estos versos cargados de una fuerza arrolladora.
Cada pausa entre canciones era como un respiro profundo, necesario para asimilar la intensidad de lo vivido. Emilia aprovechaba esos momentos para hablarnos, no sólo como artista, sino como una amiga cercana que comparte sus pensamientos y emociones más sinceras. Sus palabras tenían el poder de acercarnos aún más, de desdibujar las fronteras entre el escenario y el público.
"Esta próxima canción es para aquellos que alguna vez nos hicieron dudar de nosotros mismos, para quienes intentaron convencernos de que nunca alcanzaríamos nuestros sueños", proclamó Emilia antes de interpretar Cielo en la Mente. La artista continuó, "mirad lo que podemos lograr si somos auténticos". Con un enérgico "¡Manos arriba, Chiclana!", sus palabras resonaron profundamente, recordandonos que "todos podemos alcanzar lo que nos propongamos en la vida".
"Quise empezar esta canción con la guitarra porque me transporta a mi juventud, cuando hacía covers con mi abuelo y soñaba con ser cantante. Proveniendo de un pueblo muy pequeño, mi sueño parecía inalcanzable, así que imaginarme aquí, tan lejos de casa, es un milagro para mí. Vosotros habéis hecho realidad este sueño, gracias, Chiclana, por acogerme en vuestra casa. Estoy inmensamente feliz; sus paisajes y comida son increíbles. Estamos en las últimas fechas de la gira, y ninguno de nosotros quiere irse porque nos habéis recibido con tanto amor. Nos vamos con el corazón lleno de alegría".
La noche se desplegaba en una continua sucesión de éxitos, y no podía faltar la canción de Como Si No Importara que canta junto a su pareja Duki. Esta melodía, impregnada de profunda emotividad, alcanzó su apogeo cuando la multitud, en un acto de comunión, entonó el estribillo al unísono. Sus palabras, cargadas de una honestidad desarmante, resonaban como confesiones íntimas compartidas entre amigos. Habló de sus inspiraciones, de los momentos de duda y de los triunfos personales, creando un puente de empatía entre ella y cada uno de los allí presentes. La respuesta del público fue un aplauso ensordecedor, una ola de cariño y reconocimiento que inundó el recinto.
"Entre familiares, amigos y parejas, les doy las gracias por estar aquí esta noche. La próxima canción que les presentaré está dedicada a ustedes, por el amor y la energía que me transmiten. Es crucial interpretarla aquí con todos vosotros." A medida que los primeros acordes de A 1000 Kilómetros resonaban, una ola de nostalgia por su hogar, Argentina, se apoderaba del escenario. Descendiendo hacia la parte delantera, Emilia compartió este momento emotivo con sus seguidores, abrazándolos y acariciándolos uno a uno mientras recorría la primera fila. Deseaba que todos guardaran este recuerdo, creando una atmósfera de cercanía y familiaridad con su gran familia. El público respondió formando un corazón con sus manos en un gesto unificado de aprecio.
Invitó al público a bailar con Undergroud para desatar la locura con Los del espacio, tema que interpreta con los cantantes argentinos LIT killah, Duki, Tiago PZK, FMK, Rusher King y María Becerra y que pidió que cantaran con ella. Después de Perdonarte, ¿para qué? hizo un parón para leer las pancartas de su público, siempre muy pendiente de sus fans, pero en especial de los más pequeños. También, dedicó tiempo para cantar y presentra su último sencillo Playlist.
Tras casi dos horas de concierto, la poderosa canción Cuatro Leyendas dejó a todos con el corazón rebosante y una sonrisa en los labios. Sin embargo, tras hacerse de rogar un poco, volvió a salir para cerrar su actuación con La original después de dejar toda su energía en Sancti Petri."Aplausos para ustedes por hacer esta noche tan increíble", se despidió Emilia, con una nota alta y dejando una impresión imborrable en todos los presentes.
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