'Taburete': A prueba de fuego y balas

La banda renueva su vínculo con Chiclana en un magnífico directo musical

Búscate en el concierto de Taburete en Concert Music Festival de Chiclana

La banda Taburete en Concert Music
La banda Taburete en Concert Music / Germán Mesa
Mila Alarcón

01 de agosto 2024 - 23:56

En el año 2014, bajo una avalancha de prejuicios y comentarios, Willy Bárcenas y Antón Carreño daban a conocer sus primeras canciones desde los ambientes más sofisticados de Madrid. “Tanto que decían que si los pijos, que si los fachas... ¡Aquí estamos!”, explicaba Willy Bárcenas diez años después, sentado a los pies del escenario de Concert Music Festival. Y razón no le faltaba. De nuevo, un año más, el grupo pasó por Sancti Petri, y el público respondía como siempre suelen hacerlo por aquí:arropándolos y encumbrándolos. 

La noche del jueves 1 de agosto era una de las más esperadas del cartel. Y no porque movilizaran a mucha gente -la llegada al recinto se hacía de forma supercómoda y sin retenciones- sino porque, tal y como ellos explicaron durante el concierto, lo de Sancti Petri y Taburete es una bonita relación que se mantiene año tras año. “¡Hola Chiclana! ¡Qué puta alegría estar aquí! Esto se ha convertido en una tradición, como Ramón con las uvas”, salaba Willy Bárcenas tras arrancar con Cinco Sentidos, Carnaval toda la noche, Madame Ayahuasca y Venado Tuerto

 A las 22:40 horas el dúo entraba con fuerza en el escenario. Acompañados por su banda -y con un directo bastante bueno-, Taburete inauguraba la noche. Sin prisas pero sin pausas. Imparables y con energía, a pesar de los problemas de espalda de Willy (“¿Cómo vamos? Llevo varios días en casa con la espalda regular. Nos hacemos mayores”), los Taburete lo dieron todo y sudaron la camiseta (literalmente). La noche y las canciones eran del público. Pocos temas no fueron coreados por unos seguidores (la mayor parte jóvenes) totalmente entregados que durante hora y media cantaron a pleno pulmón todos sus temas. Los fans de Taburete son de los buenos, de esos que se saben absolutamente todas las canciones. México D.F., Penúltimo Beso (“Que no solemos cantarla en los conciertos”), Me voy o En Mi Cama.  Con cosas como esta, aunque ya llevan cientos de conciertos a su espalda, las caras de Willy y Antón desvelaban aún en ciertos momentos la sorpresa de las primeras veces. Sin embargo, el momento culmen de la velada llegó con otros temas -considerados ya verdaderos himnos del grupo- como Sirenas o Roto y elegante. Llegó sin remedio el momento más emotivo, el de acordarte de esa persona especial, el de levantar la mano en un intento imposible de capturar en una nota de voz esa melodía que acabará en algún Whatsapp, el de abrazarte al de al lado en su defecto y terminar cantando como locos. 

Tras el clásico amago de irse para luego volver, el grupo puso el broche final con Balerofón, Amos del piano bar y Caminito al motel. Foto para el recuerdo y despedida en el escenario. Ellos estaban cómodos y no se querían ir. El público tampoco. Lo de Taburete y Chiclana es una relación más que consolidada.

Willy Bárcenas durante el concierto en Chiclana
Willy Bárcenas durante el concierto en Chiclana / Germán Mesa
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