Juan José Manzano: “Siempre vuelvo, en sentido figurado, a mi casa, a mi barrio de Chiclana”

Instalado en Irlanda, este guitarrista y compositor chiclanero actuará el 11 de septiembre en el National Concert Hall de Dublín

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El músico, en uno de sus exitosos conciertos.

El 11 de septiembre el nombre de Chiclana sonará con fuerza en el National Concert Hall de Dublín, la sala de conciertos de Irlanda considerada una de las mejores de Europa. Y lo hará gracias al talento del guitarrista y compositor chiclanero Juan José Manzano, quien recaló en esta ciudad en 2005, después de intentar sin éxito ganarse la vida con la música en su tierra. Desde entonces, se dedica exclusivamente “a lo que más me gusta: la guitarra flamenca y la composición”. 

Una vocación, un arte, que no es casual. De pequeño, en su casa, cercana a la Peña Flamenca Chiclanera, oía a su madre cantar a diario flamenco y copla. Su hermano, con la compra de su primera guitarra, fue quien le abrió el camino a este artista que empezó a tocarla con tan solo diez años. Hoy, vive y triunfa más allá de nuestras fronteras.

Pregunta.-Reconoce la influencia de su entorno en sus trabajos. De su pueblo, su madre e incluso de la Peña Flamenca Chiclanera. ¿Podría hablarnos de ello?

Respuesta.-Siempre vuelvo, en sentido figurado, a mi barrio, a mi casa y a mis inicios a la hora de componer.

Pienso que, para expresar lo que quieres siempre estás influenciado, de alguna u otra manera, por los momentos y lugares que formaron parte de tu crecimiento. En mi caso, cuando empecé a tocar la guitarra, mi barrio bullía de arte. La peña flamenca estaba al lado, los cantaores y guitarristas se reunían allí casi todas las noches, y el cante se escuchaba desde la calle, incluso desde mi casa. Era un barrio lleno de vida y mi casa siempre tenía las puertas abiertas.

Todas las entradas del concierto de Japón se agotaron dieciocho días antes de volar a este país”

Escuché mucho flamenco y copla antes incluso de coger por primera vez una guitarra. A mi madre le encantaba cantar, no había cosa que le gustara más. Cantaba mientras tendía, mientras cocinaba, mientras arreglaba las macetas... Todo el día cantando, y yo la acompañaba a la guitarra prácticamente a diario. 

Sin quererlo, siento que mi música está impregnada de todas esas vivencias y sensaciones que formaron parte de mis inicios.

P.-Esa influencia se observa claramente en el título de alguna de las piezas que interpretará en el National Concert Hall de Dublín: ‘Hoyo del membrillo’, ‘Campanas de Santa Ana’, ‘Picón’. Todo muy chiclanero. 

R.-Sí, obviamente, me siento muy chiclanero. Siempre intento evocar en mis canciones los lugares que han formado y siguen formando parte de mi vida.

Por mencionar algunos ejemplos, la soleá ‘Hoyo del membrillo’ es una plazoleta al lado de mi casa, en la que pasé muchos momentos durante mi infancia. La bulería ‘Calle de la Luna’ es una calle de mi barrio que significa mucho para mí. El fandango ’Patio de las flores’ es el patio de mi casa, donde tantas veces he acompañado a mi madre cantar por fandangos. ‘Miralamar’ es un pago donde mi padre tenía un viñedo desde donde se divisa el mar, y donde, desde niño, le ayudaba en las labores del campo. La Rumba ‘Picón’ alude al corral de mi casa donde mi padre guardaba los sacos de picón que traía del campo. La bulería ’Campanas de Santa Ana’ es el recuerdo de mi madre cantando con el sonido de mi guitarra. Como si fuese ayer, la recuerdo haciéndolo mientras tendía la ropa en la azotea, desde donde se veía la ermita de Santa Ana.

P.- Recientemente, estuvo en Japón presentando su segundo disco, ¿cómo fue la experiencia? ¿Cómo le recibió el público de ese país?

R.-La verdad es que estar en Japón ha sido una experiencia única, tanto profesional como personalmente.

Todas las entradas al concierto se agotaron 18 días antes de volar allí. Me sentí muy querido y arropado, no solo por los asistentes, sino también por quienes me recibieron. Además, tuve la inmensa suerte de conocer a personas muy interesantes y visitar lugares muy bellos.

Me siento muy agradecido a todos los que colaboraron para que esto fuese posible, en especial a Ion de la Riva, embajador de España en Irlanda.

Tuve la suerte de vivir este país a través de los ojos de mi buen amigo Junshi, un tokiota que vivió muchos años en Dublín, aunque ya está de vuelta en su tierra. Compartí muchos días y muchos momentos con él en Tokio, lo que hizo que mi viaje fuese más auténtico.

Los japoneses tienen una sensibilidad especial y esa sensibilidad se transmite en todo lo que hacen, cómo viven, cómo se comunican. Aman el flamenco y sienten una fuerte conexión con España.

Antes de ir a este país, tenía mucha inseguridad, principalmente por la complejidad que conlleva dar un concierto a una sola guitarra, sin acompañamiento, sin más escudo que el de mi propia guitarra, y eso es muy difícil. Pienso que el concepto del concertista solista se está perdiendo, quizás porque ya no tiene el atractivo que solía tener décadas atrás. Este es precisamente el propósito de mi segundo disco: volver atrás, a la belleza de lo simple y poder interpretar todas las piezas con una sola guitarra.

Para calmar esa inseguridad, no me quedó otra que convencerme de que “si vienen al teatro será porque les gusta”, y para mi sorpresa así fue. El auditorio se llenó y a la gente le encantó el concierto.

En mis actuaciones siempre dedico un tiempo a hablar de Chiclana, ser de aquí me enorgullece mucho”

P.- Y el 11 de septiembre debuta en uno de los mejores escenarios de Europa, ¿qué espera de este concierto?

R.-Tocar en el National Concert Hall de Dublín es una gran oportunidad para mí, que intentaré aprovechar al máximo. Espero disfrutarlo y que el público lo disfrute también, eso es lo más importante.

Siempre que actúo, dedico unos momentos a hablar de Chiclana, ser de aquí es algo que me enorgullece mucho.

P.-¿Para cuándo un concierto en su tierra?

R.-Al estar viviendo fuera, aun no se ha dado la ocasión, pero sería un placer tocar en mi tierra y estoy seguro de que va a ocurrir pronto. 

P.-Habla del flamenco con pasión y de su tarea de difundir este arte, ¿cómo lo recibe el público irlandés?

R.-Después de tantos años en Irlanda, para mí, humildemente, es muy importante la tarea de difundir el flamenco aquí, y es algo que cada vez hago con más entusiasmo. Que los irlandeses se puedan acercar al flamenco a través de mi guitarra es un orgullo y, poco a poco, estar dejando huella en este país, donde llevo ya casi media vida, es algo que me hace muy feliz.

Siento mucha gratitud y es un privilegio poder ganarme la vida con lo que más me gusta.

P.-¿Planes de vuelta?

R.-En Irlanda me siento como en mi casa, es un país que amo. Aunque, posiblemente algún día volveré, aún no me lo he planteado. De todas maneras, viajo mucho a Chiclana a visitar a mi familia y amigos.

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