Salud sin fronteras
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En el icónico recinto de Santo Petri, el venerado Tom Jones ofreció una noche de nostalgia y novedad ante una audiencia entusiasta a pesar de los elementos contra los que tuvo que lidiar. Con su garganta legendaria y un repertorio que mezcla éxitos recientes con clásicos inmutables, Jones demostró su dominio y dedicación. Sin embargo la noche no estuvo exenta de incidencias porque el fuerte viento obligó a retrasar durante media hora el inicio y a adaptar el escenario con la bajada de pantallas y la parrilla de focos. La velada comenzó con la íntima I’m Growing Old, seguida de una reinvención impactante de Not Dark Yet de Dylan, al ritmo del rock retro. It’s Not Unusual deslumbró con su toque de pop y rhythm & blues, mientras que What’s New Pussycat? trazó una travesía musical por el tiempo. Su guitarra eléctrica infundió un aire vintage en Delilah ofreciendo una psicodelia sorprendente. Cerró con un homenaje a Joe Cocker y una versión rockera de Kiss de Prince, conectando profundamente con el público.
Al final, Concert Music Festival quedó impregnada de la grandeza de este maestro, quien, con pasión y potencia, recordó a todos la magia de la música en su forma más pura y poderosa.
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