El turismo francés también elige Chiclana

Chiclana/Solvene Renoult ha encontrado en Chiclana su propio Silicon Valley: buen clima, fibra óptica cerca del mar y la tranquilidad del campo, para ejercer como ingeniera informática y matemáticas de modelización.

Desde Chiclana, asesora sobre inteligencia artificial y tecnología a empresas de su Francia natal, así como de Suiza y de Bélgica y también de Inglaterra y EEUU, lazos que mantiene de la época en la que se dedicaba a las finanzas y a la consultoría. Solvene es una muestra de la creciente llegada de franceses al municipio, primero lo hizo como visitante y con el tiempo se decidió por tener su residencia fija en la localidad.

Una vez que completó sus estudios en Madrid, un MBA (Máster en Dirección de Empresas) en el Instituto de Empresa, Solvene soñaba con vivir en España, así que recorrió la costa andaluza desde Nerja hasta Cádiz y Chiclana fue lo que más le gustó. “Un amigo español que vive en Suiza nos aconsejó venir a Chiclana -explica esta francesa de Normandía- y aquí llevamos siete años, los primeros yendo y viniendo y ahora a tiempo completo”. Habla en plural porque con ella también se trasladó su pareja, nacido en Suiza. Ambos valoran la cultural local y la convivencia con sus vecinos, “en mi calle todos son españoles y viven aquí todo el año también”.

Como Solvene, existe en esta ciudad un buen número de franceses que llegaron no solo buscando buen tiempo sino también integrarse en la vida y la cultura local.

10.000 franceses

Más de 10.000 turistas franceses visitaron Chiclana en el año 2023 y el 2024 se estrena con un crecimiento al alza, según se desprende de las estadísticas experimentales que realiza el INE a partir de la posición de los teléfonos móviles.

Solo en los meses de enero y febrero han superado el millar, y marzo registró más de 700, lo que explica que estos hayan escalado posiciones y se sitúen ya justo a continuación del turismo alemán y por delante del británico en los meses de menor afluencia. Algunos no de ellos no solo vienen de vacaciones, sino que, a medio plazo, se quedan.

Según datos del Ayuntamiento de Chiclana, actualmente hay más de 200 franceses empadronados en el municipio.

Siempre quise volver

Valerie Liot descubrió la localidad hace más de treinta años, cuando vivía en Madrid y visitó la zona con un grupo de amigos. Desde entonces, siempre tuvo la idea de volver. Regresó al país vecino, vivió en Marruecos y finalmente fijó su residencia aquí. ¿Razones? Le encanta el modo de vida, pasar tiempo en la calle y relacionarse con todos. Más ahora, que se aproxima su jubilación y está desligándose de su empresa inmobiliaria en Francia para que su familia continúe con el testigo.

Christophe Gabe regenta el bar de copas Neros, en La Barrosa, abierto todo el año y destinado a una clientela internacional. Vivía en La Baule, una ciudad costera de unos 20.000 habitantes que, en época estival, como ocurre en Chiclana, recibe a más de 200.000 visitantes. Allí tenía el mar, pero echaba de menos el sol, las tapas y esa ilusión de volver como todos los veranos desde que era un niño. Conocía bien la zona porque durante cuarenta años, estuvo viniendo de vacaciones para visitar a su tío cañaílla.

Había trabajado en la hostelería y viajado por medio mundo, mucho por Francia, por Inglaterra y hasta por China, pero pensando en su jubilación se compró una casa en el municipio hace ocho años. Estuvo tres de allá para acá, hasta que se vino con su mujer, inglesa, y también encantada de residir aquí, por el clima y por la cultura. “Nos encanta vivir en Chiclana”, declara Christophe, que es otro de los turistas de verano que ha acabado convirtiéndose en residente.

Según los datos de Instituto Nacional de Estadística, los meses con mayor visita de franceses a Chiclana fueron agosto con 1.862, según los móviles detectados, seguido de mayo, julio y octubre, con más de mil terminales registrados cada mes.

También en invierno

Pero, llama la atención en este estudio que estos siguen viniendo todo el año, convirtiéndose en el turismo extranjero mayoritario, detrás del alemán cuando acaba el verano. Y la tendencia es al alza.

Valerie también se ha percatado del cambio. “Ahora se escucha hablar francés en el mercado de abastos, en la playa y en el supermercado. Y se nota también por las matrículas de los coches, los ves después del verano. Antes no pasaba”, dice.

Con ese antes, se refiere a 2019, cuando esta francesa natural del sur, cerca de Bayona, se compró una casa en las proximidades de la Venta López, en un triángulo que le parece perfecto “porque estoy en el campo, cerca de la playa y también de la ciudad con el carril bici”. “Entonces no se oía hablar francés -recalca Valerie- ahora es casi a diario”. Esto da una idea de cómo están aumentando las visitas a la ciudad desde entonces.

José María Román, alcalde de Chiclana, resume que “estas cifras ponen de relieve que este turismo, antes discreto, escala posiciones y adelanta al británico desde enero hasta abril y también en noviembre y en diciembre, cuando más nos conviene”.

En 2022, se detectaron en Chiclana 9.448 franceses y en 2023 fueron 10.062. Enero y febrero de 2024 ya superan en casi 200 terminales la afluencia de estos visitantes respecto a los mismos meses del año anterior.

Desde mayo hasta octubre es el tercer mercado internacional que más clientes aporta a la localidad. Primero se sitúan los alemanes y segundo se encuentran los británicos.

Un total de 373 franceses se pasó el año pasado por las oficinas de turismo municipales y solo en el primer trimestre de 2024, han sido más de setenta los que se han interesado por la oferta turística y cultural de Chiclana. 45 de ellos han visitado el yacimiento arqueológico Nueva Gadeira.

Por otro lado, en cuanto a la estadística experimental del INE correspondiente al mes de marzo, en líneas generales, se detectaron 2.588 móviles de alemanes, 706 de residentes en Francia, 405 de personas procedentes de Reino Unido, 395 con origen en Países Bajos y 365 en Dinamarca.

Estadística

Para realizar estos análisis, el Instituto Nacional de Estadística usa como fuente de información datos proporcionados por los grandes operadores de telefonía móvil en España, a través de la explotación del posicionamiento de los terminarles de sus usuarios. De esta forma, se ha tenido en cuenta los dispositivos móviles de operadores internacionales que se conectan a la red de las compañías españolas.

“La medición de turistas en esta estadística está sujeta a limitaciones operativas -recalca el INE- así debe tenerse en cuenta que pudiera darse el caso de que una misma persona viaje con dos o más terminales y sería contado dos o más veces, respectivamente, o bien que una persona lo mantenga desconectado en todo el viaje o lo tenga conectado con una tarjeta específica de ese país y por tanto no sería detectado por la operadora española”.

Otras de las limitaciones es que “un turista (su dispositivo móvil) es contabilizado en el mes en el que abandona el país al que ha viajado, aunque su entrada se haya producido antes”.

“Por otro lado, es importante señalar que el INE -insisten desde la institución- recibe la información de las compañías de telefonía móvil de forma agregada y sin ningún tipo de identificación individual, lo que le imposibilita realizar cualquier seguimiento de ningún usuario de telefonía”.