Vetusta Morla: una comunión fosfénica que trasciende el tiempo
Con uno de los mejores directos del panorama actual, la banda madrileña colapsó la pista de Concert Music Festival
Búscate en las imágenes del concierto de Vetusta Morla en el Concert Music
Chiclana/En pleno siglo XXI, inmersos hasta el tuétano en las artificiales redes sociales, pocas cosas sorprenden. Mientras el dedo pulgar pide unas merecidas vacaciones, las cervicales y los hombros se comban primitivamente sin remedio. Pocas cosas nos hacen levantar la cabeza. Poco consigue quedar grabado en nuestra retina. Casi nada se queda grabado en nuestra mente. Sin embargo, ellos lo han vuelto a hacer. Vetusta Morla consigue de nuevo captar todas las miradas y dejarnos con la boca abierta. Desde Sancti Petri, sobre el escenario de Concert Music Festival, los seis madrileños regalaron lo que probablemente sea uno de los mejores directos musicales del panorama actual, demostrando una vez más que la música en vivo mueve el mundo; que lo original y auténtico siempre es un acierto.
Poco más tarde de las 22:30 horas de la noche la banda irrumpía en escena. La voz de un mesiánico Pucho (que por cierto, no tiene redes sociales) entonando Puentes, rescató todas las miradas de las pantallas, devolviendo al público a la realidad, a la magia del momento y de los festivales. Devolviendo a la consciencia plena del tiempo y del lugar. El público, que momento antes andaba desperdigado, se congregó fielmente ante el escenario, llenando al completo la pista en una de las fechas donde más entradas se han vendido. "¡Buenas noches Sancti Petri! ¡Buenas noches Cádiz! ¡Buenas noches Andalucía! Somos Vetusta Morla. Es un placer estar hoy aquí, compartiendo con vosotros. Gracias por estar aquí", saludaba Pucho tras Fiesta Mayor y Golpe Maestro. "Es importante la música en directo. Es algo mágico y mítico, además es fruto de un trabajo en equipo, tan importante ahora en esta época de individualismo". Y estas palabras fueron la única intervención en toda la noche. Mensaje escueto y directo. Corto y cambio. Con todo lo que había que cantar (Figurantes, Un día en el Mundo, La Sábana de mis Fantasmas...) sobraba cualquier palabra. Y al cabo de la noche Pucho y los suyos finalmente consiguieron esa comunión. ¿Qué más da la opinión política de el del lado si juntos podéis vociferar Copenhague? ¿A quién le importa lo que vote cualquiera en las urnas si suena de fondo Finisterre o La Virgen de la Humanidad? ¿A quién le interesa saber dónde está Puigdemont si en el escenario Pucho interpreta La Vieja Escuela mientras sale de fondo una imagen de Camarón? La buena música cura cualquier prejuicio. Quizás por eso entre la multitud se vislumbraban algunos niños y carritos de bebé enganchados a padres que seguro que escuchan a los madrileños desde sus inicios, hace ya 25 años. La buena música desde pequeñitos. Tal y como debe de ser. Por ahora, esta siguiente generación se tendrá que conformar con las grabaciones y vídeos de la banda, ya que, hasta 2026, Vetusta Morla estará descansando. “Esto es un descanso pactado, de aquí a un tiempo”, explicaba Pucho. "Todos merecemos un parón, pero antes teníamos que pasar por Cádiz", añadió, sin olvidar dar las gracias a “todos los que os habéis sumado a nuestra historia”
No sería tampoco de justicia acabar esta crónica sin hacer mención al montaje de imagen y luces del grupo, quizás uno de los mejores vistos hasta el momento por el festival chiclanero, totalmente fascinante, incluso hipnótico, especialmente en El hombre del Saco. Imposible despegar la mirada de la pantalla mientras el actor Manel Castillejo -quien encarna al Hombre del Saco en el videoclip- bailaba sugestivamente. Imposible no cerrar los ojos y seguir viendo ese surrealismo de luces. Según recoge el diccionario de la Real Academia Española (RAE), estas luces son los fosfenos una "sensación visual producida por la excitación mecánica de la retina o por una presión sobre el globo ocular". ¿Nunca jugaste de pequeño a cerrar los ojos y ver lucecitas? No obstante, Vetusta Morla va más allá de esta definición, quedando grabado no sólo en la retina; sino también en la memoria y en las consciencias. Lo que la música en directo ha unido que no lo separe nada ni nadie.
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