De Wroclaw hasta Chiclana: La metamorfosis del grabado en la exposición 'Reencuentro’

Przemyslaw Tyszkiewicz y Juan Candón se reúnen nuevamente en una muestra conjunta que estará disponible para el público hasta el 29 de septiembre en el Museo de Chiclana

El gaditano Juan Candón expone su obra en Polonia

El arte del grabado, protagonista de una exposición en el Museo de Chiclana

Uno de los grabados del artista gaditano, Juan Candón / D.C.
Carla Gómez

02 de septiembre 2024 - 10:02

En el emblemático Museo de Chiclana, se teje una narración de arte, amistad y devoción que trasciende los límites del tiempo y el espacio. La exposición Reencuentro, que estará abierta al público hasta el 29 de septiembre, es mucho más que una simple exhibición de grabado. Es un vibrante testimonio de la conexión humana y artística entre dos maestros de la técnica: el gaditano Juan Candón y el polaco Przemyslaw Tyszkiewicz. Esta relación, nacida en el marco de un proyecto europeo hace más de 25 años, ha evolucionado hasta convertirse en una colaboración que ha dejado una marca indeleble en el mundo del grabado contemporáneo.

"En 2004, nació la idea de un intercambio cultural que permitió a grabadores polacos exponer sus obras en el Castillo de Santa Catalina en Cádiz, mientras que nuestros estudiantes de la Escuela de Arte tuvieron la oportunidad de mostrar sus trabajos en Wroclaw, la ciudad natal de Przemyslaw. Desde aquel momento, nuestra colaboración ha sido constante y fructífera. De hecho, el pasado mes de mayo inauguramos juntos la exposición Opening, la cual hemos tenido el honor de trasladar a Chiclana", relata Juan Candón. "El intercambio no sólo enriqueció nuestras trayectorias profesionales, sino que también cimentó un vínculo que sigue sólido y vibrante hasta hoy".

Este vínculo, alimentado por su amor compartido por el grabado y una admiración mutua que se ha fortalecido con cada nueva colaboración, es el corazón de Reencuentro. Este título celebra el valor de esas conexiones que, con el tiempo, se han convertido en piedras angulares de su arte y amistad.

'Las flores de mi jardín', obra de Juan Candón / D.C.

En la muestra, Candón despliega una colección de 28 obras que trascienden la mera maestría técnica para revelar su insaciable búsqueda de reinvención. Estas piezas, en sus inicios relegadas como simples descartes se han transformado en intrincadas composiciones tridimensionales que desafían la rigidez del grabado convencional. En lugar de conformarse con la bidimensionalidad inherente a esta técnica, Candón ha dado nueva vida a sus antiguas creaciones, metamorfoseándolas en formas que juegan con la luz y la sombra, creando así una experiencia que se extiende más allá del plano, añadiendo una riqueza tanto literal como metafórica a su arte.

"El grabado ha sido siempre plano", medita Candón. "Sin embargo, para mí, el arte no debe limitarse a una sola dimensión. Mi deseo era romper esas fronteras, explorar los confines de la técnica y transformar imágenes que, de otro modo, habrían sido descartadas".

La chispa de esta metamorfosis nació de un giro inesperado en la vida: una mudanza. "Al trasladarme a un estudio más reducido, me vi forzado a enfrentar la realidad de que no podía conservar cada uno de esos ensayos fallidos. En vez de relegarlos al olvido, decidí emprender una transformación: plegar, manipular, y reinventar esos fragmentos en nuevas formas". "Así, lo que en su momento fueron meros restos de trabajo, adquirieron una nueva existencia, como si les hubiera concedido una segunda vida”, declara el artista gaditano. 

Przemyslaw Tyszkiewicz, por su parte, es un nombre que resuena con fuerza en el panorama del grabado europeo. Con una carrera que abarca varias décadas, este maestro polaco ha sido aclamado por su precisión técnica y su estilo onírico, que se expresa a través de composiciones meticulosas y cargadas de significado. Su obra, que abarca desde lo más íntimo y personal hasta lo universal, es el resultado de un proceso largo y reflexivo que exige tanto paciencia como una atención minuciosa a los detalles. "Cada una de mis obras es el fruto de meses de trabajo y reflexión", comenta Tyszkiewicz, cuya dedicación al arte del grabado es evidente en cada línea y sombra que conforma sus composiciones. "El grabado es un proceso que requiere tiempo, pero es precisamente en esa dedicación donde reside su belleza", explica Tyszkiewicz.

Los artistas, junto a la delegada Susana Rivas y el director del Museo / D.C.

“El grabado, a menudo eclipsado, es un arte que encierra un vasto potencial para la innovación y la expresión artística”. “Esta técnica, frecuentemente subestimada, se revela como una de las más dinámicas y vivas en el ámbito artístico, gracias a su capacidad para incorporar avances de la industria y nuevos materiales. Personalmente, he desarrollado una técnica que denomino ‘celograbado’, en la que utilizo cinta adhesiva para crear mis obras. La cinta se adhiere a una lámina, de la cual extraigo y estampo mi trabajo. De este modo, el grabado sigue siendo una disciplina en continua evolución, llena de posibilidades aún por explorar”, reflexiona Candón.

La exposición Reencuentro trasciende la mera exhibición de la destreza técnica de sus protagonistas, abriendo una ventana a la capacidad transformadora del arte. A través de las piezas de Juan Candón, los humildes restos de un taller, antes relegados a la sombra de la indiferencia, se reinventan como obras que cuestionan las fronteras tradicionales del grabado. Del mismo modo, las obras de Przemyslaw Tyszkiewicz, aunque marcadas por una precisión casi meticulosa, desvelan una sensibilidad íntima hacia los matices más sutiles de la experiencia humana, evocando una reflexión profunda sobre la existencia.

'La corrala', obra de Juan Candón / D.C.

“Para nosotros, los grabadores, uno de los principales objetivos al exponer es darle visibilidad a este arte tan a menudo aislado en galerías y exposiciones,” comenta Candón. “Exhibir nuestras obras es esencial para establecer una conexión genuina con el público; de lo contrario, corremos el riesgo de caer en un diálogo solitario con nosotros mismos. Primero invitamos a otros artistas, ya que su mirada crítica es invaluable y puede ofrecer una retroalimentación rica. Sin embargo, también valoramos profundamente la presencia del público general. Aunque no todos sean expertos en grabado, cada observador aporta una perspectiva única que, desde el desconocimiento, puede resultar en una reflexión constructiva sobre el arte.”

Juan Candón, infundido con la energía de un artista que aún tiene mucho por ofrecer, ya se aventura hacia nuevos horizontes creativos. “Aún tengo un montón de cajas de papel esperando ser transformadas", dice con una mezcla de humor y determinación. “Nuestro éxito en Wroclaw ha sido fantástico, y estoy convencido de que hay mucho más por explorar y experimentar en este campo.”

Para ambos artistas, esta exposición no sólo celebra la profundidad de su amistad y su pasión compartida por el grabado, sino que también es un testimonio del poder del arte para superar barreras culturales y construir lazos duraderos. Reencuentro permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre, ofreciendo al público una oportunidad singular para adentrarse en un diálogo artístico que trasciende épocas y fronteras. La muestra subraya cómo el arte no solo une, sino que también celebra la infinita capacidad de reinventarse y evolucionar.

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