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¿Un santuario? El yacimiento conecta a Chiclana con el Mediterráneo fenicio y púnico

Chiclana

Las investigaciones en el yacimiento ponen de manifiesto la existencia de importantes edificios de época púnica, probablemente dedicados al culto

Durante las excavaciones, han aparecido elementos arquitectónicos hasta ahora no encontrados en la Bahía de Cádiz

Visita del alcalde al yacimiento, en una imagen de archivo.
Fran M. Galbarro

22 de enero 2023 - 06:00

Chiclana/Chiclana ultima la puesta a punto de su centro de interpretación fenicia, en el que dará a conocer a sus miles de visitantes la difusión de la historia milenaria de la ciudad. El yacimiento de El Cerro del Castillo, habitado desde la Prehistoria Reciente, constata la importancia del enclave en la colonización fenicio - púnica de la Bahía de Cádiz y supone una mina de información para los amantes de la historia.

Durante su construcción, los investigadores han podido llevar a cabo de un control arqueológico especialmente en los niveles púnicos, los menos conocidos del yacimiento hasta ahora. Las últimas excavaciones en el Cerro del Castillo han puesto de manifiesto la existencia de edificios monumentales en los siglos V y III a.C, de época púnica y probablemente sagrados, con rasgos similares a los encontrados en algunos de los enclaves más destacados de la civilización cartaginesa en el Mediterráneo.

Así lo constata Paloma Bueno, descubridora del yacimiento y coordinadora de los trabajos arqueológicos en la zona. Durante las obras, se ha podido constatar el “importante y cuidado” urbanismo, con restos que permiten detectar rasgos arquitectónicos frecuentes en los monumentos más singulares de la época. Lo que hoy es Chiclana podría ser “un lugar importante dentro de la construcción púnica”, con tendencias arquitectónicas reflejadas en los monumentos más importantes de la civilización cartaginesa.

El nuevo centro de interpretación Nuevo Gadeira, durante una prueba de iluminación.

En la zona más alta del Cerro, donde se han realizado las últimas excavaciones, los investigadores han detectado la presencia de tres edificios, algunos coetáneos en el tiempo. En uno de ellos, encontraron un gran sillar de piedra ostionera con forma de gola, una moldura habitual en la arquitectura fenicio-púnica, sobre todo en edificios de cierta importancia como palacios y santuarios. Se trataría de un fragmento de la cornisa del edificio.

La gola egipcia era el elemento más usado en el arte monumental semita, especialmente en el ámbito cartaginés. Hasta ahora habían sido encontrados en templos y santuarios fenicios, como en el templo de Eshmun en Sidón (actual Líbano) o la del santuario de la isla de Tiro, fechado en los siglos V y IV a.C, por lo que los investigadores plantean que no tendrían un mero valor decorativo o simbólico, sino que formarían parte del carácter sagrado del edificio del Cerro del Castillo.

Muro de uno de los edificios encontrados.

Además, la gola egipcia responde a lo que algunos investigadores denominan como “estilo arquitectónico egiptizante”, una corriente formal, técnica y estética que rescata elementos de origen egipcio. Fenicios y cartagineses se fijaron en el antiguo Egipto para levantar sus monumentos, primero en ámbitos mediterráneos como Grecia, Chipre y posteriormente el imperio cartaginés. En la cultura fenicio-púnica, los influjos egipcios llegaron a todos los ámbitos: arquitectura, artesanía, iconografía… Pero aún no habían sido detectados en yacimientos de la Bahía de Cádiz.

Los investigadores aún no saben con exactitud qué función tuvo este edificio monumental, pero todo hace indicar que se trata de un santuario. No sólo por el aspecto y la ornamentación, sino por la figura encontrada en el interior: durante las obras, ha aparecido una terracota aparentemente femenina, posiblemente en representación de Astarté o Tanit, diosas de la mitología fenicia y cartaginesa.

Fragmento de la terracota femenina.

No es la primera vez que aparece en el yacimiento un elemento que pueda estar relacionado con un santuario. En 2006 se localizó lo que podría ser un altar con forma de piel de toro entre las viviendas del siglo VI a.C., aunque el lugar donde apareció lleva a los investigadores a pensar que pudiera tratarse de un altar doméstico.

Hay otros indicios para interpretar que se trataba de un monumento dedicado al culto, como la aparición de pozos de agua dulce aún sin excavar, que podrían haber sido importantes para llevar a cabo rituales, para la limpieza de los sacrificios de sangre o para el personal que allí se alojaba.

Además, en ese mismo edificio y muy cerca del lugar donde apareció la terracota femenina, los investigadores encontraron un grafito con un texto que, de momento, es ilegible. Han aparecido dos trozos de la cerámica, que podría dar pistas sobre la funcionalidad del espacio, pero está rota por la mitad. “No es muy normal encontrar escrituras en yacimientos de esta época”, apunta Bueno, quien espera poder encontrar el mensaje completo en el futuro.

Visita del alcalde al yacimiento, en una imagen de archivo.

Los investigadores deben constatar estas hipótesis en excavaciones más amplias, aunque ha quedado constatada la existencia de un espacio organizado para el hábitat, la producción y el culto, con elementos arquitectónicos que conectan a Chiclana con otros yacimientos fenicio-púnicos destacados en el Mar Mediterráneo como los de Kerkouane (Túnez), Mozia (Sicilia, Italia), Zurrieq (Malta) o Sabratha (Libia).

“Estos descubrimientos aportan mucha información valiosa sobre la colonización fenicio-púnica de la que hasta ahora no disponíamos en el entorno de la Bahía de Cádiz”, apunta la coordinadora de los trabajos, quien relaciona el Cerro del Castillo con un lugar de culto en el entorno de las islas Gadeira y del Castillo de Sancti Petri.

El Cerro del Castillo, donde se ubica el yacimiento fenicio-púnico.

Durante las últimas intervenciones en el entorno del centro de visitantes también se han encontrado restos de fragmentos cerámicos, algunos objetos de metal y restos de animales, como huesos, conchas y grandes teselas de mármol. “Había espinas de atunes enteras, chocos, muertos, cañaillas…”, recuerda Bueno, que no descarta la existencia de un lugar para la fabricación de salsas y salazones en el entorno.

Los niveles alcanzados han sido, de momento, los más recientes del yacimiento, de época medieval, romana y púnica. Anteriormente, también se descubrió en niveles inferiores una muralla de cajones de tipo oriental, fechada por el momento a finales del siglo VII a.C y un conjunto de viviendas del siglo VI a.C. construidos sobre la misma, una vez que ésta había sido desmantelada. También se encontraron algunas construcciones de los siglos V y IV a.C.

El Ayuntamiento ultima los trabajos en el centro de interpretación Nueva Gadeira para poder visitar estos restos y conocer a fondo la historia de la Chiclana milenaria. Al menos la descubierta hasta el momento: el Cerro del Castillo aún guarda muchos secretos por desvelar.

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