El becario de Vejer
Con la venia
CONOCÍ a Juan Manzorro hará más de 30 años. Él un animoso redactor de Antena3 que empezaba en la profesión que tanto amó. Yo un esforzado concejal del Ayuntamiento de Cádiz. En la época ya lejana en la que no había móviles ni correo electrónico, me llamaba todos los domingos por la tarde al teléfono de casa (eso que ahora llamamos “el fijo”) para grabarme alguna cosa con la que completar el informativo de la mañana del lunes, el más difícil de la semana.
No sé lo que le pagaría Antena 3 Radio, supongo que muy poco, pero él había conseguido un sueño: trabajar en la radio. Desde entonces mantuvimos una profunda amistad cimentada desde el cariño y el respeto, muchas veces con discrepancias sobre tal o cual persona que yo criticaba y él quería. Porque hay que decir que jamás le escuché hablar mal de nadie, seguro que tendría opiniones críticas de más de uno, pero se las guardaba para sí.
Entró en Canal Sur, primero en Algeciras y después en Cádiz. Sus retransmisiones del Falla, de las procesiones de Semana Santa y del Cádiz le hicieron una persona muy conocida en la ciudad, lo que unido a su estatura era raro el acto donde la gente no se fijase en él. Luego fuimos compañeros en la directiva de la Asociación de la Prensa, donde siempre estaba dispuesto para cualquier gestión, para asistir a cualquier acto. Ahora que lo pienso, he ido en mi vida a dos pregones de Semana Santa, de Emilio López y suyo, ninguno de los dos está hoy con nosotros. No conocí a nadie más entusiasta, más optimista, mejor persona.
Su “resfriadito”, como él mismo lo definió, le había mordido con la maldad con que la vida trata a las buenas personas, a pesar de lo cual mantenía intacta su ilusión por recuperarse para volver a la vida de siempre,
el trabajo que amaba, la vida con Mónica, el amor de su vida, las charlas con los amigos, los paseos por Cádiz, las visitas a Vejer.
Hace ahora 12 años empecé a escribir un blog en este periódico donde él comentaba las entradas como Un Becario de Vejer, riéndose de sí mismo, de su comienzos en la hostelería, regañándome si me había pasado al criticar a alguien. Era tan divertido que para muchos era, simplemente, El Becario, broma que siempre agradecía. Se empeñó en que tratase al obispo Zornoza, con quien fui a visitarle hará 15 días. Según aquello en lo que Juan creía, ahora estará junto con su madre Gertudris.
Desde luego donde siempre estará es en mis recuerdos y en los de tanta gente que le hemos querido. Habíamos quedado que vendría con nosotros al estadio del Atleti, lo que ya no podrá ser. Cuando el 11 de marzo lleguemos al Wanda para ver el Atleti- Cádiz no podré dejar de recordar la cita con esa buena persona que me regaló su amistad a lo largo de tantos años.
También te puede interesar
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)
Contenido ofrecido por Gestión Hospitalaria Gaditana