Algo se mueve en el entorno de una de las personas más influyentes y desconocidas del espacio de la ‘izquierda transformadora’, Amanda Meyer. La hija del histórico antifranquista Willy Meyer (diputado en el Congreso junto a Julio Anguita y durante 10 años eurodiputado) es abogada, número 2 del PCE (en la que es responsable del área de Convergencia e Institucional del Comité Central), coportavoz federal de Izquierda Unida, ‘yolandista‘ de primera hora y ‘antiyolandista‘ reciente.
La abogada de 47 años ejerció como directora general de Vivienda en la Junta de Andalucía, gracias al pacto entre PSOE e IU entre 2012 y 2015, y en 2020 fue designada como jefa de Gabinete de Irene Montero en el Ministerio de Igualdad.
La relación con Podemos acabó mal a cuenta de las negociaciones previas a las elecciones andaluzas en la que Meyer junto al líder del PCE, Enrique Santiago, peleó porque los morados no liderasen una lista en la que se hizo hueco al minúsculo y ‘errejonista’ Más País para alegría de Yolanda Díaz.
La venganza del ‘pablismo’ no se hizo esperar: Irene Montero destituyó a Meyer aduciendo «un cambio de etapa tras la aprobación de ley de Libertad Sexual», pero el argumento se derrumbó tras conocerse que Ione Belarra también cesaba como secretario de Estado de la Agenda 2030 a Santiago.
El secretario general del Partido Comunista se explicó: «Me han comentado que han decidido una reestructuración del Ministerio y que para lo que queda de legislatura, pensaban que era mejor que pudiera dedicarme al trabajo en el grupo parlamentario, para sacar adelante el programa de Gobierno.
«Es la explicación que han dado y yo la tengo que respetar. No soy de broncas internas y, en primer lugar, es de agradecer que una ministra de un partido haya querido contar conmigo, siendo de otro partido. No es muy habitual. Y en segundo lugar, es de agradecer que podamos seguir todo el mundo trabajando en lo que viene por delante», han apuntado
El secretario general del PCE y portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Enrique Santiago,interviene durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.
«La relación personal es buena, y la política creo que es conocido por todo el mundo cómo está. Esas negociaciones (por las autonómicas andaluzas) desgastaron mucho el espacio político y limitaron la capacidad de generar ilusión para arrancar en buenas condiciones el proceso electoral de Andalucía. Hemos manifestado distintos puntos de vista», dijo Meyer.
Santiago, al igual que Meyer, aplaudió el nacimiento de Sumar: «Compartimos que es imprescindible generar un proceso de movilización social que ilusione a muchas personas que están desilusionadas después de unos años muy duros. Compartimos la necesidad de que las personas sean protagonistas de los cambios sociales y de que hay que reforzar la organización de un espacio donde se integren no solamente esas personas, sino las organizaciones sociales, donde participen los sindicatos y, por supuesto, del que tienen que formar parte los partidos que se sienten democráticos y de izquierdas».
Yolanda Díaz se ha garantizado ganar las votaciones internas en ‘Sumar’ ya que se reserva el 70% de la organización mientras que tan solo el 30% de la dirección estaría en manos de otras fuerzas como Izquierda Unida.
Ione Bellarra e Irene Montero, diputadas y próximas exministras de Podemos
Esta apuesta ha alarmado a Meyer, la que fuera exjefa de Gabinete de Irene Montero, a la que Díaz no premió su fidelidad como mujer clave en la puesta en marcha del Movimiento Sumar, que fue radicado en una casa del barrio madrileño de Tetuán de una tía de la número 2 del PCE.
Meyer se quedó fuera del Gobierno, en parte porque el ‘garzonismo’ que lidera Sira Rego no quiso darle voz al PCE (que fue compensado, en parte, con una portavocía suplente del Congreso).
Pero la vicepresidenta, militante del PCE, tampoco quiso hacer hueco en su Ejecutivo a miembros ‘peceros’ pese a que algunas quinielas daban por descontado que Santiago y Meyer iban a tener hueco en el Ejecutivo.
Ahora la exjefa de Gabinete de Irene Montero se revuelve contra el diseño organizativo que prepara Sumar bajo la batuta de Íñigo Errejón.
«Para nosotros es fundamental decir que Izquierda Unida no es una cuota y que somos una organización federal que va a poner todo su capital político en la construcción y fortalecimiento de las alianzas y, desde sus territorios, garantizaremos que Sumar llega a la segunda fase de configuración de un Frente Amplio con toda la fortaleza, porque cuenta con IU sin que seamos una cuota», ha afirmado Meyer.
«Hablar de porcentajes debe ser fruto del trabajo que se produzca en los territorios, donde IU tiene presencia, fuerza organizativa e institucional, y una red de concejales y concejalas y grupos municipales», añadió la exjefa de Gabinete de Irene Montero.
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