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Broncano
Sanlúcar
La inestable situación política que se vive en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda se ha hecho notoria durante una sesión de pleno extraordinaria vivida este lunes. Se trata del debate sobre el estado de la ciudad, una sesión que hace dos años acordaron entre el PSOE y el PP para revisar la gestión del gobierno que, desde hace un año, está repartida entre Izquierda Unida y el PSOE a partes iguales, con siete concejales cada uno y la Alcaldía en manos de Carmen Álvarez (IU).
Los últimos acontecimientos en la ciudad, con sesiones de plenos cada vez más subidas de tonos, reproches entre los socios de gobierno y acusaciones de la oposición presagiaban un debate intenso y hostil, con la alcaldesa en el punto de mira. Así, los diferentes grupos de la oposición atizaron la gestión y ahondaron en la crisis del gobierno de coalición mientras que ambos grupos de la izquierda defendían sus respectivas concejalías y el pacto, pese a que no intentaron esconder en ningún momento la falta de entendimiento y el crispado ambiente entre ambas formaciones. La falta de presupuestos y la escasa limpieza de la ciudad fueron los asuntos más tratados por los diferentes grupos de la Corporación Municipal.
El grupo municipal de VOX, con dos concejales en el Ayuntamiento, empezó a calentar el ambiente con los reproches a la gestión del Gobierno local. En primer lugar, destacó los meses que la ciudad de Sanlúcar lleva sin presupuestos, más allá de los transitorios aprobados en el mes de octubre del pasado año y prorrogados desde el 2021. Carmen Infantes, portavoz de VOX, también achacó los 64 millones de deuda bancaria que el Ayuntamiento sigue incrementando, consecuencia de la "continuidad de la mala gestión de los últimos años". Además, sacó a la palestra datos negativos del Consistorio como la ausencia de oferta de emplea público o de vivienda social, con 200 viviendas ocupadas en la ciudad. "La imagen de la ciudad es lamentable", retrató Infantes sobre la limpieza de la misma, además de afirmar que "no es segura".
El PSOE, tercera fuerza municipal en el Consistorio, inició su primera intervención resaltando la confianza del grupo socialista en la ciudad. Víctor Mora, teniente de alcaldesa, presumió del superávit que presentaban las cuentas y de los siete concejales de su grupo. Sobre el pacto de gobierno con IU, el teniente de alcaldesa espera que la regidora cumpla con la palabra de municipalizar determinados servicios, como en el caso de los tres notificadores. Además, reclamó que se aceleren los presupuestos, del que espera mayor inversión en promoción, deporte, vivienda o futuro; pero apuntillando que “no hacen falta presupuestos para que las delegaciones trabajen”.
Izquierda Unida, mediante el delegado de Infraestructuras, David González, defendió el trabajo de la alcaldesa y los siete concejales del grupo. "El acuerdo sigue tan vigente como el primer día", resaltó, pese a que no escondió que "la salud del pacto es mejorable". Sobre los presupuestos, el concejal justificó que "no ha sido por falta de interés", reclamando responsabilidad al resto de grupos para cuando se presenten. González dejó un recado al PSOE con declaraciones como el "aire fresco" que, según sus palabras, el propio personal municipal del Ayuntamiento ha agradecido, y pidió al PSOE, indirectamente, que dejaran "vanagloriarse de lo que hicieron o dejaron de hacer" y, de forma directa, "que dejen a un lado las discrepancias".
Con la intervención del grupo popular se vivieron los momentos de mayor tensión en el salón de plenos del Palacio Municipal. La portavoz, Carmen Pérez, se despachó contra la alcaldesa de la localidad acusándola de hipocresía por no apoyar lo que "siempre defendía en la oposición". Recordó la férrea y agresiva lucha que Carmen Álvarez ejerció durante los ochos años de mandato que coincidió con Víctor Mora de alcalde, donde acusaba al PSOE de "ser de derechas". También atacó a la alcaldesa por "no hacer nada" con las políticas de presión fiscal con las que se oponía con asiduidad al ahora teniente de alcaldesa y socio de gobierno. Sobre los presupuestos, reflejó que el superávit viene motivado por un recorte en el personal, mayor deuda, menos inversiones y subvenciones sin ejecutar. "Es patético y lamentable no presentar un presupuesto ostentando la mayoría", destacó, viniendo motivado por "la brecha entre socialistas y comunistas". Además, acusó a Álvarez de "colocarse como alcaldesa", "mentir a los sanluqueños" y "no tener ni idea".
"Llego al pleno como gobierno y cuando interviene Izquierda Unida me pongo el traje de oposición", evidenció Víctor Mora cuando tomó la palabra por segunda vez. También contraatacó a sus socios con que "no se puede llevar todo el presupuesto a las delegaciones de Infraestructuras y Limpieza".
La alcaldesa, Carmen Álvarez, cerraría el debate con un discurso apelando al pacto con sus socios, defendiendo su gestión y atacando el papel realizado por la oposición. "Rencillas tiene que haber", justificó del mal ambiente con sus socios socialistas. La regidora reconoció que "no se pueden negar los problemas de la ciudad", con dardos al PSOE en dos cuestiones: primero, que esos problemas "vienen de lejos" y, segundo, “que no se puede engañar a la ciudadanía”, en referencia a un falso superávit. “No tenemos ese dinero”, destacó. La primera edil defendió que los próximos presupuestos se están trabajando pero "que no se va a ver el color en una semana ni en dos". La limpieza y el personal municipal, avisó la alcaldesa, serán las prioridades absolutas.
Por otro lado, Álvarez destacó los logros conseguidos hasta ahora, resaltando, entre otros, la inversión de 5,9 millones de euros del Pacto de Doñana y la renovación de las redes de saneamiento y asfaltado de numerosas calles en las que hacía décadas que no se ejecutaban obras. Además, se jactó de afrontar los pagos pendiente de la anterior gestión como los planes de empleo, Aqualia, la Policía Local y la plantilla del resto de áreas y unidades municipales.
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