La ciudad de la luz está apagada
La crisis del coronavirus en Sanlúcar
Los servicios públicos esenciales y los comercios de alimentación mantienen el pulso de una población acostumbrada a vivir la calle. Su preocupación aflora en numerosas acciones solidarias.
Sanlúcar/Muchos visitantes de Sanlúcar suelen sorprenderse de la extraordinaria vida en la calle que tiene esta ciudad turística en cualquier época del año. La excelente oferta gastronómica de los bares y restaurantes de cualquier rincón del municipio y el disfrute de la incomparable luz natural que cautiva especialmente a los artistas de la fotografía y la pintura se vieron interrumpidos el pasado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma como consecuencia del dichoso coronavirus.
Si para cualquier población el confinamiento es una situación ciertamente difícil de sobrellevar, para los sanluqueños eso de quedarse en casa se convierte en algo verdaderamente complicado, por no decir agobiante. Sin embargo, de acuerdo con las declaraciones oficiales, en líneas generales, la ciudad está demostrando que, aunque cueste, se puede estar a la altura de las circunstancias. Desde que está prohibido salir de casa salvo por causas justificadas, los cuerpos y fuerzas de seguridad han impuesto más de 400 sanciones. “No son muchas, en proporción al número de habitantes”, dice el alcalde, Víctor Mora.
La inmensa mayoría de la población sanluqueña está respetando las normas, pero nunca sobran los llamamientos públicos a la ciudadanía para que no baje la guardia ni, por supuesto, los mensajes dirigidos a las personas que no se dan por enteradas. Sirvan de ejemplo las, digamos, salidas caninas. La Policía Local se ha visto obligado a difundir un aviso para advertir de que “el paseo al perro debe ceñirse solo y exclusivamente al entorno de la vivienda del propietario y debe realizarse individualmente por el tiempo estrictamente necesario para que el animal haga sus necesidades”. “Estamos observando que esta medida se está intentando incumplir por muchas personas y procederemos a sancionar”, añade el cuerpo municipal reclamando colaboración.
Los servicios públicos esenciales y los comercios de alimentación son los que se están encargando de mantener el pulso de una población que, efectivamente, está acostumbrada a vivir la calle. En el ámbito económico, dadas las extremas dificultades que está planteando la crisis del coronavirus para sacar adelante sus negocios, numerosas empresas han optado por ofrecer servicios a domicilio. Desde los puestos de la Plaza de Abastos, el afamado mercado municipal, que sigue abriendo cada día, hasta las tiendas de barrio, pasando por establecimientos de muy diferentes sectores. Para ello, las redes sociales se han convertido en una herramienta de difusión muy útil. El tiempo dirá si surte efecto esta experiencia obligada por las circunstancias.
En los sectores primarios, tan importantes en Sanlúcar, la actividad se mantiene a duras penas. La agricultura y la pesca, dos auténticos motores económicos de este municipio gaditano, no ha parado, si bien es cierto que, en la actual situación, el trabajo diario requiere de ciertas medidas de seguridad que complica su desarrollo.
Fue precisamente en el sector agrícola donde surgió la primera iniciativa solidaria de Sanlúcar en estos días en los que son tan necesarias las mascarillas y demás medios de protección. Las asociaciones de mujeres de La Algaida, con el apoyo de varias empresas de la ciudad, se propusieron en principio confeccionar más de 2.000 mascarillas para los agricultores y los trabajadores de las cooperativas de la zona, pero el objetivo se ha ido agrandando con el paso del tiempo. Su generosa labor se ha extendido a los profesionales sanitarios y la población en general, llegando incluso a rebasar el término municipal de Sanlúcar.
Otras muchas entidades locales de muy diversa índole promueven acciones similares en esta ciudad que cada día, a las ocho de la tarde, como en toda España, sale a los balcones a aplaudir y cantar para plantar cara a eso que llaman Covid-19.
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