"Cheryshev, te quiero"
Copa del rey - cádiz-real madrid
El Cádiz pierde (1-3) un partido relegado a un segundo plano por la posible alineación indebida de Cheryshev
En una eliminatoria de Copa entre un grande de Primera -en este caso, el más grande de todos, diez veces campeón de Europa- y un club humilde de Segunda B, suele decirse que el resultado es lo de menos. Pero en el caso del Cádiz-Real Madrid de anoche puede que el resultado de 1-3 a favor de los merengues efectivamente sea lo de menos, ya que podría ser invalidado por la presunta alineación indebida del ruso Dennis Cheryshev. Los rumores sobre este hecho, que podría dar el pase directo a octavos a los amarillos, eclipsaron un encuentro sin mucha historia que ganó fácil el conjunto blanco gracias a los tantos del propio Cheryshev e Isco en dos ocasiones. Kike Márquez marcó para el Cádiz, que ofreció una digna imagen frente a su público.
Benítez siguió su propio consejo y decidió no fiarse de los cadistas, alineando a diez de los once futbolistas del primer equipo desplazados hasta la capital gaditana. Claudio, por su parte, apostó por un once de no habituales, recuperando para la causa a jugadores desaparecidos desde hace varias jornadas como Tomás, Salvi o Wilson Cuero. Los amarillos soñaban con sorprender de inicio a blancos, pero sólo dos minutos tardó en verse reflejada en el marcador la evidente superioridad visitante. Los que tardó James en servir un buen pase cruzado para Cheryshev, que le cogió con mucha facilidad la espalda a Cristian Márquez y no tuvo problemas para batir por bajo a Pol Ballesté. La primera en la frente.
El Cádiz al menos le ponía entusiasmo y a los ocho minutos Wilson Cuero tuvo una inmejorable ocasión para empatar, pero el colombiano no estuvo fino en el remate. Tras recibir un gran balón de Salvi, el 9 cadista estrelló la pelota en el cuerpo de Kiko Casilla cuando tenía toda la portería para él. Cinco minutos después James perdonó el 0-2 con un remate que se marchó cruzado en exceso. De todas formas, el tempranero tanto de Cheryshev había colmado el hambre de los madridistas, que no se mostraban especialmente ansiosos por alcanzar el área contraria. Los amarillos, por su parte, se gustaban y Lolo Plá o Salvi dejaron buenos detalles de cara a la galería.
En el 26, los locales disfrutaron de una nueva ocasión en botas de Lolo Plá, que primero inició la jugada tras recuperar ante Arbeloa y que él mismo finalizó tras una serie de rechaces con un disparo que se estrelló contra el lateral de la red. Las noticias acerca de la presunta alineación indebida de Cheryshev corrían ya como la pólvora a esas alturas de partido y se notó tanto en la grada, que desató su lado más guasón, como en el campo, con un Madrid desorientado y más pendiente del banquillo que de su rival. Sin que ocurriera nada en cuanto a fútbol se llegó al descanso.
El inicio de la segunda parte confirmó que el fútbol había pasado a un segundo plano. El Madrid, desconectado del partido, apenas si era capaz de enlazar cuatro pases seguidos ante un Cádiz animoso y espoleado por la grada. Los amarillos rondaron el empate en el 60 con un lanzamiento envenenado de Kike Márquez -que había entrado tras el descanso por Tomás- que se marchó desviado por poco. En el 65, en un chispazo, llegó el segundo tanto de los blancos, al aprovechar Isco un buen pase en profundidad.
La afición cadista, ajena ya a lo poco que sucedía en el campo, disfrutaba cantando "Cheryshev, te quiero" y similares, celebrando de antemano un pase aún por confirmar. Nunca se celebró una derrota con tanta alegría. A la grada ni le importó que cayera el tercero, de nuevo obra de Isco tras un magistral recorte dentro del área que dejó sentados a varios cadistas. Josete, que acabó metido en la portería, no pudo evitar el tanto del malagueño.
Pese al resultado el Cádiz estaba muy cómodo sobre el campo, más incluso que los que iban por delante en el marcador. Güiza, nada más salir al terreno de juego, probó suerte con un buen disparo que salió desviado por poco y acto seguido Kike Márquez intentó sorprender a Casilla desde el córner, pero el excadista sacó su intento de gol olímpico. En el 87 el sanluqueño aprovechó un rechace dentro del área para anotar el gol del honor, que desató la fiesta en Carranza. Hubo tiempo para que Pol se luciera con dos buenas paradas y para que Salvi rozara el 2-3 con un remate dentro del área que se marchó fuera. Con el Cádiz jugando en campo contrario y ofreciendo una más que digna imagen ante un Madrid deprimido concluyó un partido intrascendente. El verdadero encuentro se jugará en los despachos.
También te puede interesar
Lo último