Locura en la categoría de bronce

Fútbol | Segunda B

Nueve de los diez subgrupos se están viendo afectados por un Covid-19 que ha provocado ya que se tengan que aplazar 35 partidos cuando todavía no ha finalizado la primera vuelta

El balón se ha parado en 35 partidos de Segunda B en lo que va de primera vuelta.
El balón se ha parado en 35 partidos de Segunda B en lo que va de primera vuelta.
F.J.D.

06 de diciembre 2020 - 22:04

Cádiz/Era de esperar lo que está sucediendo en la Segunda División B del fútbol español en cuanto a las secuelas del Covid-19. El número de encuentros que se ha visto afectado desde que comenzó la temporada confirma que el virus se encuentra, de manera más o menos agresiva, en muchos equipos de la categoría de bronce y ello da paso a calendarios abiertos en cuanto a partidos de semanas anteriores que aún no se han podido disputar.

Las cifras son claras. La Liga en los diez subgrupos que este año conforman la categoría todavía no ha alcanzado el final de la primera vuelta y la acumulación de aplazamientos es de 35 partidos. Todos los subgrupos menos el 1A, compuesto por conjuntos gallegos y de Castilla y León, han sufrido algún aplazamiento a causa de la pandemia, existiendo casos con una elevada carga de suspensiones y en algunos equipos hasta en dos ocasiones.

Desde la primera jornada se vienen produciendo los aplazamientos una vez que las pruebas PCR confirman que existen positivos, lo que da paso a un protocolo que suspende el partido del equipo afectado y le mantiene alrededor de una semana sin entrenamientos en grupo a la espera de que un negativo general permita volver a la 'nueva normalidad'.

Los 35 encuentros aplazados se dividen de la siguiente manera: Seis en el subgrupo 1B (equipos de Asturias y de Castilla y León); cinco en el subgrupo 2A (conjuntos de Cantabria y del País Vasco); tres en el subgrupo 2B (conjuntos de La Rioja, Navarra y Aragón); siete en el subgrupo 3A (equipos de Andorra y Cataluña); tres en el subgrupo 3B (conjuntos de la Comunidad Valenciana y de Ibiza); dos en el subgrupo 4A (equipos andaluces y canarios); cuatro en el subgrupo 4B (conjuntos andaluces y murcianos); cuatro en el subgrupo 5A (equipos de la Comunidad de Madrid y de la isla de Mallorca; y uno en el subgrupo 5B (conjuntos de Extremadura, Castilla-La Mancha y Melilla).

En el subgrupo 4A, donde compiten los conjuntos gaditanos, los dos encuentros aplazados son el San Fernando-Recreativo de Huelva, que se disputa este próximo miércoles en el Iberoamericano de Bahía Sur, y el Algeciras-Cádiz B. Ha sido uno de los subgrupos menos afectados hasta el momento a pesar de los datos tan adversos de contagio que se desprenden en la región andaluza en esta segunda ola.

El subgrupo más castigado ha sido el 3A, con conjuntos de Cataluña, además del Andorra. Un total de siete partidos no pudieron disputarse en su fecha original y se han ido recuperando poco a poco. También el subgrupo 1B, formado por escuadras asturianas y de Castilla y León, ha tenido una carga de aplazamientos muy importante antes de alcanzar el ecuador de la Liga. Muy curioso que en el subgrupo 1A no haya que contabilizar suspensiones y todos los partidos se han podido celebrar en la fecha establecida cuando salió el calendario a finales del pasado verano.

La cuestión es saber cuántos más encuentros se verán afectados por una pandemia que complica todo aún más en categorías con escaso respaldo económico como le sucede a la Segunda División B.

Los test, unos 100.000 euros de coste por club

La ruinosa Segunda División B lo es aún más en esta temporada del Covid-19 por la exigencia de que antes de cada partido los equipos de la división de bronce efectúen los test a los jugadores, miembros del cuerpo técnico, médico... Todo ello en una temporada sin público en la mayoría de los estadios y con campañas de abonados o socios que se han quedado por debajo de lo esperado ante la incertidumbre de muchos seguidores. Muchas fueron las voces que en verano, antes de arrancar la competición, avisaron que sería inasumible por parte de los clubes ese gasto semanal de unos 3.000 euros, que al mes se eleva a alrededor de 12.000 euros. Todo ello a lo largo de ocho largos meses. Entidades como las de la división de bronce, en las que los ingresos casi pasan desapercibidos, anunciaron la enorme dificultad de cargar con ese coste añadido en un año durísimo en todos los sentidos del que tampoco se está librando el fútbol profesional. Finalmente la Real Federación Española de Fútbol y los sindicatos de jugadores alcanzaron un acuerdo para garantizar la realización de los test.

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