El San Fernando debuta con derrota en casa (1-3)

San Fernando/Habrá que creer. Y mucho. El San Fernando se ha dado de bruces con una categoría que será, sin duda alguna, tremendamente complicada. Donde habrá muchos equipos con una calidad exquisita, con jugadores determinantes en sus filas que, presumiblemente sean grandes efectivos en el futuro en otros equipos y, sobre todo, tendrá que ir haciéndose a una categoría que bien podría ser una Segunda División A. Para empezar, derrota en casa (1-3) ante el Villarreal B.

Esto fue lo que le pasó al equipo de Nacho Castro, que se vio atenazado por un equipo que en los primeros 20 minutos de juego no les dejó salir de su parcela, que sentenció el choque, prácticamente, en diez minutos, y que luego, a pesar de ser un filial, tuvo el oficio suficiente para contrarrestar el entusiasmo de un San Fernando que mostró cosas, en determinados momentos, pero que pudo salir, claramente, goleado por la superioridad del rival.

Es bien cierto que el partido tuvo fases determinantes que llegaron a darle varios giros, sobre todo en decisiones arbitrales que perjudicaron al equipo de La Isla, pero no es menos cierto que Perales terminó siendo el mejor del cuadro azulino a pesar de encajar tres goles y eso dice mucho de lo que fue el encuentro.

De inicio, Nacho Castro puso en liza cuatro defensas, con Traoré por delante de ella y con Sergio Cortés y Bicho intentando venir a recibir. Las bandas eran para Biabiany, que se marcó un gran partido, y Callejón, mientras que Francis Ferrón quedaba arriba peleando con todo lo que le rodeaba.

Pero es que desde el pitido inicial, el Villarreal fue un vendaval que no dejaba al equipo azulino desplegar su fútbol. Con una presión insistente y con robos continuados de balón, el equipo valenciano se hacía dueño y señor del partido hasta tal punto que solamente tardaron cuatro minutos en adelantarse en el marcador. Carlos García ‘enchufaba’ un disparo desde la frontal del área al que nada podía hacer Perales.

Parecía que la reacción isleña, ante unos primeros minutos de nervios e inseguridades, llegaría tras el gol. Lo más lejos de la realidad. El equipo de Miguel Álvarez siguió insistiendo y volvía, una y otra vez a meter al San Fernando en su campo. El segundo tanto llegó en un más que posible fuera de juego de Arana que cedió al omnipresente Jackson para poner tierra de por medio por bajo ante la salida del cancerbero azulino.

Pero es que tanto se insistió que el propio Jackson remató en solitario haciendo Perales la primera de las muchas intervenciones que tuvo, en el 21’.

Podría haber cambiado el sino del encuentro en dos ocasiones. La primera de ellas en el 27’ en un remate de Callejón dentro de las mallas a centro de Biabiany que fue injustamente anulado por fuera de juego, posición antirreglamentaria que solamente vio el auxiliar de tribuna. Y la segunda en un penalti que desaprovechó, o acertó Iker Álvarez, Francis Ferrón por un derribo a Sergio Cortés. Ellos acertaron en las suyas y la mala suerte privó a los isleños de meterse de lleno en el partido.

El primer acto terminó con un paradón de Perales a un remate a bocajarro de Arana, que bien pudo significar el cero a tres.

Nacho Castro se había dado cuenta que la banda derecha de la defensa era la opción de Jackson para hacer peligro y la cambió entera en el descanso, pero el senegalés no se amilanaba, ni con unos, ni con otros. Tal fue su partido que la afición del San Fernando le aplaudió cuando fue sustituido. Y es que en el 47 hizo una jugada donde pareció disputar un partido con jugadores de menor edad. Se fue de todos en un palmo y solamente la intervención de Perales evitó el gol.

Luego fue Forés, en el 67’ y en el 68’ el que hizo que el cancerbero isleño tuviese trabajo extra y realizó dos intervenciones antológicas en las oportunidades que tuvo el delantero valenciano.

Al equipo isleño solamente le faltaba un gol para meterse en el partido, para que su afición se volcase de lleno. Y éste llegó en el 75. Si el gol de Dopi, en remate de cabeza a centro de Biabiany fue espectacular, no se desmerece la jugada que fabricó el tanto, con rápidos pases al primer toque. Eso llena de optimismo el zurrón de los de Nacho Castro.

El tercio final del encuentro fue lo que se esperaba. Un San Fernando cansado y volcado más con el corazón que con la cabeza, y un Villarreal que salía a la contra, pillando en ocasiones la desnutrida defensa azulina con cuatro efectivos ante tres defensores.

O llegaba el empate o morías en el intento y al final el San Fernando terminó cayendo, en el aliento final, con un penalti cometido por la superioridad contraria para cerrar un debut, donde habrá que creer que se le cogerá el pulso a ésto. Pero que nadie piense que va a ser fácil.