Segunda victoria en siete jornadas del filial del Cádiz CF (2-1)

Puerto Real/Por fin el segundo triunfo del filial del Cádiz CF, 2-1 sobre el Panadería Pulido San Mateo, que no ganaba desde que lo hizo sobre el San Roque de Lepe en la primera jornada (1-0). Los amarillos tuvieron que armarse de paciencia ante uno de los equipos llamados a pelear la permanencia, si bien el golazo de Jinjolava y el segundo de Rodallega fueron lo mejor del conjunto de Alberto Cifuentes, aún lejos de lo que cabe esperar de un equipo formativo que debe aspirar a la zona alta.

Con la principal novedad de Osmajic, el Cádiz B planteó un once esperado con Álvaro Bastida y Chapela fuera porque este lunes estarán con el primer equipo en el encuentro frente al Espanyol. De nuevo llamativa suplencia de Pedro Benito y apuesta de continuidad con Jinjolava y Tiko Iniesta.

Una primera parte clara en cuanto a dominio de los amarillos sobre un rival con pocos recursos salvo la inspiración de Braulio y la contundencia -en ocasiones al límite del reglamento- de los defensores para detener a los atacantes locales. Curiosamente en un choque donde los errores se iban a pagar caro, el primero lo cometió el filial en la salida del balón dejando una buena oportunidad para Braulio que abortó Gudelj. Se desesperaba Cifuentes cuando el partido aún no había entrado en calor porque la situación del equipo no es para lanzar cohetes.

Se fue entonando el Cádiz B con un mejor criterio tocando y abriendo a las bandas con Carrasco y Jinjolava asumiendo el protagonismo que les corresponde. Precisamente el segundo de ellos lanzó con la zurda a portería y el rechace lo alcanzó el castigado Osmajic escapándose el balón fuera con poca fuerza.

El filial gaditano estaba entero y ganaba a los puntos comiendo terreno y moral al Panadería Pulido hasta que en el 16’ Jinjolava sacó a pasear su clase con una internada por la izquierda que resolvió con una inesperada vaselina al ver a Ale Guanche adelantado. Un golazo en toda regla.

La sensación era que el Cádiz B había dado un paso clave porque este tipo de encuentros se atasca y era fundamental encontrar una fisura en forma de gol. La historia hasta el descanso fue amarilla porque tanto Osmajic como Tiko Iniesta probaron suerte desde media distancia tratando de mantener en su parcela a un conjunto canario que seguía recurriendo a las faltas para parar el ritmo del choque y el juego del adversario. De hecho, la primera parte se saldó con cuatro cartulinas.

Con la situación controlada y sensaciones mejores respecto a las dos últimas citas en el Ramón Blanco (Cádiz B, 0 – Cacereño, 1; y Cádiz B, 0 – Mérida, 2), un balón por arriba que superaba a la defensa cadista lo alcanzó Braulio, quien no, para superar a Juan Flere y situar un empate que trasladaba el duelo al minuto 1.

Enfado en entre los jugadores y en el cuerpo técnico del filial por lo vulnerable que se mostraron en esa jugada y que costó tan caro como una igualada. Hasta el descanso hubo dos acciones a destacar. Una la protagonizó en un gran susto Oliver, que al proteger un balón que buscaba Osmajic se golpeó con la valla de fondo y tuvo que ser sustituido como consecuencia del impacto. La otra jugada reseñable la firmó Carrasco metiéndose para el centro y su pase a Algarra lo resolvió éste con un chut que dio en un defensor.

El segundo periodo se presentó con Mady Diarra en el campo en lugar de Genar y con el conjunto de Cifuentes sin capacidad para imponerse en el juego, primer requisito para aspirar luego a hacerlo en el resultado. La versión más gris de los cadistas regresaba a las instalaciones de El Rosal porque empezaba avisando el Panadería Pulido. Arisay soltaba un zapatazo que envió el balón muy cerca del poste derecho de Flere.

Llegaba el 'baile' de cambios buscando una reacción Alberto Cifuentes y tratando de fortalecer el trabajo defensivo Juan Carlos Socorro, técnico del conjunto canario. Los primeros 15 minutos tras el descanso no definieron con claridad el papel de unos y otros ni las ocasiones, pues sólo Osmajic y Berenger trataron de ver cerca a Ale Guanche.

Sí es verdad que a 20 minutos del final el Cádiz B, presionado por la grave circunstancia de estar pinchando con un rival inferior, dio un paso al frente con más corazón que cabeza. El corazón de querer vaciarse, pero sin cabeza porque sólo algunos chispazos de Jinjolava y Rodallega llamaban la atención del respetable. Todo ello hasta que se produjo una acción clave; Mady Diarra sentó a su par y su centro al primer palo entró a rematarlo con todo Rodallega para poner de nuevo por delante a los suyos. Segunda jornada consecutiva del ‘9’ viendo portería.

El Panadería Pulido agotaba sus dos últimos cambios en busca del aliento necesario en forma de posesión y balón a partir de los cuales encontrar el empate. Cierta desesperación en los canarios, condenados a la última posición, y con una dosis importante de impotencia porque, a día de hoy, no parece que su nivel invite a vivir una campaña optimista.

El choque fue apagándose con opciones amarillas a balón parado, con ocasión de Gudelj para sentenciar la contienda, y llegadas por banda del rival que no acertaba en su apuesta de colgar balones al área con poca presencia de jugadores para rematar.

De esta manera se llegó al final con la segunda victoria en siete jornada de un Cádiz B que toma aire dentro de su mal inicio, si bien el margen de mejora es enorme en un filial que debe encontrar un patrón de juego que le lleve a cotas mayores dentro del grupo 4 de la Segunda RFEF.

El próximo fin de semana el filial amarillo visitará al Ceuta, otro equipo como el Panadería Pulido que procede de Tercera División.