El 'baño de sangre' de Melbourne

Momentos en la historia de los Juegos

Húngaros y soviéticos trasladaron en 1956 a la piscina la batalla de una Budapest aplastada

Ervin Zador saliendo de la piscina con la ceja reventada en partido del 'baño de sangre'
Pedro Ingelmo

27 de julio 2024 - 08:00

 En las Olimpiadas de 1956,celebradas en Melbourne, la URSS superó en medallas a Estados Unidos después de haberse estrenado cuatro años antes, en Helsinki, los primeros Juegos Olímpicos de la Guerra Fría en los que se dirimía la rivalidad entre los países capitalistas y comunistas. Stalin había decidido no participar en los primeros Juegos tras la Guerra, los de Londres, por considerar que era una componenda capitalista, pero luego se lo pensó mejor y valoró las posibilidades de demostrar al mundo la supremacía de los regímenes socialistas a través del deporte.

En ese sentido, Melbourne resultó un completo éxito para sus planes, aunque él no viviría para verlo, ya que había muerto tres años antes. Pero estos Juegos no se recordarían por las medallas que ganó la URSS, sino por la que perdió ante 5.550 espectadores en la piscina en la que días antes se había estrenado el estilo mariposa como disciplina olímpica.

Los Juegos de Verano de Melbourne se celebraron en invierno, en nuestro invierno. Se inauguraron el 6 de diciembre. No hacía ni un mes que las tropas rusas habían aplastado el levantamiento del pueblo húngaro contra el gobierno títere estalinista de Andras Hegedus y que había acabado con su fugaz derrocamiento. Mientras eso sucedía, el equipo húngaro de waterpolo se encontraba en un campo de entrenamiento en las montañas que rodean Budapest y desde allí escuchaban los disparos y los bombardeos de la aviación soviética. Sin saber muy bien qué pasaba, fueron trasladados en autobús a Checoslovaquia para que terminaran su plan de preparación.

Cuando tres semanas después saltaron a la piscina a jugar las semifinales contra la URSS, la selección húngara ya había tenido conocimiento de los graves sucesos que se habían producido mientras ellos estaban encapsulados en sus centros de concentración. Algunos de ellos no sabían qué había sido de sus familiares y otros se enteraron de que conocidos suyos se encontraban entre las cerca de 5.000 víctimas causadas por la invasión soviética.

El equipo húngaro inició el partido rabioso al grito de su capitán, la estrella de la selección, Ervin Zador, de "¡Hajra Magyarok!", que significa ¡Vamos húngaros! Vapulearon por cuatro a cero a los soviéticos y los jugadores se vapulearon de lo lindo entre ellos en un festival de patadas y cabezazos, como se puede ver en la reconstrucción del partido que en 2006 realizó Quentin Tarantino en su documental Freedom’s fury, narrado por el ganador de siete oros olímpicos Mark Spitz, que, precisamente, había tenido como entrenador al húngaro Ervin Zador.

El mítico equipo húngaro ganador del oro en las olimpiadas de Melbourne

Al final del partido, con los húngaros mofándose de los furiosos jugadores soviéticos, Zador se despistó de su marca lo que aprovechó un waterpolista rival, Valentin Prokopov, para lanzarle un puñetazo que le abrió la ceja. Las crónicas de la época exageran hablando de que la piscina se tiñó de sangre, pero sí es cierto que los contendientes salieron de aquella semifinal magullados y Zador necesitó de ocho puntos para suturar la herida. La imagen de Zador con el rostro ensangrentado se convirtió en un símbolo para los húngaros, que lo que habían perdido en Budapest lo habían ganado en la piscina. Para los húngaros, el waterpolo es el príncipe de los deportes, sólo por detrás del fútbol.

Zador no regresó con la delegación húngara. Australia le ofreció asilo político, pero él prefirió escabullirse y llegó a Estados Unidos, donde fue recibido como un héroe de la guerra fría. Murió en 2012 en su exilio americano.

El último superviviente de aquel mítico equipo, Gyorgy Karpati, autor del cuarto gol de la semifinal, falleció en 2020. Había declarado que en aquel partido se habían sentido como “un pequeño David combatiendo contra el Goliat soviético”. Tras conocer su fallecimiento, el presidente húngaro Viktor Orban escribió en Facebook: “Se nos ha ido el Pelé del waterpolo”.

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