Las claves de la sentencia contra Rubiales por el beso a Jenni Hermoso

El juez da "plena credibilidad" a Jenni Hermoso y alude a la "connotación sexual" del beso

Rubiales, condenado a 10.800 euros de multa por el beso a Jenni Hermoso, pero absuelto de coacciones

Luis Rubiales sale este jueves de la Audiencia Nacional junto a su abogada, Olga Tubau.
Luis Rubiales sale de la Audiencia Nacional junto a su abogada, Olga Tubau. / Carlos Luján | Europa Press
Efe

20 de febrero 2025 - 15:53

Madrid/El juez José Manuel Fernández-Prieto ha dado "plena credibilidad" a Jenni Hermoso al concluir que el beso que le dio Luis Rubiales tras la final del Mundial de 2023 fue sorpresivo y sin consentimiento, y ha aludido a la "connotación sexual" de esta actuación, por la que ha sido condenado por agresión sexual.

Una condena que se ha traducido en una multa de 10.800 euros, una indemnización de 3.000 euros por daños morales a la jugadora y la prohibición de acercarse a ella a menos de 200 metros, frente al año y medio de prisión que pedía la Fiscalía por este delito.

La decisión del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional se basa en que, aunque la agresión sexual siempre es "reprochable", en este caso se encuadra en las de "menor intensidad" al no mediar violencia ni intimidación, ni tener "la víctima anulada su voluntad".

El magistrado ha declarado probados los hechos por los que acusaba la Fiscalía, en los que no ha visto, sin embargo, el delito de coacciones por el que también se acusaba a Rubiales y a tres ex altos cargos federativos, incluido Jorge Vilda, ex seleccionador femenino, que han sido absueltos.

Un beso en la boca no es "la forma normal de saludar"

El juez ha rechazado la versión que dio Rubiales sobre el beso y ha dado "plena credibilidad" a la jugadora, pues no consta razón o motivo de que mintiera o quisiera perjudicar al expresidente federativo.

Afirma la sentencia que dar un beso en la boca a una mujer tiene "una clara connotación sexual y no es la forma normal de saludar". Jenni Hermoso dejó claro que ella no saluda así, pero es que Rubiales, "con sus propios actos", también reveló que él no suele dar besos en la boca para saludar, dice el juez.

Porque durante la entrega de medallas, sólo Jenni Hermoso recibió un beso en los labios; al resto las abrazó y las besó en las mejillas, apunta el magistrado, que no cree que ese "cambio de trato" se debiese a que la jugadora falló un penalti en la final del Mundial en Sídney (Australia), el 20 de agosto de 2020, como dijo Rubiales en el juicio, pues eso fue "una mera anécdota" del "éxito deportivo" conseguido.

"Nada había que consolar", sentencia.

Jenni Hermoso es "concluyente": No consintió

El juez señala que Jenni fue "concluyente" al afirmar que no consintió el beso. Su "disgusto" -expresado a sus compañeras de vestuario aquella noche- ha quedado "plasmado" en el juicio a través de una "contundente prueba de cargo" que no se ha visto desvirtuada por el informe pericial presentado por Rubiales.

El magistrado ve "insuficiente" la prueba de lectura de labios con la que Rubiales trató de acreditar que preguntó a Jenni Hermoso si podía darle "un besito", y no le genera "duda alguna" sobre la existencia del "pretendido consentimiento" que adujo el expresidente federativo.

Se desconoce el origen del vídeo que analizaron los peritos, no se acredita "nada" en relación al consentimiento de Jenni Hermoso, que estaba a espaldas a la cámara; Rubiales cayó en la "contradicción" de decir primero que preguntó por un "piquito" y después por un "besito"; y, en cualquier caso, aunque la jugadora le hubiese dado su consentimiento, "no se explica" por qué le dio el beso en la boca.

La alegría de Jenni Hermoso no empaña su versión

Frente a las dudas plasmadas por las defensas, el juez es claro al afirmar que la ausencia de consentimiento acreditada "no se ve empañada" por la alegría que mostró Jenni Hermoso en los momentos posteriores al beso, debido al "éxito deportivo conseguido que quiere celebrar a toda costa".

Y en este punto recuerda que "la agresión sexual" que sufrió "tiene la intensidad que tiene y carece de virtualidad para anular" esa alegría.

En contra de lo que defendieron la Fiscalía y las acusaciones, el juez concluye que Rubiales no se prevaleció de su condición "ni de una relación de superioridad con respecto a la víctima, para su comisión".

Para el juez, el beso fue "un acto reprochable" de Rubiales "dentro de la euforia" de un "éxito sin precedentes en el fútbol femenino", que debe ser sancionado con una multa, prevista por el legislador para "agresiones de menor entidad" que, si no es de aplicación a este caso, "difícilmente lo sería nunca y se revelaría como una disposición superflua".

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