De la gloria al infierno

cádiz c.f.

Julio Peguero abandona el club amarillo con un ascenso a Segunda A y un posterior descenso a Segunda B a sus espaldas · Toedtli y Bogunovic representan la cara y la cruz de su política de fichajes

Julio Peguero ha tenido en el Cádiz buenos y malos sabores de boca.
Julio Peguero ha tenido en el Cádiz buenos y malos sabores de boca.
Jose M. Vilches / Cádiz

26 de junio 2010 - 05:02

El mejor fichaje debe ser el hombre encargado de fichar. Y luego, el entrenador del equipo. Por eso, el presidente en funciones del Cádiz CF SAD, Antonio Muñoz Vera, dijo tras el ascenso a Segunda A logrado hace dos temporadas que Julio Peguero y Javi Gracia fueron los principales artífices de la inolvidable gesta.

Y como hay que estar para las duras y para las maduras, el cordobés, con más hechos que palabras, también ha entendido este año que los principales artífices del descenso a Segunda B consumado en el Ramón de Carranza en la última jornada son los mismos protagonistas: el onubense y el navarro. El técnico fue destituido en el tramo final de la primera vuelta tras la derrota ante la Real Sociedad en Anoeta y el director deportivo no cumplirá el año que le quedaba de contrato al decidir el club amarillo que, tras su pésima labor desde el pasado verano, no debe comandar la planificación del próximo curso liguero.

Un viaje de ida y vuelta a Segunda División B. Así puede titularse el periplo de Julio Peguero como hombre de despachos del Cádiz.

temporada 2008/2009

El onubense dejó su club de toda la vida, el Recreativo de Huelva, para liderar el ambicioso proyecto cadista de tratar de retornar al fútbol profesional al año siguiente de haber bajado al infierno de la categoría de bronce. Dicho y hecho. Julio Peguero depositó su confianza en Javi Gracia y Javi Gracia depositó la suya en Julio Peguero. Y de la mano fueron confeccionando una plantilla que acabaría logrando el ascenso en el Stadium Gal de Irún el 24 de mayo de 2009.

Hasta 16 caras nuevas incorporó Peguero al equipo esa campaña. A saber: Casilla (Espanyol B); Mansilla (Mérida); Dani Fragoso (Granada 74); Juanma Delgado (Tenerife); Cifuentes (Valladolid); David García (Nástic); Luismi (Almería B); Juanma Hernández (Espanyol B); Álvaro García (Alicante); López Silva (Orihuela); Erice (Huesca); Carlos Caballero (Linares); Víctor Ormazábal (Pontevedra); Rosu (Recreativo de Huelva); Rubiato (Atlético de Madrid B) y Toedtli (Poli Ejido).

Su mayor acierto en aquellos tiempos fue su mayor acierto como director deportivo del Cádiz: la contratación del veterano delantero Mariano Toedtli, quien recalaba en las filas amarillas procedente del Poli Ejido. El argentino anotaría el gol que valdría el ascenso frente al Real Unión tras firmar otros 16 tantos en la Liga regular.

Junto al reconocido ariete también brillaron muchas caras desconocidas contratadas por el onubense. "Hombres y no nombres", como le gustaba recalcar. Los Mansilla, Víctor Ormazábal, Carlos Caballero, López Silva, Juanma Hernández cuajaron una gran temporada sorprendiendo a más extraños que propios. Y al margen de todos, Dani Fragoso, posiblemente el mejor hombre esa campaña con permiso de Toedtli.

Grandes luces y pequeñas sombras... Rosu, que había llegado desde Huelva para aportar mucho fuera del campo y poco dentro de él, y Luismi, central propiedad del Almería que no tuvo hueco ni en el filial, fueron los errores más llamativos de Peguero en una labor saldada casi con sobresaliente. Bezares y Acuña hicieron las maletas y De la Cuesta se topaba con el doloroso mundo de las lesiones y apenas jugaba.

temporada 2009/2010

Y del notable alto, al muy deficiente. De la gloria, al infierno. Lo que mal empieza mal acaba y los primeros problemas llegaron con los futbolistas declarados transferibles. Juanma Delgado, David García, Bezares, Parri, Jesús y Lucas, junto a Dani Fornell, se ejercitaban apartados del grupo a las órdenes de Linares. "No tenemos ni un portero al que chutarle", dijo con dolor y guasa el técnico gaditano. El onubense no supo gestionar con profesionalidad esa delicada situación y comenzaba a perjudicar al club con sus decisiones. No tachó de golfo a Juanma Delgado, pero argumentó que la salida del central del equipo respondía a cuestiones que poco tenían que ver con lo deportivo y acababa con cualquier posible interés de otros clubes por hacerse con los servicios del futbolista, quien acabaría colgando las botas.

Otra frase muy repetida por Julio Peguero era que para entrar, primero había que dejar salir. Y el hecho de que hubiera demasiadas fichas complicaba mucho cerrar nuevas incorporaciones a la plantilla. Y cuando estas se llevaron a cabo, el entrenador se quejaba asegurando que no eran ni primeras ni segundas opciones. Hubo nueve fichajes en el mercado de verano: Zlámal (Udinese); Álvaro Silva (Málaga); Jaume Costa (Valencia B); Abraham (Barcelona B); Diego Tristán (West Ham); Velasco (Lucena); Arriaga (Jaén), Nano (Cartagena) y Ogbeche (Valladolid). Y dos en el de invierno: Milos Bogunovic (Partizán de Belgrado) y Jonathan Ramis (Peñarol de Montevideo).

De todos, sólo Ogbeche y Tristán fueron titulares en el último partido. Y de todos, tan sólo Velasco y el sevillano no contaron, según el director deportivo, con el visto bueno de Javi Gracia. Quién decía la verdad sigue siendo un misterio; la caja negra del submarino no ha aparecido tras consumarse el descenso.

Velasco y Arriaga se marcharon cedidos y los que brillaban en Segunda B no daban la talla en la categoría de plata. La plantilla, una de las más caras de Segunda según Antonio Muñoz Vera, tenía grietas en todas las líneas: desde el primer hombre al último.

El caso de Zlámal, portero checo cedido por el Udinese, resultó sangrante. Y los movimientos en el mercado de invierno bien merecían la rescisión de un contrato. Con el equipo agonizando, Julio Peguero sólo contrató a un serbio en pésimo estado de forma, Milos Bogunovic, y a un joven uruguayo más verde que el césped.

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