Cuando la lucha no es un negocio
Artes marciales
Manu Mariscal, propietario del Gimnasio Origen, lamenta las restricciones en los deportes de contacto y afirma que las propuestas trasladadas al CSD dan más garantías que el fútbol
Cádiz/El lema del Cádiz de Álvaro Cervera, “La lucha no se negocia”, un mantra convertido en auténtica religión para los miles de fieles del amarillo y azul, viene a cuento al hablar del deporte en el contexto de la crisis del coronavirus y la desescalada. El fútbol, espectáculo de masas y negocio a partes iguales, ha salido del confinamiento antes que ninguna otra actividad. Sin embargo, algunas disciplinas, como las artes marciales, siguen vetadas. Acaso porque la lucha en este caso no es un negocio, no caben las excepciones a la norma general de distanciamiento social.
Manu Mariscal, propietario del Gimnasio Origen de la capital gaditana, sufre en primera persona lo que considera un agravio comparativo. Internacional con España en las modalidades de sambo, jiujitsu y combat, ha convertido su pasión en un modo de vida que ahora corre peligro como consecuencia de la pandemia. Por el momento se mantiene a flote, pero observa el Covid-19 como una seria amenaza no sólo sanitaria.
Inexplicable agravio comparativo. “En fútbol puede haber contacto, así que no tiene sentido que a nosotros no nos lo permitan. Igual que en el fútbol se deja que 11 personas se abracen cuando marcan un gol, podrían dejarnos entrenar por parejas, siempre las mismas”.
Sin respuesta del CSD. “Sé que las federaciones han mandando propuesta de forma de trabajo al Consejo Superior de Deportes, pero no nos dicen nada. En la fase 3 se suponía que se podría empezar, pero cuando lees el BOE siguen las restricciones”.
Esperanzado con el final de la fase 3. “Parece ser que este lunes se activará todo esto, pero continuamos a la espera y hasta que no lo veamos lo que sea por escrito no nos creemos nada. No sabemos si en la nueva normalidad tendrán cabida las artes marciales”.
Pese a todo, un privilegiado. “Como empresario tengo la suerte de que estoy abierto y tengo ingresos, pero muchos compañeros han cerrado porque no pueden hacer nada ya que la base de su negocio son las artes marciales”.
Crítico con la cruda realidad. “Todo es una cuestión de intereses económicos. Por eso se ha abierto la veda al fútbol y no a otras disciplinas minoritarias”.
El ejemplo del fútbol. “Que haya máximo control y PCR a los futbolistas no me dice nada porque si luego salen a tomar una copa pueden contagiarse y contagiar. En nuestro caso es un círculo cerrado, siempre con las mismas personas, mientras que en el fútbol juegan con diferentes equipos, de distintas comunidades y fases… Lo primero debería ser la seguridad”.
El deporte profesional. “No me vale que eso sirva como justificación porque en mi caso también lo soy porque formo parte de la selección española y tengo que preparar campeonatos”.
La nueva normalidad. “Confío en que desde el lunes, con los controles que sean necesarios, la nueva normalidad contemple que existimos porque hay gente que vivimos de esto”.
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