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Vela | Ruta del Descubrimiento
Cádiz/La regatista mallorquina Aina Bauzà se propone desde ayer domingo batir un récord mundial: ser la más rápida en realizar la ruta que enlaza Cádiz y San Salvador (Bahamas), sin asistencia alguna, en solitario y a bordo de una embarcación de 6.5 metros de eslora. Es la llamada Ruta del Descubrimiento. A bordo de su velero, un Mini 6.50 bautizado como 'Redó by Ánima Negra', ha ultimado su preparación atracada en el Real Club Náutico de Cádiz. El reto, mejorar la marca actual: 21 días, 11 horas, 18 minutos y 25 segundos, a una velocidad de 7.54 nudos de media.
A sus 29 años, y con una larga trayectoria en vela ligera, inicia su camino a la profesionalización en la navegación de altura y en solitario, en condiciones extremas. Su pequeño barco reduce las necesidades vitales a lo esencial y el cansancio y la falta de sueño son algunos de los peligros a los que se enfrenta en las próximas semanas. La navegación de Aina se podrá seguir en directo desde su web www.ainabauza.com y sus perfiles sociales.
–¿Cuál es el reto que te ha traído al Real Club Náutico de Cádiz?
–Voy a salir el domingo (por ayer) para intentar batir el récord de la Ruta del Descubrimiento, que está oficialmente establecida entre Cádiz y Bahamas por el organismo encargado de los Récords Mundiales de Vela, World Sailing Speed Record Council (WSSRC), dependiente de la Federación Internacional de Vela (World Sailing). Es una ruta de 3.800 millas sin paradas en la que voy a encontrarme diferentes vientos porque tengo que pasar por Canarias, dejarlas a estribor (derecha) y seguir hasta Bahamas a través del Atlántico, espero que con buenos vientos Alisios.
–A bordo de un barco de la clase Mini Transat que parece más una tabla de windsurf grande. ¿Cómo es tu velero, el ‘Redó by Ánima Negra’?
–Es un barco de tan solo seis metros y medio de eslora (longitud), y tres metros de manga (ancho), con su interior totalmente vacío, es un barco de competición de vela oceánica. No hay camarotes, ni baño ni nada. Es un barco con las comodidades mínimas. Para correr sobre las olas, eso sí. La habitabilidad se reduce lo mínimo. Ni ha litera, duermo sobre las velas que no se están usando. Te hacen de colchón, y por lo general están mojadas. La cocina es un infiernillo de gas con el que caliento agua que, una vez hervida, vuelco en unos sobres de comida liofilizada, que está muy buena por cierto. El diseño de mi barco tiene un objetivo: planear sobre las olas con el viento a favor.
–¿De qué elementos de seguridad dispones?
–Para empezar, voy continuamente amarrada a un arnés y uso un casco protector para evitar golpes de las escotas y aparejos. Dispongo de conexión satelital que me permite transmitir mi posición en tiempo real, e incluso subir imágenes y vídeos para contar un poco qué pasa y cómo es vivir en un barco mínimo en mitad del Atlántico.
–En este récord, ¿qué tipo de asistencias se permiten?
–Asistencia física, tocar tierra o cualquier otro barco anula automáticamente el récord. Sí puedo reportar, a través del satélite, el tracking de mi situación y la velocidad en directo. Mi equipo en tierra me puede informar sobre la meteorología o tele asistir médicamente en el caso que fuera necesario.
–¿Cuál es tu motivación para emprender esta aventura?
–¡Por gusto! Me encanta navegar y más con mi barco. Cuantos más días seguidos mejor. Yo venía de la vela ligera, de regatas cortas entre boyas en un recorrido costero, y descubrí la vela oceánica por casualidad, me enamoró y ahora puedo mezclar la competición con la aventura, el mix perfecto.
–¿Cómo gestionas los miedos, nervios, la incertidumbre?
–En este momento de ninguna manera porque estoy encantada. Es la verdad. Estos meses anteriores han sido un poco estresantes preparando todo y ahora es como la parte más guay, que es soltar amarras y lanzarte al mar.
–¿Qué ritmo de vida llevas a bordo? ¿Cómo duermes sin nadie que te releve en las guardias?
–Solo duermo seguidos entre 20 y 30 minutos. Tengo la alarma siempre puesta porque a veces te puedes dormir sin querer. Reviso que el barco está perfectamente trimado para dar el máximo de velocidad posible y, cuando termino, puedo volver a descansar.
–¿Dispones de algún sistema de prevención de colisión? En el Golfo de Cádiz hay bastante tráfico marítimo, en medio del Atlántico menos, pero es un riesgo si estás dormida.
–Dispongo de una alarma AIS, un sistema que transmite la posición de los barcos.
–¿Y velas y repuestos?
–Llevo ocho velas y muchos elementos de repuestos: barras de timones duplicados y elementos de electrónica. También herramientas, un botiquín… Pero si me pasa algo grave, me tienen que venir a buscar… Se tardaría mínimo una semana.
–Buena singladura Aina.
–Gracias. Me he sentido muy bien en Cádiz, atendida en todo momento en mis preparativos. He encontrado toda la ayuda posible en el Real Club Náutico y los amigos de la asociación Cádiz con Elcano. Volveré porque aquí se está muy bien.
12:15 horas Hora Universal Coordinada (UTC) de ayer domingo. 13:15 horas en España en la línea imaginaria comprendida entre el faro de Puerto Sherry y la Torre de la Luz de Matagorda. Roger Waggott, comisario de World Sailing Speed Record Council, avisó a Aina Bauzá vía radio del inicio de su carrera contra el reloj. Su barco enfiló ciñendo contra un poniente fresco la canal de la Bahía, acompañada de veleros del Náutico de Cádiz y barcos de apoyo. Tras superar este tramo, abrió rumbo al Suroeste a una velocidad de 7 nudos, rumbo a las Islas Canarias, que deberá dejar por la derecha antes de enfilar el cruce del Atlántico.
Después de una semana en el Club Náutico de Cádiz, ultimando preparativos, enseñando el barco y mostrándolo a navegantes, estudiantes y curiosos hasta momentos antes de salir, Aina ha recorrido las primeras millas junto a cruceros a vela, motoras, pequeños Optimists, y tablas con foils antes de afrontar la soledad más absoluta.
Antes de 21 días, 11 horas, 18 minutos y 25 segundos deberá recalar en San Salvador (Bahamas) para batir el récord de la Ruta del Descubrimiento, de 3.884 millas náuticas.
Buenos vientos Aina, te esperamos de vuelta en Cádiz.
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