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Emilio Santander asegura que se ha "divertido mucho" haciendo el tipo del cuarteto 'Escuela Taller de Gladiadores el Pópulo'. Con pocas telas- "y de las que valen tres euros el metro"-pero con una larga lista de elementos reciclados de la vida cotidiana y "dándole muchas vueltas al coco", y a Cádiz buscándolos, no ha podido tener un resultado más original y gaditano. Porque la idea es "que parezca un tipo que podemos hacer cualquier gaditano en casa", pero también que "no sea un mamarracho". "Al contrario, elegante, cuidando los colores, pero simpático y después de haber estudiado cada personaje y cuidar cada detalle".
Decenas de latas -de atún, de anchoas, de aceites,... -, cacerolas, moldes de bizcocho, coladores, grifos, tapas de fregaderos, tapones de lavabos, respiraderos, grifos, perchas, tapaderas de cubos de basura, rodillos de pintura, pomos de puerta, abanicos, pasando por latas de chopped pork, tubos de PVC, de aire acondicionado, bandejas de raciones de los bares, una señal de tráfico y sombrillas completas, hasta con el pincho para clavarla bien en la arena. Todos estos elementos y alguno más que seguro se nos escapa forman los disfraces de cuatro gladiadores que interpretan en escena Miguel, Figue, Gago y Chicho.
"En cada uno de ellos he intentado reflejar los cuatro tipos de gladiadores que existían, fijándome en los de los mosaicos romanos, no en el de las películas", explica Emilio, aunque ha cambiado la especie de pañales que llevaban realmente por las faldas "porque podría restar verlos en calzoncillos", bromea el artesano. Y además intentando que los cuarteteros estén cómodos pese una armaduras hechas con distintos tipo de latas, con todo lo metálico tratado para que no lastimen. "Es un tipo muy elaborado de muchos meses, con prototipos, y mucho trabajo aunque parezca que es sencillo porque la idea, como te decía, es que parece que lo puede hacer cualquier gaditano".
Emilio asegura que la búsqueda "de los tiestos" ha incluido muchas vueltas. Por supermercados, varias vueltas por ferreterías gaditanas -"porque a mí me gusta comprarlo todo en comercios de Cádiz que lo están pasando fatal, desde la aguja"- e incluso alguno que ha encontrado en paseítos por las calles gaditanas.
Cada uno de los cuarteteros interpreta un personaje que tiene su propia personalidad y que le acompañan elementos distintos a cada uno de ellos. En común, los cascos que lucen aún más el disfraz, pero cada uno diferente -"llegué a hacer 7 u 8 distintos"-, elementos de latas en las pecheras, las espinilleras de tubos de PVC y en los brazos y piernas los que se utilizan para los aparatos de aires acondicionados portátiles "imitando una tela muy gruesa blanca que solían llevar liada en los brazos". O también los cinturones, con "bandejas de llevar en los bares el pescado frito y los cuencos de aceitunas".
Así, en Se-ur, hermano de Ben-hur, que interpreta Miguel Ángel Moreno, también autor del cuarteto, destaca una espada cuyo mango es el pomo de una puerta y casco con un con un abanico y plumas de gaviotas. Máximo Decibelio (José Manuel Figueroa, Figue) lleva un casco que culmina con un molde de bizcocho y un casco con hojas de palmera y un frifo. En Máximo Quinto el Merodio, maestro de la escuela que interpreta Ángel Gago, destacan los cuellos realizados con partes de latas, los respiradeos que acompañan como laterales de su casco y una señal de STOP como escudo. Por último, el recién llegado a la escuela de gladiadores, Casio (Francisco Javier González Ramírez, Chicho) lleva, a modo de tridente, una perchero con utensilios de cocina para trinchar la carne, un rodillo de pintar culminando el casco y dos latas de chopped pok como puñetas. Casi ná.
Y todo rematado con un atrezzo giratorio que termina de coronar este escenografía, realizado con Animarte, un elemento que ya probaron con el primer premio de 2020 por primera vez.
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