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'El Cabra': "Nunca le dimos especial importancia a ganar o a perder"

Retrocarnaval

Fue testigo y protagonista de la época dorada de la chirigota y participó en grandes pelotazos como ‘Los combois de a pejeta’ o ‘Una chirigota con clase’

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Manuel Carrión ‘El Cabra’ en el barrio donde vive: Astilleros. / Lourdes De Vicente

Ocho primeros premios le contemplan, siete de ellos en chirigotas. Fue testigo y protagonista de una época dorada en la modalidad en la que se dio a conocer, aunque no todo el mundo sabe que sus comienzos fueron en comparsas. Manolo Carrión ‘El Cabra’ participó en varios pelotazos, casi todos con el grupo del Love. Ahora, retirado del Concurso, dice que no regresaría “aunque me aseguraran que me iba a llevar el primer premio y que iba a ser un bombazo, y no salgo. Son muchos años encima, muchos ensayos y mucha carretera. Ahora mato el gusanillo con ‘Los Yason Five de Cai’”.

Manolo vivía en una zona, la de García de Sola, donde había un buen ambiente carnavalero. “En una esquina tenía Paco Alba un puesto de chucherías, al que yo le compraba. Me decía El Canijo”, recuerda. En entorno hizo que se lanzara a salir. Y mucho tuvo que ver ser vecino de barrio de Enrique Villegas. “Su hijo Toni estaba conmigo en el colegio y me dijo que su padre iba a hacer una prueba en la peña La Estrella para una comparsa llamada ‘Españoles’. Habíamos 22 niños y tenían que quedarse 16. Estaban haciendo las pruebas Enrique y El Alemania”, señala. Era la tercera comparsa infantil de Villegas que hizo La Estrella y ahí cantaban muchos conocidos como Carlos Mosquera, Manolo Mármol, José Mari Bohórquez…

En esta comparsa estrenó su colección de primeros premios y nació su apodo. El popurrí llevaba la música de ‘En la vieja factoría, ia, ia. ó’. “A mí se me daba bien imitar a animales. Y cuando Villegas me escuchó en el ensayo hacer la cabra se hartó de reír y lo metió en la cuarteta”, recuerda. Su imitación no pasó desapercibida: “Ya después del Falla estábamos en la calle y vino una señora preguntando quién era el que hacía la cabra. Y me dio un billete de 500 pesetas solo para mí. Yo me quedé hasta cortado”. “Llamaban a mi casa preguntando por El Cabra y mi padre se ponía negro. ¡Aquí no vive ningún cabra, se llama Manolo! Entonces se enfadaba pero años más tarde ya iba presumiendo de ser el padre del Cabra”, explica.

"No regresaría aunque me aseguraran que la chirigota iba a ser primer premio y pelotazo”

Luego vinieron comparsas juveniles como ‘Isla Margarita’ en 1981 y ‘Semblanza bruja’ en 1982. Entonces, ¿usted cantaba bien? “Sí, de tenor y haciendo algunos altos”, responde. En adultos comenzó en 1984 con la comparsa ‘Samurai’ y ese mismo año se fue a la mili. “Cuando volví, en noviembre de 1985, yo estaba loco por salir pero estaban todos los grupos cogidos para 1986. Pero un amigo mío me llevó a la chirigota ‘Los descompuestos’, de José Antonio Valdivia”, apunta. “Aunque solo había salido en comparsas a mí me gustaba mucho el cachondeo. Yo cantaba detrás, de segunda, y en la primera actuación en el Falla comencé a asomarme desde la fila de atrás a decir mis tonterías. La gente se reía. Y la chirigota decidió entonces ponerme delante para las siguientes actuaciones”, rememora.

El año siguiente sacaron ‘Los que van a la final’, que también escribían Quique Valdivia y Luis María. que destacó y estuvo en muchas quinielas para entrar en la final. Se estaba gestando algo grande. “Para el año siguiente a Luis María se le metió en el coco sacar ‘Los combois de a pejeta’. Ya en el ensayo general vimos que teníamos entre manos algo muy bueno, y sin el disfraz, eh. Sabíamos que íbamos de esos muñecos de indios y vaqueros, pero pintando los tipos el día antes, en el patio del colegio San Rafael, vimos que el disfraz iba a ser un impacto”. Y así fue. “En la final no nos dejaban cantar la presentación. Impresionante”. Pelotazo y primer premio.

Con 'Los combois de a pejeta' ya en el ensayo general vimos que teníamos entre manos algo muy bueno. Y sin el disfraz, eh"

Aquí conoció a su pareja de hecho carnavalesca: José Luis Ballesteros ‘El Love’. “Ellos eran ‘Este año no salimos’ y me gustaba el rollo que llevaban. En la final de La Viña ellos bajaban del tablao y nosotros subíamos. El último en bajar era el Love y yo el primero en subir. Pero él me cogió y no sé de qué manera subimos al escenario, empezamos a decir tonterías y descalificaron a las dos chirigotas”, dice entre risas.

Ahí nació una amistad, ahí le tiró el Love la caña. En 1989 ‘Los combois’ pasan a ser ‘Chentimiento de mi tierra comparsa de Cai’ y ‘Este año no salimos’ fue ‘Los barba-coas’. “Yo en verano ya cantaba con ‘Los barba-coas’. Con las dos”, apostilla. El idilio era imparable y en 1990 El Cabra pasa a formar parte del grupo del Love con ‘Viva Zapata de jamón’, iniciando una trayectoria exitosa y archiconocida.

En 1991 llega el primer ‘1’ con este mítico grupo: ‘Los príncipes encantados, ¡gracias igualmente!’. “Fue el año de la vuelta al Falla tras las obras. Ellos habían despedido el Falla ganando con ‘Las momias’ y le dieron la bienvenida también ganando”, destaca.

Luego llegaron otras chirigotas como ‘Partido de Risa Obrero Español (P.R.O.E.), segundo premio en 1993, antes de otro pelotazo como ‘Una chirigota con clase’ en 1996. Reconoce que a pesar de llevarse el gato al agua, cualquiera de las otras finalistas -Los bordes del área, Las marujas y Los guiris- “hubiese ganado otro año”.

"Cantamos en preselección con ‘Los juancojones’ y ya no teníamos más cuplés. Nos encerramos a hacerlos y El Love es el que hizo íntegro el de ‘En donde yo mejor me lo pasé’"

El carismático grupo nunca tuvo un autor fijo, lo que en otras circunstancias hubiera acabado con cualquier trayectoria. Pero el conjunto siempre fue más fuerte que los copleros. “Cambiábamos mucho de autor porque a lo mejor no se adaptaban a nuestro estilo”. Pasaron por allí, después de los hermanos Villegas, Martínez Ares, El Libi, Antonio Martín, Bustelo, Luis María, Remolino, Javi Osuna, Lolo Álvarez Seda, Alvarado y Vergara… En varias ocasiones, sin autores fijos, pidiendo colaboraciones a otros copleros o saliendo de los atolladeros ellos mismos, con la impagable aportación de Chico Cornejo, verdadero anclaje de esta chirigota, y las ideas del grupo, con el Love creando.

“Cantamos en preselección con ‘Los juancojones’ y ya no teníamos más cuplés. Nos encerramos a hacerlos y El Love es el que hizo íntegro el de ‘En donde yo mejor me lo pasé’. El grupo estaba acostumbrado a salir adelante pese a las dificultades”. Tanto es así que fue capaz de montar una chirigota en un mes con ‘Los gafas’.

Dice el Cabra que la etapa más estable la iniciaron en 1999, con ‘Los pofesionales’, su agrupación preferida, cuando se incorporó El Gómez, “un fenómeno que una vez llegó a traernos 22 cuplés en cartulinas individuales para que puntuásemos y así elegir los ocho mejores. Nos echó muchísimos cables”.

Y para capear los temporales nadie mejor que el recordado Manolo Cornejo en la dirección. “Fue una persona esencial. Ponía a todo el mundo firme, era fundamental su papel para organizar y poner el punto de seriedad”, señala El Cabra.

A este grupo nunca le importó ni el éxito ni el fracaso. “No le dábamos una especial importancia a ganar o perder. Puedo jurar que casi nunca escuché el fallo del jurado, descansando esa noche después de cantar porque al día siguiente había que montarse en un autobús y dar el callo en los contratos”, reconoce.

Fue una chirigota que siempre cayó bien. “Ni presumíamos al ganar ni protestábamos al perder. Sabíamos cuándo había una chirigota mejor y la felicitábamos”, asegura. En los últimos años, antes de decir adiós definitivamente, fueron más las decepciones que los éxitos -triunfo de ‘Los puretas del caribe’ aparte- pero pregonar el Carnaval de 2014 lo curó todo. “El pregón nos dio más trabajo que una chirigota, pero teníamos que hacerlo bien". La despedida llegó con ‘Los cachito pan’ en 2019. El Cabra completaba así una enorme trayectoria en la fiesta, en la que lo mejor que vivió fue “la calle el domingo y el lunes de Carnaval”. Ahora sigue más de lejos un Concurso en el que hay “mucho fanatismo”.

Trabajando en farmacias desde los 15 años

Manuel Carrión Moreno ‘El Cabra’. Nació el 22 de octubre de 1964. El domingo que viene cumplirá 59 años. Del barrio de García de Sola, donde vivían Enrique Villegas y El Selu. De padre chirigotero, Manolo Carrión, y Antifaz de Oro como su hijo. “Él salió con Paco Alba, Antonio Martín, Agüillo, Juan Poce, Chimenea...”, dice con orgullo. Su hermano Pedro también siguió los pasos del progenitor e igualmente ha formado parte muchos años del grupo del Love. El Cabra estudió en el colegio Virgen de la Paz (El Redondo) y “como yo no era buen estudiante entré de aprendiz con 15 años en la farmacia de Lebón (ahora avenida de la Sanidad Pública), donde estaba trabajando mi hermana”. “Como había un ambulatorio al lado, la farmacia funcionaba. Pero se vino abajo cuando cerró el ambulatorio”. Fue un día de noviembre de 1990 cuando dejó esa farmacia y al día siguiente entró en la que todavía permanece, la farmacia San Felipe en la avenida principal. Tiene tres hijos (Manolo, Pablo y Carla) de otros tantos matrimonios anteriores y ahora comparte su vida con Belén.

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