Cádiz

El tipo. Una ciudad sumergida. Las coplas. Una perla que ya no reluce al estar hundida al fondo del mar. La comparsa de Rafael Pastrana Lorenzo recupera con merecimiento su lugar en la segunda fase. Un grupo que sigue sonando de lujo y un repertorio en el que prima la música sobre la letra. Juegan con la ironía en el primer pasodoble al recordar que hace más de 40 años que se murió Franco, lo que permitió que cambiara la vida de un país sin fachas en el Gobierno, sin la Policía metiendo miedo, sin empresarios que le chupen la sangre a los obreros, sin prensa manipulada o sin censura. Mas de 40 años en los que, en el giro final, Franco sigue más vivo que nunca. En la segunda copla, cantan su verdad sobre lo que es el Concurso del Falla. Un certamen en el que se llenan los bolsillos el "facha" Diario de Cádiz, La Voz , Canal Sur -que sólo quiere a la fiesta de escaparate- y la reventa. Un COAC que es "la casa de putas de estos sinvergüenzas". Bueno, para algo está la libertad de expresión, pero algunas cosas son muy discutibles. En los cuplés, ambos regulares, Enrique comparte vídeos porno y no se entera que la comparte con el vecino, y por la igualdad en el Carnaval piensan como los hombres, por lo que tienen el nabo como la Torre de Preferencia.

En preliminares

las coplas. Cádiz, una ciudad que permanece hundida en el fracaso. Un vaso con tantas gotas que ya ha colmado. Una ciudad que se ahoga en el fondo de los mares. Y con ella, también lo hacen los gaditanos. La comparsa de Rafael Pastrana Lorenzo se reivindica tras dos años consecutivos quedándose fuera de la segunda fase. Lo hace con sus armas habituales, un grupo de relumbrón y un repertorio algo más redondo que en anteriores ocasiones, aunque la idea de la ciudad sumergida se pierde un poco en el popurrí. Sí son más lúcidas las dos letras de pasodoble, con un pasodoble que empieza mecidito y suave, y que termina sacando la potencia del grupo. En la primera de las coplas, muestran el punto de vista xenófobo de una persona que piensa que hay que cerrar las fronteras para que no vengan inmigrantes a Europa. Trabajadores que se quedan sólo con nuestras migajas en una Europa que es sólo para los europeos. Suena mucho más contundente la segunda letra, en la que tratan la polémica de las ninfas, manteniendo el mensaje que defienden desde hace tiempo. Una copla en son de paz, pero en la que invitan a las ninfas a que se suban a las tablas y que quieran la fiesta como ellas la quieren. En la tanda de cuplés, mejor el primero al alcalde, que se moja mucho, pero con Teresa Rodríguez, al ser diputada, no moja nada. El segundo se cae por repetido al dedicarlo a la suegra y rematarlo con que guarda La Línea y los pueblos del Campo de Gibraltar. ¡Cai!