“De un tiempo a esta parte Cádiz se ha vuelto una ciudad muy cobarde”
Faly Pastrana | Autor de coros
“Hay libertad de expresión y esto es Carnaval, pero no se escuchan letras como las de antes que iban directas, ahora toda la crítica es muy abstracta”
Tras un año sabático Faly Pastrana ha vuelto al Concurso con un coro renovado pero con las mismas ansias de agradar. En este tiempo no ha perdido su espíritu crítico ni su costumbre de hablar claro, de decir lo que piensa por más que pueda molestar. El pasado jueves el corista nos recibió en su casa para compartir una charla en la que no se mordió la lengua.
–¿Ha notado algún cambio a su vuelta al Concurso tras un año sabático?
–Yo diría que está la cosa igual de malage. He visto algunos cambios, digamos que hay un Patronato que es el que rige un poco el tema y bueno lo que veo que hay las mismas polémicas y las mismas historias, con las entradas, con los porcentajes de las entradas... Lo que hay que lamentar es que han fallecido una serie de personas que han dejado la fiesta un poco huérfana. En el caso de algunos un poco y en el caso de otros muchísimo. Porque hay que lamentar siempre el fallecimiento de las personas pero en el caso de algunos autores han dejado un hueco irrellenable. Eso es lo primero que veo.
–¿Y en lo que le concierne a usted?
–Pues yo he encontrado un poco de ilusión, me he encontrado con mis hijos, que tenían ganas de hacer algo conmigo, con un grupo de gente con ganas de trabajar. He visto un poco de luz en ese túnel que yo pensé que se había cerrado del todo y he visto ilusión por hacer algo. Lo que sí tenía ganas es de hacer algo nuevo de verdad, porque he visto que la modalidad está un poco apagada. Estoy tratando de hacer algo que suene a nuevo y que la gente note que viene un coro con aire fresco.
–¿Llegó a perder la ilusión por todo lo que rodeó la ruptura con su anterior grupo?
–Sí, perdí la ilusión porque fui delegando funciones, dando parcelas a uno y otro, hasta que fui dejando que incluso las letras mías fueran sometidas al consenso de los que menos debieran haber puesto un dedo en ellas. Cedí tanto el terreno que me comieron el terreno, y entonces llegó el momento en que ya no hacía nada, solamente ponía el dinero. Como era un coro que, digamos, lo financiaba yo, a todo el que entraba en el coro le explicaba que el coro estaba financiado por Rafael Pastrana, que si había beneficio se quedaba en fondo para el año siguiente y si no había beneficio pues yo lo ponía. Todos estaban conforme con eso hasta que ellos vieron que había que cambiar la fórmula económica y buscarse otra forma de hacer el coro. Consideraron que había que hacer el coro de otra forma económicamente hablando y decidieron hacerlo, ya que tenían letras y además Pedrosa tiene capacidad musical para hacer el repertorio. Consideraron eso y no fueron capaces de invitarme a hacer el coro de otra forma. Decidieron irse por otro sitio sin decirme adiós.
–¿Les guarda rencor?
–No, no, simplemente hicieron lo que ellos vieron oportuno, lo que sí te digo que las formas no fueron las adecuadas. No les guardo rencor ni les deseo nada malo a ninguno de ellos. Fueron 20 años de convivencia. Y por mi parte no hay rencor. Eso sí, alguno todavía pasa por mi lado y ni me mira. Como si yo les debiera algo o como si ellos me lo debieran a mí. Creo que a mí si me deben el respeto, porque después de tantos años a mi lado por lo menos me tenían que haber dicho en la cara que se iban, que querían hacer ese tipo de coro y pagarlo ellos. Pero cuando pasan por mi lado y ni me miran es porque algo me deben, o algo temen. Yo les deseo lo mejor para ellos y sus familias. Yo sigo adelante con mi forma de hacer el coro y este año tengo nuevas ilusiones. Ellos siguen con su forma de hacer las cosas. Yo me alegro porque de un coro han salido dos, y eso es bueno para la fiesta.
–¿Y es muy caro pagar un coro?
–Bueno, eso es relativo, porque he visto de refilón coros que se pueden pagar con muy poquito, pero con 12 o 15.000 euros se puede vestir un coro bien vestido. Luego otra cosa es el presupuesto de un coro en general. Llevar un coro a la calle bien vestido, bien hecho, que coma en la calle, ya eso es diferente, porque un coro de premio puede mover alrededor de 35.000 o 40.000 euros, porque mueve las galas, subvención, premios y algún que otro contrato.
–¿En cuanto está la subvención municipal?
–8.000 euros. Que de hecho hay coros que salen por esos 8.000 euros. Hay elementos en Cádiz que llevan muchos años y milagrosamente siempre sacan a 40 tíos que se pagan el tipo y encima cobra la subvención. De ese dinero por lo menos 6.000 pavos en el bolsillo se los lleva por la misma cara. Pero claro, como nadie pone medidas contra esto, Ascoga no dice ni pío, el Ayuntamiento no controla dónde va ese dinero... El Ayuntamiento da una subvención que debería ser un contrato, usted tiene que comportarse, que traer un mínimo de calidad, ir en condiciones, pero si no viene como tiene que venir pues no le pago. A alguno habría que ponerle una multa en vez de darle una subvención.
–Sin embargo aquí cualquiera que pisa el escenario se piensa que tiene calidad de sobra para meterse en la final.
–Sí, vamos a romperlo to, y encima cuando baja el telón se creen que son los mejores del mundo.
–Todos campeones cuando caen las cortinas. Culpa de la tele.
–Digo, y grupos aplaudidos en plan cachondeo que se han creído que estaban triunfando. Esto es así.
–¿Desde fuera se ven más los defectos de este Concurso?
–Desde fuera indudablemente se es más objetivo, porque cuando no compites está claro que estás en otra honda. El año pasado yo estuve de descanso total, pero sí te puedo decir a boca llena que el año pasado ganó el coro menos malo.
–¿No había calidad para usted?
–Pues no, no vi grupos que pudieran pelear por el primero.
–¿Y este año?
–Pues vuelvo a repetir lo mismo que dije en el Diario. Es que el contrabajo lo metí en el 2008 y ahora todo el mundo lleva un contrabajo. Y ahora yo no lo llevo. Veo los soniquetes de los coros y son todos iguales.
–¿Y su tango tiene un pellizco diferente?
–Es lo que estoy intentando. Que los bajos no lleven tanta repetición para que no asusten tanto a los niños, que canten en tercera voz, que haya más octavillitas. En fin, ¿qué le gusta a la juventud, las comparsas? Pues a lo mejor hay que hacer coros acomparsados para engancharlos. ¿Por qué hay que hacer coros todavía con la boca de los bajos al lado de la oreja? Nosotros queremos hacer un coro que guste a la gente joven, con aire fresco, que el tango tenga su cosita...
–¿Echa de menos al coro de la Viña, del que usted fue un componente histórico?
–El coro de la Viña de sus tiempos claro que lo echo de menos. Pero al final insistieron tanto en seguir que así fue la cosa. Debieron haber parado y decirse: imposibles no. La grandeza de aquello y de sonar tan bien estaba en la forma de ensayar. Esto no tiene otra ciencia. Metes el tenor y los mismos segundas te están dando sus notas. Nosotros tenemos ahí a Manolo Manzano, Juan Pastrana, Antonio Herrera, que es un comparsista que ha salido en ‘Quince piedras’ con Villegas. ¿Yo le voy a decir a Antonio cómo se saca la segunda? Hombre por Dios. Y al bajo no hay que decirle nada. Entonces esa era la forma de La Salle Viña. Recuerdo ‘Entre pitos y flautas’ que nos poníamos allí con Juan Antonio Guerrero, Pepe Martínez, José Luis Fatou y se ponían a meter el tenor y los que más oído teníamos íbamos sacando la segunda. Y así iba saliendo, y tenía ese soniquete especial. Era todo más artesanal y por eso sonaba tan viñero, tan diferente al coro de ‘Los dedócratas’, porque Antonio Escobar le daba una segunda muy especial, y una tercera, que le llamaban las escobarinas, y la daba él con su piano, todo muy estudiado.
–Es que la armonía es muy complicada, no hay más que estudiar los pasodobles de Paco Alba y ver como era capaz de armonizar notas que se alejaban, el movimiento inverso.
–La misma melodía te la va dando. Hombre si la melodía es complicada te sonará rara la segunda. Por eso a las melodías del Noly o Antonio Martín es tan fácil sacarles la segunda.
–Usted es un autor que nunca se muerde la lengua. Ni en sus repertorios ni cuando ha tenido que escribir artículos en el Diario. ¿Se arrepiente de algo?
–Hombre, igual alguna cosa me tendría que haber callado pero sobre todo por mis hijos, que lo pasan mal. Es un defecto, o una virtud, pero está claro que es una forma de ser. No suelo pensar lo que digo o lo pienso después. Uno es así y ya está. Suelo ser respetuoso pero bueno, digo las cosas con sinceridad, y ser sincero en Cádiz no está bien visto.
–Habría sido usted un periodista muy incisivo.
–Jajaja… seguramente.
–Con el Patronato la impresión que da desde fuera es que choca bastante, incluso que hay mal rollo. ¿Eso es así? ¿Tan mal se lleva con sus compañeros de Ascoga?
–Bueno ahora en cierto modo estoy dentro de Ascoga, como Asociación El Cañón. Pero veo que ahí hay una historia que no se ponen de acuerdo. Veo rupturas entre ellos mismos. Se acusan unos a otros, de que si hay un chivato…
–¿Un chivato? Como en la guerra fría, espionaje y contraespionaje.
–Algo así. Se han sacado de la manga que ahora los nombres se pueden repetir. ¿Tú crees que puede salir un coro ahora que se llame ‘Entre pitos y flautas’? ¿Otra vez? Es que no tiene sentido. Supongo que se le habrá ocurrido a alguien que no puede estrujarse más el coco y tiene que sacar el nombre de su coro o el de su comparsa de la historia. Están dando palos de ciego. Nosotros solicitamos entrar en el Patronato el año de ‘Los desoterraos’ y nos dijeron que no y ya está. Al final se ha ampliado tanto…
–El Patronatazo…
–Cada vez hay más gente con voz y voto.
–¿Qué le parece la nueva concejala de Fiestas? ¿Ha tenido la oportunidad de conocerla?
–Me ha dicho mi secretario personal, el señor Olmedo, jajaja, que tenemos cita con ella la semana que viene. Ahí afortunadamente la conoceré en persona y le comentaré algunas inquietudes que tengo respecto a los carruseles y demás, que para mí es una de las cuestiones más importantes.
–¿Puede adelantarnos alguna de esas inquietudes?
–Pues que el carrusel de coros es lo único insólito que existe en el Carnaval de Cádiz, porque concursos, comparsas, cabalgatas… todo eso existe en muchos sitios del mundo, pero carrozas con 50 personas cantando con tanta armonía con instrumentos de pulso y púa eso es único.
–Sin embargo está perdiendo protagonismo el coro en la calle.
–No se están cuidando los carruseles. Hay cuatro o cinco coros a los que estoy muy agradecido, que lo están llevando a rajatabla, pero el resto… Unos llevan el tractor más alto que el trascó de la carroza, otros no cuidan el tipo, no llevan los gorros… sin embargo otros cuantos da gloria verlos en la calle y sacarles fotos.
–Usted prefiere los tractores antiguos, sin cabina, más bajitos.
–Hombre, claro. Yo bajo incluso al tractorista, para que se vea solo la imagen del coro, para que recuerde a los coros antiguos. Ahora hay coros que llevan tractores que pueden jalar de la Sagrada Familia. Y bueno, muchos detalles que no se llevan a rajatabla. Ahora eso sí, los 8.000 euros igual que yo o igual que el otro. Así que todas esas inquietudes pienso contárselas en persona a la señora concejala.
–¿Le gustan los carruseles por extramuros?
–No, no me gustan. Yo desde chico los he visto por el centro como he visto el Nazareno o el Perdón por Cádiz. No tendría sentido que el Perdón saliera por Puntales.
–Jajaja… No se puede tener contento a todo el mundo.
–Y menos mal que no podemos seguir creciendo en extensión, porque si no más allá querrían llevarnos. La fiesta se celebra en la parte del centro, como los San Fermines lo hace en la parte antigua de Pamplona y los bares de extramuros no piden que los toros corran por allí. Hay que adaptarse a las tradiciones.
–¿No le da la sensación de que los repertorios contienen cada vez menos críticas y que estas son por año más abstractas?
–Pues sí, todo muy poco directo. Es que Cádiz es muy cobarde de un tiempo a esta parte, es una ciudad muy cobarde, aquí no hay quien diga nada.
–Pues con un gobierno progresista en el Ayuntamiento menos se entiende.
–Exactamente. Estamos hablando de Carnaval, de libertad de expresión, que se puede decir las cosas con respeto, que se pueden escribir las cosas, y se pueden lanzar los dardos bien lanzados. Pero sin embargo no escuchas letras como las de antes, que iban directa.
–Ni siquiera con ironía y gracia. Siempre pongo como ejemplo la letrilla de ‘Los borrachos’ a Carlos Díaz en el popurrí. El daño que le hizo aquello.
–Pues sí. Ahora no se escuchan cosas directas. No hay coplas contra el Gobierno, a Kichi no sé si le han dicho algo en estos años. Será porque tenemos un carril-bici que es una maravilla. No sé si será que el ingenio se está yendo por las cañerías.
–Hablando de los límites del humor. Usted que también es cofrade ¿cómo ha visto la chirigota del Cascana?
–No la he llegado a ver, sólo lo que me ha llegado por el móvil de uno y otro. Pero me parece irreverente, creo que no hay que llegar a eso para hacerse famoso. Hay que respetar. Lo que te decía antes. En Cádiz no hay valentía. Si eso fuera contra otra religión más fanática se liaba, iban a por él vamos, lo que pasa que aquí teniendo la barriga llena cada uno va a lo suyo. Pero si fueran contra el islam ya hablaríamos. Se liaba de verdad. Para mí el humor gaditano tiene que ir por otros derroteros. Porque, a ver, yo me he metido en un tango con la forma de cargar, pero eso es meterse con la pasión de Cristo, con las creencias de mucha gente, con la Virgen, eso es meterse con la fe de muchas personas. A mí no me ha gustado nada. No la he escuchado, además, entre otras cosas porque Cascana no me cae nada bien. No le presto atención, pero he visto fotos en los medios y he dicho para mí tela marinera. Lo veo irreverente e irrespetuoso.
–En cuanto a la pérdida de Juan Carlos y Manolo, ¿el golpetazo para el Carnaval es terrible no le parece?
–Totalmente. El hueco de Juan Carlos no lo va a llenar nadie. Cogía un tema y hacía lo que le daba la gana. Se le veían unos estudios, ni de lavaero ni de casapuerta, se le veía que tenía estudios de literatura y estaba preparado. Y además esa forma canalla de dar en la tecla. Y era un tío valiente, era valiente escribiendo. Era admirable. Para mí escribiendo es el número uno. Y el hueco de Manolo, esa chirigota, esa forma de insistir… es que además éramos amigos, y en fin… nos cantábamos cosas… ‘Senadores romanos’, ‘Andaluces por el mundo’… Lo echo mucho de menos. Eso no lo voy a cantar con nadie más. Me he reído muchísimo con él.
–¿Eran conscientes los dos de lo que se les quería?
–Creo que no, que en el fondo no. Porque Manolo era mu malage, y Juan Carlos igual. Tenían sus días. Si les apetecía hablar había que hablar, pero cuando tenían el día malage pues te saludaban con la boca daleá con un ehhhh… Ahora cuando Manolo estaba de buenas te podías llevar dos horas riéndote. Pero es que eso es el gen de los artistas, como Paco Umbral, Fernando Fernán Gómez… Es que son artistas.
–¿Qué espera de este Carnaval?
–Pues que nos llevemos bien lo que haya que llevarse, que algunos coros que han salido ahí los castiguen y no salgan más en su vida, jajaja… Espero buen tiempo, buen pregón de David Palomar, espero buenos carruseles, que las callejeras acierten como en los últimos años y que tengamos un feliz Carnaval. Que la gente disfrute y que sea nuestra fiesta auténtica. Que la hostelería ayude, que no tapen las puertas con barras portátiles, que la gente pueda entrar en los bares, consumir y utilizar los cuartos de baño y que todos colaboremos y nos llevemos bien.
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