El Carnaval de Cádiz y sus historias: los cajonazos de 1980

Las comparsas ‘Caleta’, ‘Cuba’ y ‘Los luceros del alba’ estrenaron la tradición de cantar en la escalerilla de la Facultad de Medicina después de quedarse fuera de la gran final

La comparsa portuense ‘Cuba’ por la plaza de San Antonio en la cabalgata de Carnaval.
La comparsa portuense ‘Cuba’ por la plaza de San Antonio en la cabalgata de Carnaval. / Kiki

Puede que en la noche del 14 de febrero de 1980 naciera el término 'cajonazo' para definir, según el sentir popular, la injusticia de no clasificar para la final del COAC a una agrupación merecedora de ello. Puede, aunque no está demostrado. Pero lo que sí se alumbró aquella noche fue la costumbre de los 'cajonazos' (luego lo harían otros grupos sí finalistas) de cantar en la escalerilla de la Facultad de Medicina. Hablamos de una de las noches más intensas y especiales de la historia del Concurso de Agrupaciones. Y de tres comparsas que, agraviadas por no poder cantar dentro del Teatro Falla, decidieron, en señal de protesta, hacerlo fuera.

Pero antes de la final se iniciaba la polémica con una de ellas: ‘Cuba’, de El Puerto, original de José Luis Arniz. Todo comenzó cuando el presidente del jurado declaraba a este Diario, el mismo día que cantaba la comparsa en la segunda semifinal, que en el Concurso se estaban escuchando “cosas que se salen de lo propiamente carnavalesco, más propias de salas de fiestas”. Los comparsistas portuenses se sintieron señalados, pues llevaban, ya que el tipo lo requería, varios instrumentos aparte de los permitidos por el reglamento. La comparsa no quiso actuar sin antes escuchar las explicaciones del presidente. Este no les atendió amparándose en el propio reglamento, que impedía la comunicación entre agrupaciones y jurado. Y como la comparsa no hizo acto de presencia en el escenario en el orden de su actuación de la segunda semifinal, ‘Cuba’ fue descalificada. Finalmente, el presidente permitió a la comparsa cantar en último lugar de la sesión, sabiéndose ya fuera de concurso.

La comparsa ‘Caleta’ en una foto promocional en la playa viñera.
La comparsa ‘Caleta’ en una foto promocional en la playa viñera. / D.C.

Según palabras del autor portuense Luis Galán en la web www.carnavaldelpuerto.es, “en esa movida, la función comenzaba, y ‘Cuba’ no iba a escena, a lo que Pepe Benítez (locutor de radio), con todo el cariño del mundo y con ánimos de mediar, dijo a sala que uno de los coches había sufrido una avería y que no estaban todos los componentes. Así pasaron varias agrupaciones, hasta que llegó un comunicado del jurado en una cuartilla, decía así: En el día de hoy, la comparsa ‘Cuba’, queda descalificada por no presentarse en su horario previsto de actuación”.

En el Falla hubo amenazas de bomba y la final no empezó hasta una hora después

Galán cuenta cómo fue testigo de excepción de aquella gran polémica. Ese año era autor de ‘Los luceros del alba’, otra de las comparsas 'cajonazo'. Recuerda a la afición portuense dividida entre el grupo de Arniz y el de Los Majaras, que sacaban ‘Los simios’, todo un pelotazo en la historia del Carnaval. Galán estaba esa noche en el Falla. “Se lio en camerinos la marimorena. El tipo de la comparsa no llevaba bolsillos, por lo que Paco Soto me dijo que guardara la nota, y es más, la tuve guardada hasta que la perdí en una de mis mudanzas o tal vez la tenga en El Puerto, con mis recuerdos. En ese momento, era el descanso de la función, y entonces el jurado sí accedió a hablar con los responsables de ‘Cuba’. En una de las antiguas salitas que había en el Falla antes de la reforma, fuimos José Luis Arniz, Vicente Chaparro, Paco Soto y un servidor. Paco Soto se encaró de forma brusca, diciéndole al presidente que no tenía ni idea de Carnaval, que no sabía ni como se llamaban los instrumentos que portaban, y que lo que en realidad le molestaba era el pañuelo rojo y el acento cubano. Con el pañuelo rojo en la mano, le dijo una y otra vez a dos miembros del jurado: “Esto es lo que a ti te molesta, esto”.

La comparsa ‘Los luceros del alba’ en una de sus actuaciones del Concurso de Agrupaciones de 1980.
La comparsa ‘Los luceros del alba’ en una de sus actuaciones del Concurso de Agrupaciones de 1980. / Archivo Histórico Municipal

“Entre tanto, el gallinero reclamaba entre agrupación y agrupación a la comparsa ‘Cuba’. Querían verla actuar, y una vez que Pepe Benítez consultó con alguien de la organización, la comparsa cantó en último lugar sabiendo que estaba descalificada. Jamás olvidaré mi sensación entre bambalinas, al ver las caras de los componentes cantando el final de popurrí con lágrimas en los ojos y despidiéndose del público”, expresa Galán.

Si a ‘Cuba’ la eliminaron de la competición antes de la segunda semifinal, a ‘Caleta’, la obra de Antonio Martín, la dejaron fuera de la final ante la mayúscula sorpresa de todo Cádiz. La comparsa ha pasado a la historia y su presentación forma parte del imaginario colectivo de la ciudad para siempre. 42 años después Martín señala que “en su tiempo se dijo que fue una especie de venganza de una peña, de las importantes de la ciudad, por negarnos a ir a dar allí un ensayo general, ya que esa fecha la teníamos comprometida con otra peña. Y un miembro de esa peña estuvo luego en el jurado”. Eran tiempos en los que las peñas tenían mucho poder en el Carnaval. ¿Tanto como para dejar fuera de la final a ‘Caleta’?

La comparsa ‘Cuba’ fue descalificada por no cantar en el orden establecido

El caso es que el día de la gran final los ánimos en el entorno del domicilio del coplero, en la calle San Vicente, estaban caldeados. “Se movilizaron los aficionados que paraban por allí, por el bar El Gavilán, para realizar una protesta esa noche fuera del Falla. Y comenzaron a hacer incluso pancartas”, recuerda. Convencieron a la comparsa para acudir esa noche a cantar fuera del teatro y se sumaron ‘Cuba’ y ‘Los luceros del alba’. Luis Galán reseña en la citada web portuense que esa mañana había acudido a Cádiz a acompañar a algunos de ‘Cuba’ a recoger las cintas de cassette. Estando en el bar Merodio entró Pedro Trujillo ‘Catalán Chico’, director de ‘Caleta’. “Entró como loco, desatado, ya podéis imaginar: insultos al jurado, gestos agresivos, etc., … Se viene hacia mí y me dice: Luisito, vamos a buscar a mi hermano (Antonio Trujillo, director de ‘Luceros del Alba’) ahora mismo. Cuando venga del trabajo a las tres vamos a su casa, que esta noche la vamos a liar”, apuntaba. “Antonio hizo prometer a su hermano que no se metería en líos con policías ni nada por el estilo. Cantar y punto. Catalán Chico lo prometió “por papá” y ahí quedo la cosa. La cita sería en la calle La Palma, a la altura del cine Caleta, y de ahí, del tirón para la puerta del Falla”.

Una vez allí las tres agrupaciones se turnaron para cantar en las escalerillas de Medicina. “Había un montón de gente y los que estaban dentro del Falla se asomaban a las ventanas del teatro para vernos cantar y aplaudir”, dice Antonio Martín. Numerosos aficionados arropaban en la plaza de Fragela a las tres comparsas con pancartas en las que podía leerse ‘Cuba, primer premio’ o ‘El jurado dice no, el pueblo dice sí’. Dentro, la tensión era latente. Hasta tres amenazas de bomba se produjeron y la gran final tuvo que comenzar una hora más tarde de lo previsto.

Para ‘Caleta’, el cajonazo provocó el efecto contrario al que buscaba el jurado: las ganas de los aficionados por escucharla. “La comparsa actuó por todas partes porque quedarnos fuera de esa forma tan sorprendente nos dio caché. Éramos más demandados que los finalistas y hacíamos doblete cada día que cantábamos, en distintos lugares de la provincia. Fue un cajonazo en el concurso, pero a nivel popular fue primer premio”, expone Martín.

Curiosamente, y según admite el coplero, no fue la decepción más amarga de su extensa trayectoria. “Recuerdo más enfado en otras ocasiones”, reconoce. Pasado el sinsabor, ‘Caleta’ se convirtió en leyenda y su presentación, con la música de ‘Amor pecador’ de Los Chichos’, en pieza indispensable del Carnaval de Cádiz, recordada, cantada y versionada cuatro décadas después.

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