El Carnaval callejero de Cádiz, lejos del "apocalipsis" que suena en las redes
La fiesta en la calle
Reconocidos participantes en la fiesta aseguran que “no ha ocurrido nada que no pase otros años” a excepción de la lluvia del primer sábado que incidió en las visitas al segundo
¿Qué pasó el segundo sábado de Carnaval de Cádiz? Enfado e indignación entre las agrupaciones y los gaditanos
Óscar Torres: “El Carnaval de Cádiz no puede morir de éxito, lo del botellón se ha ido de las manos”
Cádiz/"El Carnaval se nos ha ido de las manos". “Va a morir de éxito". "Es imposible escuchar". "El Carnaval se ha convertido en un macrobotellón"... Desde aficionados a políticos de la ciudad, pasando por algunos autores del Concurso, han escrito en algún momento de la fiesta de febrero 2024 alguna de estas leyendas en sus redes sociales, y hasta en notas de prensa. Las imágenes de la plaza de Catedral con los restos del naufragio de una fiesta, algunas agresiones vecinales y sobre todo, un segundo sábado con Cádiz hasta los topes de gente han azuzado este tipo de reflexiones que, a lo mejor, sólo a lo mejor, están traspasando las costuras de la realidad o, al menos, resultan desmemoriadas para los que han vivido un carrusel de coros en la Plaza que “sí que era un auténtico botellón, con la gente hasta por los tejados”, “cubazos de agua toda la vida”, “y el propio ciclo de colonizar calles nuevas, que a los años se masificaran y explorar nuevos territorios”. “Ha sido así, toda la vida”. Este es el pensamiento de no pocos gaditanos con no poca calle a sus espaldas pero, aun más interesante, estas son las palabras de algunos de los veteranos participantes en agrupaciones callejeras, las protagonistas de la fiesta.
“Yo no he visto nada que no haya visto otros años. El único cambio es que, por las lluvias del primer fin de semana, tuvimos un primer sábado muy tranquilo y un segundo más masificado porque entiendo que las excursiones previstas para el primer sábado se pasarían al segundo. Y eso no lo podemos perder de vista para analizar qué ha pasado este Carnaval. No sé, creo que antes de lanzar las campanas del apocalipsis de que esto se nos va de las manos habría que esperar un poco y ver si es la tónica de años venideros”, explica “como vecino de la calle Argantonio”, que “el primer sábado” suele “estar acostado y escuchando el jaleo” desde su hogar, el carnavalero Miguel Ángel García Argüez, de la chirigota de Casapuerta.
Y es que la inversión de roles debido al mal tiempo de las noches dos sábados de Carnaval –el primero siempre más dedicado al desfase y el segundo a las coplas– es un argumento al que no sólo se inscribe Chapa. David Medina, del Showmancero; Alejandro Leiva, de El Perchero; Susana Ginesta, de Cadiwoman, y las romanceras Ana López Segovia y Ana Magallanes, se pronuncian en el mismo sentido.
Es más, carnavaleros como Leiva y López Segovia es que no se escandalizan por “nada” de lo que ha ocurrido este año. Amplían el foco de la memoria. Tiran de su archivo. “Nosotros llevamos muchos carnavales en lo alto y te digo que cubos de agua se han tirado toda la vida, vecinos mosqueados que salen por el balcón ha habido toda la vida, la masificación de las zonas por las que íbamos cantando ha ocurrido toda la vida, pero es normal que la fiesta ahora es un poco más popular y haya más gente pero, ojo, ahora el Carnaval se mueve por todo el centro, antes sólo estaba en una zona... Lo que quiero decir es que no son cosas nuevas”, reflexiona el miembro de El Perchero que recuerda cuando hace unos años en Portería Capuchinos “nos cruzó un coche a toda velocidad por esa calle que es peatonal, la gente que nos escuchaba empezó a increparle y salió un tío con un cuchillo jamonero, al que la policía, en Macías Rete, redujo en 30 segundos”; o, como aficionado, “cuando te metías en una bulla y tus pies no tocaban el suelo”; o “cuando los comerciantes de la Viña nos ponían altavoces, y por eso nos fuimos a cantar a El Pópulo”; o “cuando los efectivos de limpieza te baldeaban los pies estando tú cantando”... Enumera incontables situaciones que se han producido décadas atrás. “¿Sabes cuál es la diferencia? Que no había redes sociales. Las redes lo magnifican todo. Ahora haces una foto, la cuelgas y te enteras rápidamente, instantáneamente de lo que ha pasado. Antes quizás lo comentabas con los compañeros pasado el Carnaval, pero poco más”, apuesta.
“Mira, el Carnaval es el mismo, los que estamos más puretas somos nosotros”, resume entre risas la actriz gaditana. Ana López Segovia, este año ‘La feminista blandengue’, a pesar de vivir en Madrid, ha participado en la fiesta “desde el miércoles al domingo”. Incluido el sabadito de marras tan puesto en jaque. “Y yo lo he echado igual que siempre”, certifica la carnavalera que opina que “la cantidad de gente es algo que ha ido aumentando en los últimos años, no ha habido nada llamativo excepto lo del sábado por la lluvia del anterior”.
“Yo no he tenido problemas para encontrar un sitio para cantar, ¿botellón?, el de toda la vida, ¿o es que la gente no se acuerda del botellón que hacíamos en los coros de la Plaza?, tampoco entiendo la gente que quiere cantar con un silencio absoluto, a mí eso no me gusta, es Carnaval, ¿qué queremos que esto sea Semana Santa? No sé, creo que el ambiente festivo no se puede perder, es el origen de la fiesta, y esto no se puede gobernar, es ingobernable el Carnaval. Y soy consciente de que ha habido comentarios y críticas sobre el ambiente de este año pero yo te mentiría si te dijera que no he podido cantar o que me he sentido mal porque hubiera mucha gente”, relata.
En este sentido, el integrante de ‘La clínica privada del doctor Potato’ pone de relieve que “hace tiempo” que “las callejeras aprendimos a convivir con el botellón”. “De una manera más o menos flexible, con algún gruñido, pero lo hemos esquivado. Es el ciclo del Carnaval callejero siempre. Nosotros encontramos espacios mágicos, sin molestias, para cantar, a los años se corre la voz, se masifica la zona, acaba siendo un botellón y las callejeras nos vamos a explorar nuevos territorios. Así llevamos toda la vida y, afortunadamente, creo que Cádiz tiene un laberinto de calles, rincones, plazoletitas y esquinitas por descubrir para las callejeras”, anima.
Quizás Ana Magallanes y David Medina sí han encontrado “más dificultad” para encontrar sitios para cantar a gusto este año. “Creo que el botellón antes se localizaba en ciertas zonas de las que las callejeras huíamos y ha acabado alcanzándonos”, opina la romancera que sí que ha notado “más” este Carnaval “la masificación”. “También en agrupaciones, se ha puesto como más de moda, hay más gente cantando, con lo que cuesta un poco más encontrar espacios sin mucho ruido”.
“De Murcia, de Vallecas, de toda Andalucía...” Es la procedencia, o del público, sino de agrupaciones callejeras con las que se ha encontrado este año el miembro del Showmancero. “Hay un efecto llamada sí, son más agrupaciones, así que, por ejemplo, te vas a Mateo de Alba y tienes tres o cuatro por delante esperando, con lo que te acabas yendo. La suerte, en nuestro caso, es que podemos irnos a otros sitios que la gente pues va a venir. En la calle San Vicente, por ejemplo, hemos cantado muy bien este año”, explica Medina que no considera que el problema sea el botellón (“que ha existido siempre y que también es una fiesta el carnaval que lleva a las transgresiones”) sino “la masificación”.
La que ha notado, “pero sobre todo la noche del segundo sábado”, también Susana Ginesta que lamenta que “no había ambientito para escuchar”. Sin embargo, también deja constancia de que ha sido “un Carnaval muy bonito” y “si incidencias reseñables”.
Carnaval 2024, un Carnaval igual de festivo que cualquier otro.
Los incidentes con los vecinos
La “preocupación real” que sí ronda a los integrantes de las callejeras es la “cada vez más tensa” relación con los vecinos “en los últimos años”, según opinan buena parte de los entrevistados.
A Ana López Segovia, que reporta un incidente “a las cuatro de la tarde de un domingo del año pasado en Mateo de Alba”, le inquieta “que esto de tirar agua y lejía sea una modita” que tenga que ver con el turismo de casa de alquiler. “Algo así como el balconing pero esto es vandalismo y hay que denunciarlo”.
Esta teoría se refuerza con “la pequeña lluvia de lejía” que este año sufrió Ana Magallanes en Osorio. “La comunidad de vecinos se puso en contacto conmigo para lamentar lo ocurrido y asegurarme que no habían sido ellos, que pudiera ser de algún alquiler”.
A David Medina, que cuenta que el Showmancero ha sufrido varios ataques en los últimos años, este Carnaval incluso cursaron “una denuncia”, este es un asunto que le preocupa “muchísimo”.
Y García Argüez habla claramente de “vecinos de Cádiz, nada de gente de fuera”, que “cada vez presentan más intolerancia”. “Siempre ha habido ‘balconetis’ pero en los últimos años no sólo han crecido sino que son más violentos. Habría que sentarse a ver qué está pasando y cómo se puede solucionar. No sé si el Ayuntamiento o la policía tendría que intervenir o desde el propio Carnaval callejero, que siempre hemos sabido autogestionarnos”.
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