Un Carnaval de figuras
Pito de coña
Con el Carnaval entregado al lugar para el que fue concebido, la calle, quizás es necesario que la ciudad vuelva a plantearse la colocación de figuras carnavalescas en algunos puntos de la ciudad, como hace décadas se tomó el torreón de la Puerta de Tierra con aquellos mitológicos dioses tan elevados. Algo se está recuperando con las figuras del Dios Momo y de la Bruja Piti asomados al balcón consistorial gaditano, a los que los visitantes hacen fotos sin dudar, aunque parece que puede llegar el momento de ser más valientes y plantearse algún paso más.
Viene a cuento, además, por la exposición que se muestra en el Espacio de Cultura Contemporánea (ECCO) sobre la arquitectura efímera de Antonio Accame, aquellos adornos que han llegado hasta nosotros a través de sus bocetos y de fotografías y que daban lustre callejero a la fiesta.
Porque Cádiz no debe limitar los adornos carnavalescos a las luces y al ambiente de las agrupaciones por las calles. Lo ideal es que la ciudad demuestre que está de fiesta, de su principal fiesta, de manera que que habría que buscar la fórmula para que otras figuras de gran tamaño se repartan por lugares estratégicos, como ocurrió con aquel imponente 'Sopa' que hizo de arco en la plaza de San Juan de Dios.
Si hace unos años el Juan del Selu fue el gran pelotazo, al siguiente Carnaval su figura gigantesca podría haber presidido alguna plaza de la ciudad. O aquel sufrido oyente chirigotero o cualquier otro tipo recordado. O, también, algún autor convenientemente caricaturizado, como ocurrió con el 'Sopa'. Hay tantas posibilidades como personajes, que tampoco es plan de poner un mini Spiderman en las Puertas.
Y además de las grandes figuras, no estaría de más plantearse algo parecido a un concurso de exornos de escaparates para incentivar también al comercio. Un ejemplo sencillo, y conseguido, se puede ver estos días en la confitería del Pópulo.
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