Chirigota 'Aquí huele a verdín'

Cádiz/Paco, baja aunque sea con forma de busto. No podía faltar Paco Alba en la Gran Final. La chirigota del Lacio completa un buen concurso con una actuación con la que no desentona en la última fase, aunque acusa la hora. Por un lado, cierra el círculo del tipo con dos autorreferencias en los pasodobles. La primera letra cumple sin excesivas pretensiones el objetivo de Barranco de dar las gracias a todos los componentes y directores que han pasado por su chirigota tras cumplirse 20 años de su primera final con ‘Villancicos pop-pulares’. En el segundo, mejor por planteamiento y originalidad, se meten de lleno en el papel de Paco Alba para acordarse de Conil de la Frontera, su localidad natal, con un repaso a su infancia hasta que se mudó a Cádiz. Una copla en primera persona para decirle a su pueblo que “nunca me olvidé de ti” aunque en la capital fue feliz. Tanda desigual de cuplés, algo mejor el primero al castigo que el rey Felipe VI le debería poner a su padre, que no es otro que llevarlo al gallinero para que se asfixie allí con la calor. En el segundo, más flojete, el papa Francisco dice que hay que llevarse bien con los suegros porque él no está casado.

Actuación en semifinales

El tipo. El busto de Paco Alba. Las coplas. El creador de la comparsa vuelve a sus orígenes. Igual que el Lacio, que recupera su forma de entender la chirigota con su soniquete particular en el pasodoble y sus buenas dosis de maldad carnavalera, que brillan en el popurrí para cerrar un notable pase que confirma las buenas sensaciones de las preliminares. Desde La Caleta, y ya haciendo un repaso al mundo comparsista desde la presentación al cantar con mucho arte El Vaporcito con la música de la Macarena, no fallan en lo realmente importante, mejorando incluso las prestaciones de su primera actuación. En los pasodobles, la música lo facilita absolutamente todo por sencilla, el pellizco y la potencia en su justa medida. Sobresale el primero de crítica a los empresarios hosteleros que se quejan de que en Cádiz no hay camareros. Lo contraponen contando la historia de Antonio, que para sacar su casa hacia delante se tiene que conformar con que “sus vacaciones sean cruzar los Callejones o pasar por Sacramento”. Por ello, les llaman “explotadores y usureros”. Compensan la crítica con un correcto piropo a los barrios de Puertatierra, a los que les dicen que “son más que gaditanos”. Magnífico el primer cuplé al tamaño de las pichas de los comparsistas. Lo rematan con acierto al decir que Martínez Ares se dio en un ojo con ‘Los sumisos’. Un poco por debajo el segundo a lo que darían ellos por una mano, en recuerdo a ‘De plaza en plaza’. Se mantiene el ánge en el popurrí, aunque también resalta el homenaje a Paco Rosado.

Veredicto de Diario del Carnaval

Actuación en preliminares

El tipo. El busto de Paco Alba. Las coplas. Paco Alba también fue chirigotero. Incluso, tuvo su poquita de maldad y guasa carnavalera para repartir algunos palos al mundo de la comparsilandia. El Lacio vuelve a traer una chirigota en solitario al Concurso del Falla con las bases que le permitieron hacerse un hueco en la modalidad: un soniquete en el pasodoble muy reconocible y un humor muy propio y sin filtro. El resultado es una chirigota que huele a verdín y que reluce más en las partes fijas que en los cuplés, que están un poco por debajo del nivel del resto de su primer pase. Ya en la presentación, muy lograda por el tipo, dejan algunos detalles de ange, como cantar el Vaporcito con la música de la Macarena en dedicatoria a Johny Marchena. En los pasodobles, el Lacio le pone todo el sabor viñero para dejar una música muy redondita. Las letras cumplen con el trámite de enseñar la melodía. En el primero, Barranco muestra todas sus ganas por volver a llevar al Falla una chirigota. Buena crítica en el segundo a las agrupaciones que olvidan a Cádiz por tener actuaciones fuera para ganar dinero, por lo que ellos defienden cantarle a su tierra. Flojea un poco la tanda de cuplés, en los que tras vacunarse se llevan de todo al darse un revolcón en La Caleta por el efecto imán y no encuentran al jurado para dedicarles un pasodoble. El popurrí eleva el nivel con algunas cuartetas reseñables como el vacile a los ‘Daddy Cadi’ o lo que hacen cuando la gente canta debajo del busto. Después de Cádiz...

El veredicto del Diario del Carnaval

La previa

José María Barranco el Lacio es uno de los autores más prolíficos del Carnaval de Cádiz. Muchísimas agrupaciones han llevado su música y su sello. De hecho, en el último Concurso del Gran Teatro Falla, en el año 2020, hasta siete agrupaciones cantaron sus coplas -El coro 'Manos arriba!!', la comparsa 'Los tocaos del ala', la comparsa juvenil 'Brujas' y las chirigotas 'Los gipsy scream', 'Los del corazón partío', 'Los de la resistencia' y 'Aquí estamos de paso'-.

A pesar de que nunca falta a su cita, en este atípico 2022, el Lacío volverá a presentar una chirigota propia de letra y música cinco años después de que concursara con 'Chirigota de la Viña', que no llegó a superar el primer corte.

Junto a él, dirigirá este grupo de nueva formación Sergio Mora, que ya se puso al frente de 'Chirigota de la Viña. Sus componentes proceden de diferentes agrupaciones de la modalidad, por lo que la calidad está asegurada, así como el sabor clásico en el pasodoble.

En este 2022, se cumplen 20 años de la primera final de Barranco con 'Villancicos populares', que consiguió el tercer premio. Además, también ha pisado la última noche del COAC con 'Los de gris', 'Daddy Cadi' y 'Un pasito a la izquierda y otro pasito a la derecha'.