Chirigota 'Los viñanos'

Cádiz/Mucha maldad reconcentrada en la hora bruja de la Gran Final del Falla para servir de resistencia de la chirigota gaditana. La agrupación de Manolín Santander, Carlos Pérez y José Manuel Sánchez Reyes cierra su participación en el COAC con un pase en el que los pasodobles están muy por encima de los cuplés, destacando el popurrí en el apartado humorístico. Llama la atención la primera letra de pasodoble al salirse la dinámica temática de esta chirigota al cantarle a la soledad, aunque sin caer en un tratamiento lacrimógeno, no acorde con esta modalidad. Teniendo claro que "no es una buena amiga, sobre todo en estos tiempos", definen que en la vida "las penas siempre son más llevaderas si a ti nunca te faltó con quien sufrirlas", mientras que las alegrías se deben tener "siempre con alguien con quien compartirlas". Por todo ello, esperan que cuando les llegue la hora puedan tener a una persona a la que agarrar la mano para decirle "gracias". Destaca de la segunda letra, que consigue arrancar al público de sus asientos, el retrato personal a la hora de contestar a la pregunta de por qué escriben chirigotas. Aunque no niegan que en parte lo hacen por los premios y los piropos, también reconocen que buscan en la fiesta otras cosas como un grupo que se emociona al escuchar un pasodoble, el pasacalles, lo que disfruta el autor en bambalinas, escuchar juntos los premios o cantar con la garganta rota en su esquina de San Miguel, lo que son razones suficientes para volver a escribir una chirigota. La hora pesa en los cuplés, ambos normalitos. Le cae a Ayuso el primero por negacionista del cambio climático, por lo que es "igual de carajota esté lloviendo o nublado". En el segundo, se reparten a un perro tras un divorcio, tocándole a su primo Arturo la parte del culo.

Actuación en semifinales

Villanos de verdad, pero buenos en el Concurso. La chirigota de Manolín Santander, Carlos Pérez y Sánchez saca toda su maldad en un tercer pase en el que los pasodobles están por encima de los cuplés, dentro de un repertorio en el que popurrí sigue brillando a gran altura por la cantidad de ocurrencias que alberga y unas formas muy gaditanas. Unas maneras que rebosan en los pasodobles por música y por dos letras que entran a la perfección. No se pueden olvidar de su barrio de La Viña en la primera letra, en la que el faro del castillo de San Sebastián ilumina todas sus miserias y su ruina, mientras que “los que machacan” al barrio permanecen en la oscuridad. Problemas como el paro, la turistificación o Valcárcel por los que piden que alumbre a los “que hacen sufrir a mi gente”. Emociona el alegato encendido por la chirigota de toda la vida en la segunda copla. Una defensa encendida del soniquete de Juan Poce, Chimenea, Antonio Torres o Fletilla, por lo que aseguran que no les hace falta hacer “algo comercial para cantar para toda España” ni harán “chirigotas teatralizadas”. Por ello, con ellos no se morirá “la chirigota pura de Cádiz”. No reluce tanto el gran bastinazo del primer cuplé a unas patatas con sabor a nabo, por lo que si les toca un Risketos pueden querer metérselo en el culo. Simpaticote el segundo a una freidora de aire que, al ponerla a la máxima potencia, salen volando de ella cuatro croquetas en parapente.

Cuartos de final

El tipo. Villanos de La Viña. Las coplas. Malvados, pero muy gaditanos. La chirigota de Manolín Santander, Carlos Pérez y Sánchez Reyes da un golpetazo en la mesa en una modalidad muy competida. Lo hace sin despegarse de sus bases, pero funcionando más en el apartado humorístico, sobre todo en un popurrí que acumula una gran cantidad de pamplinas. A esto se suman las coplas de estreno. En los pasodobles, la música se presta a las dos críticas que lanzan. Dos buenas letras con temas gaditanos para no perder el foco de la fiesta. En la primera, nombran a Cádiz como “un paraíso para los villanos” por todas las que cosas que le han quitado. Con “guaridas en Sevilla y Madrid”, se quejan de que la asfixiaron y “la dejaron malvivir”, por lo que “vivir en esta tierra es un infierno para muchos gaditanos”. Más oportuna y original la segunda contra los propietarios de locales, que se están cargando un comercio de la ciudad que “está echando la baraja lentamente”. Por ello, rematan con mucho acierto al decir que “Cádiz ahora se alquila o se vende”. Dos buenos cuplés para redondear la actuación. En el primero, el Pato de WC se beneficia de la recomendación de no sentarse en el váter para cagar ya que antes le daban con la picha en la frente. Con un puntito concursero, pero bien tirado, se acuerdan de Vera Luque con ‘Los bipolares’ por cantar los cuplés de tres en tres.

Actuación en preliminares

El tipo. Villanos de La Viña. Las coplas. Malos de verdad. La chirigota de Manolín Santander comienza la defensa del primer premio con una actuación redondita que va de menos a más, brillando especialmente el popurrí. Con una presentación que ya deja algunos toquecitos interesantes, sobre todo por el buen juego de palabras entre ser villano y sevillano, la música del pasodoble da un giro que, respetando la base, lo diferencia al empezar por menores, haciéndolo algo más potente para las letras. Hacen una buena definición de la idea en la primera letra, ya que son unos malos “jartibles” con La Viña. Por ello, a pesar de su maldad, no piensan traicionar a Cádiz y no escapan de su Carnaval. Le dan un toque muy original a la segunda letra de despedida a Kichi tras ocho años de alcalde a partir de un repertorio “que apuntaba a pelotazo”, pero que al final se marcha con “un cajonazo”. Altibajos en los cuplés, sobre todo por uno primero solo simpaticote a la Monotonía de Shakira, que en su casa “se fue a tomar por culo” cuando se fue a vivir con ellos su suegra. Gran bastinazo, con cierto age, en el segundo a la diferencia entre zambomba y zambombá, ya que ellos se tocan la zambomba y la zambombá es lo que llega al techo. Se crecen con un buen popurrí plagado de golpes, alguna maldad buena con Procopio y cuartetas muy graciosas como la de los agapornis perdidos y la de las series de malvados. ¡Qué maldad!

La previa

La chirigota clásica, con el sabor de toda la vida, volverá a estar presente en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla. El legado de Manolo Santander, tristemente fallecido en 2019, ha quedado en buenas manos, tal y como se demostró en la pasada primavera con 'La misión (el Evangelio según Santander)'.

Con su hijo Manolín al frente, vuelven a estar a su lado José Manuel Sánchez Reyes y Carlos Pérez para presentar 'Los viñanos' en el COAC 2023. El nombre ya deja entrever una propuesta original, a la par que atractiva, al mezclar unos villanos con el barrio de La Viña, origen y lugar que le da sentido a esta agrupación.

De esta forma, se mantiene la senda que mantenía Manolo Santander tanto por separado como cuando se unió con José Manuel Sánchez Reyes para dejarnos las chirigotas 'Los de Cádiz norte' (segundo premio en 2017), 'Los brujos titis' (2018) y 'La maldición de la lapa negra' (primer premio en 2019).

Cádiz y un humor tan particular por gaditano serán nuevamente las señas de identidad de una agrupación que ha conseguido, contra viento y marea por el rumbo marcado por las modas en la fiesta, mantener en alza a la chirigota viñera, con sabor en el pasodoble y predominancia de los temas localistas.