Comparsa 'El club de los ignorantes'

Cádiz/El tipo. Miembros de un club clandestino. Las coplas. Ignorancia para saber, pero también para no enterarse de nada. Una farsa hecha comparsa con la que Fran Quintana realiza un retrato social en un momento en el que se cree saber de todo, pero se vive en la más absoluta ignorancia. Un segundo pase en el que se confirma el beneficio que le sacan al cambio del estilo musical, tanto en las partes fijas como en el pasodoble –menos recio, pero bien nivelado cuando tiene que morder–, y el fondo de la historia. A esto le acompañan dos buenas letras de pasodobles que viven pegadas a la actualidad. Resalta la firmeza de la primera a la brecha digital, que hace sentirse un ignorante a su padre cada vez que tiene que hacer una gestión. Rematan con mucho tino al decir que “la exclusión de los ancianos” es la que la paga “los sueldos que ellos se ahorran”. Hilvanan bien la crítica de la segunda a la situación de Cádiz a través del mar, por el que llegaron fenicios y romanos, y convirtió a la ciudad en el epicentro del comercio con las Indias, pero que ahora solo trae “las migajas que deja un millonario”, por lo que denuncian que la apuesta de la ciudad se vuelque en el turismo mientras que “mira al mar muerta de pena”. Resbalan las referencias sexuales de los cuplés. Solo un poco salvable la primera entre los perros y el nudismo en las playas, ya que entran en el agua tras una rubia como un rottweiller y salen como un chihuahua. Prescindible la rima entre Macarena Olona y “me agarra la pelona” del segundo.

Veredicto de Diario del Carnaval

Actuación en preliminares

El tipo. Miembros de un club clandestino. Las coplas. La comparsa de Fran Quintana cumple con solvencia con el reto de abrir el Concurso del Falla. Con una propuesta diferente en todos sus términos, este grupo mantiene su escalada ascendente para empezar a mirar a cotas más altas con un repertorio completo en forma y fondo, en el que el apartado musical le da un aire más fresco que le permite explayarse en una idea que da mucho juego. Ignorantes que viven ajenos al mundo en su exclusivo club por una ignorancia que les permite saber y opinar de todo, al final convierten sus coplas en su bandera. Con una presentación que va in crescendo y se remata con rotundidad para marcar el territorio del tipo, el mensaje va calando en toda la actuación. Destacan los pasodobles, con una música más alegre y pausada, pero que coge fuerza en su final, en los que combinan el piropo y la crítica. En el primero, a Cádiz, narran con soltura todo lo que ellos serían según lo que fuera esta ciudad. Tanto, que si fuera Dios, ellos serían creyentes. El primer gran aplauso se lo lleva una buena segunda letra a los trabajadores del metal y la represión que sufrieron, con críticas al Gobierno y a los medios nacionales por su tratamiento informativo. No decaen los cuplés, en los que no fueron capaces de ver entero un popurrí de coros en el confinamiento y reconocen ante los coristas que son los propios comparsistas los que se dan las puñaladas. Bendita ignorancia en un popurrí que cierra una completa actuación.

El veredicto del Diario del Carnaval

La previa

Fran Quintana es uno de los autores que ha mostrado un mayor progreso en los últimos años. Desde que en 2015 se hiciera cargo del grupo de 'Los del bigote' con 'Los que te meten el corte', año a año ha conseguido dar pasos al frente para afianzarse como una de las agrupaciones a tener en cuenta en una modalidad en la que es complicado hacerse un hueco.

Así, ya con 'Los buscadores' y 'Los pacientes' ha conseguido dar el salto a las semifinales, por lo que todos los esfuerzos ya van encaminados a optar por cantar en la última fase del Concurso del Gran Teatro Falla. Para ello, en este 2022 presentará 'El club de los ignorantes', manteniendo en gran medida a un grupo que le ha dado muy buenos resultados.

La fórmula para conseguir el éxito que ha usado Quintana es, aunque suene a redundante, sonar a comparsa de siempre, tal y como se ha podido comprobar en sus dos últimas participaciones. Un soniquete clásico que evoca a otra forma de plantear esta modalidad, uniéndole a ello el lugar que Cádiz se merece dentro de los repertorios.

Estos dos ingredientes volverán a estar en el sello de una comparsa que ya empieza a contar en las quinielas de los aficionados.