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Carnaval de Cádiz 2024
Cádiz/Rebeldes con causa para convertirse en unas ovejas negras. Tras dos pases con menos brío, la comparsa de Antonio Martínez Ares se reencuentra en la Gran Final con letras con mucha más potencia tanto en su elección como en la búsqueda del camino hacia el aplauso final. Un recorrido en el que la pluma consigue encontrar el punto exacto en los dos pasodobles para llevar al patio de butacas al éxtasis. Lo consigue en el primero al comparar a Andalucía con una prostituta. Un encuentro en un garito con whisky y un cigarro en el que la prostituta se abre en canal para decir que lo de Despeñaperros va por ella y que se ha sentido violada, estafada y con las piernas abiertas al mundo. Sin embargo, su relato cambia al decir que si sus hijos despertaran la tierra temblaría, por lo que Andalucía se presenta como “otra puta para toda España”. El segundo llega directo al corazón del aficionado al dirigírselo a Juan Carlos Aragón, siendo uno de los momentos de los últimos años. Con sentencias muy potentes y otras muy discutibles –acusa al resto de autores de tener “dientes de leche”–, le dice que lo echa de menos y que se ha librado del “vacío y la mediocridad”, ya que “se acabó ser valiente” porque lo que se busca es un premio. Un repaso con recuerdo para sus niños en el Concurso con el que, cuando un día se marche, “te cogeré en tu barrio”. Mejoran un poco con el segundo cuplé, en el que con un lío que engaña entre sus piernas descubren lo que es “un híbrido enchufable”. Mantiene su línea en el certamen el primero, en el que uno que se toma unas cuantas Viagras necesita una polea para que le hagan un electro.
El Carnaval, una fiesta en la que sentirse una oveja negra por ser rebelde. La comparsa de Martínez Ares intenta trazar su propia trayectoria en el Concurso. Con una idea que embelesa, las letras siguen mirando demasiado al público para conseguir su reacción. Una estructura que muchas veces funciona, pero que en otras resulta demasiado llamativa. Con una intención diferente, este tercer pase bebe del objetivo del anterior, aunque con un resultado algo mejor. Cuando se cumplen 30 años del célebre pasodoble en contra de los toros de ‘La ventolera’, Martínez Ares retoma las críticas a la tauromaquia aunque con una forma diferente. La denuncia va hacia los que la tildan de “cultura” una fiesta que es “un circo romano donde se aplaude la tortura y el dolor”. Atacan a los ganaderos por decir que sin la tauromaquia se extinguiría la raza como “excusa para vivir de las subvenciones” antes de rematar la letra llamando “asesinos” a los toreros por tener “las manos manchadas de sangre”. En la segunda, destaca más la intención de la denuncia contra la violencia vicaria que el desarrollo de la copla por el giro brusco que contiene al contar un fin de semana en el que un padre se lleva a sus dos hijos, acabando en tragedia. “Un martes negro” en el que se produce la venganza, por lo que llama “cabrones y miserables” a los hombres que infligen a sus exparejas “el castigo de morir todos los días”. Los cuplés dejan muchísimas dudas. En el primero, por el bastinazo con el lenguaje inclusivo y lo que se llevan ciertas partes. Desbarra el segundo al tratamiento que recibe un niño para que se tranquilice, pero al final se folla al perro.
El tipo. Ovejas negras. Las coplas. Gaditanos que hacen que sus penas sean de colores. Tras un primer pase excelso, la comparsa de Antonio Martínez Ares no convence tanto en las letras de estreno por diferentes motivos. Todo esto, dentro de una obra que embelesa de principio a fin con el desarrollo del personaje en el popurrí y la potencia de la presentación. Por dos distintos caminos, las letras de los pasodobles no golpean tan fuerte. Tiran de una rebuscada historia para intentar emocionar en el primero al contar la historia de una mujer que cuida a “una mala madre”, lo que deja sensaciones encontradas. Narran los sentimientos de una mujer que se siente “un andrajo con 40 primaveras” por una madre que “me esclaviza con sus llantos y sus insultos”, por lo que la califican de “bruja tirana”. El segundo se cae por los tintes populistas para intentar poner el público en pie –algo que consiguen– al criticar a Pedro Sánchez por el asunto de la amnistía. Cantan medio pasodoble en catalán para buscar un remate en el que dicen que “no confían en la palabra” del presidente, por lo que le pide que “abra el corral y que se vayan” de España. Estas sensaciones se mantienen en los cuplés, también por diferentes caminos. Tiran del chiste de la persona que le da asco el uso de insectos en la comida, pero le recuerdan que “cosas peores se ha metido en la boca”. Desconcierta el segundo a su afición por el 12 de octubre, el desfile y los abucheos al presidente, pero al día siguiente se va al sindicato para “comerle el nabo a Pedro Sánchez” –sin anestesia–.
El tipo. El Carnaval, la oveja negra. Las coplas. El niño rebelde de Cádiz. Una oveja negra porque no sigue al rebaño. Coplas que se rebelan para pelear por su ciudad. La comparsa de Antonio Martínez Ares arranca el Concurso del Falla con un pase potente y redondo de principio a fin. Aunque de nuevo con el Carnaval de fondo, le vuelve a dar una vuelta con el papel que juega dentro de la propia sociedad gaditana y la crítica tanto de la propia fiesta como a nivel general. Porque, al final, esta fiesta está para decir cosas. Rotunda desde la presentación, en la que aparecen “los versos que molestan” y “el grito de furia” propios de un tipo oscuro, el sello de Martínez Ares se nota especialmente en los pasodobles, en los que la melodía sigue caminando por la línea menos enrevesada y barroca, siendo más agradecida. Aunque la fase preliminar no cuenta a efectos de clasificación final, Antonio marca el territorio al resto desde el primer día con dos letras de altura que levantan al público. En la primera, aparece con fuerza el tipo a partir de todos los autores de la fiesta, que son las ovejas negras. Pegan fuerte con el “aviso a navegantes” de la segunda copla a Bruno García, al que le recuerdan que tiene “la mayoría, pero yo la inmensa minoría” y le advierten de que estarán vigilantes “con mi guitarra en la estatua de Moret apuntando a tu despacho”. El negro sí aparece en los cuplés, en los que ante las dudas por el tipo dicen que llevan colgando la oveja negra y Juan Carlos I y Froilán están en Arabia durante la jura de la Constitución de la princesa Leonor “con el dinero que han robado follándose a los españoles”. El retrato duro de la idea en el popurrí, aunque también con un punto de sensibilidad, corona una actuación que pone el listón alto.
En este 2024 se cumplen 40 años de la comparsa 'Requiebros', en la que un jovencísimo Antonio Martínez Ares se estrenaba como autor y componente en la veteranísima comparsa de la Peña Nuestra Andalucía'. Mucho ha cambiado el Carnaval, y el propio Antonio, en estas cuatro décadas, pero lo que solo apenas se vislumbraba en aquel 1984 sigue confirmándose en la actualidad al ser uno de los autores más importantes de la historia de la fiesta.
Con todos, en este 2024, la comparsa de Antonio Martínez Ares defenderá con 'La oveja negra' el primer premio obtenido en la pasada edición del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de Cádiz con 'La ciudad invisible', repertorio con el que cerró la trilogía de comparsas junto a 'La chusma selecta' (segundo premio en 2020) y 'Los sumisos' (primer premio en 2022).
En estos momentos, Martínez Ares es el auténtico rival a batir en la modalidad de comparsas, llegando a mostrar en algunos instantes una superioridad casi aplastante. Con un dominio absoluto de los tiempos del Concurso, sabe adaptarse a cualquier situación fruto de la calidad literaria y musical, y un olfato envidiable para detectar por dónde encaminar el repertorio, arriesgando en el momento preciso y regresando a sus orígenes cuando se requiere.
Con 27 comparsas en su haber (la de 2024 será la 28 por el descanso de 12 años entre 'Calle de la mar' y 'Los cobardes'), ha pisado la final en 22 ocasiones, consiguiendo el primer premio en nueve con 'Los miserables' (1993), 'La ventolera' (1994), 'La trinchera' (1996), 'Los piratas' (1998), 'La niña de mis ojos' (2001), 'Los cobardes' (2016), 'Los carnívales' (2019), 'Los sumisos' (2022) y 'La ciudad invisible' (2023).
Localidad: Cádiz.
Letra: Antonio Martínez Ares.
Música: Antonio Martínez Ares.
Dirección: Antonio Martínez Ares.
Representante legal: Antonio Martínez Ares.
En 2023: 'La ciudad invisible' (primer premio).
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