Comparsa 'Los colgaos'

Carnaval de Cádiz 2024

La comparsa del Chapa, Raúl Cabrera y Javi Bohórquez para el Carnaval 2024

Puntúa a la comparsa 'Los colgaos'

En 2023: Comparsa 'Los esclavos'

Comparsa 'Los colgaos', en semifinales

Cádiz/Colgaos de la Gran Final. Una noche para volar con las coplas y dar rienda suelta a las locuras y la imaginación. Una fábula que sirve para cerrar el Concurso del Falla y que demuestra que todavía existen muchas maneras de cantarle a Cádiz. La comparsa del Chapa y Raúl Cabrera cierra su participación en el COAC casi a las claras de la mañana con un pase en el que la nave de los locos acaba tocando tierra. Un leve descenso a lo terrenal tras una concurrencia de altura. A pesar de la hora, siempre puede existir un momento para tirar de los sentimientos, esos que siguen doliendo cinco años después de la marcha de Juan Carlos Aragón. Una bendita coincidencia tras haberle cantando Martínez Ares en la misma noche, aunque con una realidad diferente, ya que lo hacen los que le escoltaron hasta su pronta muerte. Una defensa férrea y muy personal -que es lo que da sentido a esta reivindicación- en el segundo pasodoble ante su verdad, que les tiene "rabiando el corazón" por no tener ni una estrella ante el Gran Teatro Falla ni una calle con su nombre, por lo que se tuvo que se marchar sin ser "profeta en su tierra". Por ello, maldicen a quienes lo tildaron de "borracho, loco y niñato", se quejan del trato recibido por compañeros, prensa y jurados, y lamentan que tuviera morir para que se hiciera justicia con él. Antes, en la primera copla, trazan una buena letra contra Dios y la influencia que han tenido las religiones a lo largo de la historia al señalar que siempre han generado "discordia y guerra santa entre las naciones". "Sangre, dolor y fuego" como muestra de su actuación, por lo que esperan que un tribunal lo juzgue "por crímenes contra la humanidad y te condene a los infiernos". Los cuplés se quedan muy atrás en este pase. El rey emérito protagoniza el primero al decirle a Felipe VI que se va a comportar como un ciudadano más, por lo que si pega un carajazo será dando un pechazo en el Puente Hierro. También flojete el segundo a la obsesión de los guiris por grabarlo todo en sus viajes, por lo que al llegar a casa graban lo que han grabado en vez de verlo. Hum, no ha pasado 'El hum', no ha pasado 'El hum', la comparsa 'El hum'.

Actuación en semifinales

Majaras de Cádiz que se apoderan de la ciudad antes de que otros se la apropien. Una identidad que se llevan a la luna con una fábula que envuelve a todo el repertorio y el tipo de la comparsa del Chapa y Raúl Cabrera, que ofrece otro pase excelso tanto por la idea como por cómo fluyen las coplas. Una literatura que está al alcance de muy pocos en este Carnaval, ya sea con críticas o con lírica. Ambas se cruzan en este pase. Aunque resalta mucho más cuando García Argüez se vuelve duro, como sucede en la primera letra contra los terratenientes y latifundistas, poniendo el foco específicamente en la Casa de Alba por extraer agua de pozos ilegales de Doñana para sus tierras. Por ello, pegan muy fuerte al decir que “se murió la gran perra, pero no murió la rabia”. Esto lo aprovechan para sentenciar que algún día lo pagarán “por corruptos y por ladrones”, ya que se han llevado “la sangre de Andalucía”. Aunque se mete en el camino del metacarnaval, está muy bien tirada la segunda letra a los sentimientos que brotan en el Carnaval tanto en los participantes como en el público, lo que les sirve para denunciar “el fanatismo y la mediocridad que están pudriendo este teatro”. Altibajos en los cuplés. A pesar del gran bastinazo, resuelven bien el primero a Miguel Bosé y sus problemas de garganta, por lo que debe tener cuidado de que “cuando se coma un nabo no le roce la campanilla”. Más corrientito el segundo al sherpa que se van a llevar a la carpa para que los arrastre por la Cuesta de las Calesas.

A la final.
A la final.

Cuartos

el tipo. Locos gaditanos. las coplas. Cádiz, la nave de los locos. Una tierra a la que se ama tanto que para escapar de sus problemas la cuelgan de la luna. La comparsa del Chapa y Raúl Cabrera vuela en su segundo pase. Más metida en la competición, en esta ocasión sabe moverse en el equilibrio que requiere el Concurso del Falla, lo que le da más fuerza en la pelea por todo. Con una historia que es una fábula que embauca en su desarrollo, lo que no significa que no sirva para meter la crítica mordaz, y por una interpretación muy medida, los pasodobles elevan el nivel en el momento en el que la pelea se aprieta. Dos vuelos que aterrizan en destinos diferentes, pero igual de brillantes. La poesía se apodera de la primera letra al evocar una infancia pasada que en la actualidad no existe. Niños que no veían más futuro que la tarde del domingo, libertad a base de balonazos y bicicletas, una “calle que era nuestra” y una casa en donde solo se comía y se dormía. Un canto a la infancia y a la adolescencia para que salga a la calle a vivir la vida y que sus recuerdos les hagan temblar de la emoción. Muy acertada y potente la crítica a las dos Españas de la segunda letra. Una rica y otra pobre con dos realidades en un mismo país, por lo que hay una España, la de la derecha, que no es que se vaya a romper, sino que “ya está rota”. No se desinflan en los dos cuplés, ambos simpaticotes. En el primero, la ciclogénesis explosiva tira una palmera que les destroza el coche, pero al hablar con el seguro temen que al final tengan que pagar la palmera. Se mantienen con el segundo a las posturas que hacen por culpa del Kamasutra, por lo que al decir que “me voy” se van, pero a Urgencias. Una bendita locura que les hace volar alto.

Preliminares

El tipo. Locos gaditanos. Las coplas. Majaras que tienen un plan maestro para llevarse a Cádiz del mundo, por lo que la suben a su barco para engancharla a la luna. La comparsa del Chapa y Raúl Cabrera demuestra que todavía existen mil maneras originales de cantarle a Cádiz. Una historia fantasiosa que atrapa desde el primer momento al envolverse entre el piropo y la crítica, dejando un repertorio casi redondo, sobre todo por el profundo desarrollo que tiene en el popurrí sin recurrir a los excesos y otros recursos. Poesía excelsa en la que entra todo. A esto se suma un grupo que se amolda perfectamente a la idea, dulce y enseñando los dientes con elegancia. Belleza y dolor que se unen en una presentación en la que fantasía vuela para crear una historia en la que se llevan a Cádiz antes de que nos la roben. Suave y con gusto de inicio, el pasodoble se vuelve alegre desde el trío. La literatura se apodera del primer pasodoble de piropo a Cádiz a partir de su construcción, en la que se aliaron los cuatro elementos para formar una ciudad en la que hay muchos locos “colgaítos” por ella. No convence el tinte populista de la segunda al pedir, a partir de su dignidad como carnavalero, una fecha fija para la celebración del Carnaval, evitando así un “calendario que lo estrangula”. Aceptable tanda de cuplés. En el primero, David Bowie ha probado de todo menos la ropavieja. En el segundo, un tsunami puede hace una escabechina con los madrileños y los sevillanos si se produce en verano. La historia del popurrí embelesa de principio a fin, sobre todo por cómo entra la crítica en cuartetas como la de los lastres o el maremoto.

Muy buena
Muy buena

La previa

La unión entre Miguel Ángel García Argüez el Chapa, Raúl Cabrera y Javi Bohórquez está dando buenos buenos frutos con tan solo dos años de vida. Tantos que, a priori, se postula como la principal alternativa al dominio absoluto de Antonio Martínez Ares de la modalidad desde el regreso tras la pandemia. De momento, este trío ya suma un tercer premio con 'Los renacidos' y un segundo con 'Los esclavos'.

En este 2024, con 'Los colgaos' espera subir al primer escalón en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla.

La base del grupo se mantiene en gran parte casi inalterable de la que llegó de la comparsa del tristemente fallecido Juan Carlos Aragón. Unos cimientos que se notan, especialmente, en la forma de cantar del grupo, una delicia por afinación y elegancia. Solo hay dos incorporaciones, las de Víctor Jurado, que regresa a esta formación, y José Helmo, procedente de la comparsa de Tino Tovar.

La trayectoria de Miguel Ángel García Argüez el Chapa ha pasado por varias etapas en las más de dos décadas que lleva como autor de la fiesta. En sus inicios, escribió para chirigotas y comparsas de Chiclana hasta dar su primer salto en el año 2006 con 'El tambor', semifinalista en aquella edición con música de Francisco Sánchez Payán Pacoli y dirección de Antonio de la Llave. Con este mismo grupo, también sacó al año siguiente 'Los perdedores', también semifinalista y con la que iniciaría su camino junto a Nene Cheza. En 2008, ambos ya sacaron su propia formación con 'El último escuadrón', siguiéndole otras como 'Los ruinas', 'Los pobres diablos' o 'Si no existiera el dinero'.

Su mayor reconocimiento de esta etapa le llegaría en el año 2014 con 'Los gallitos', quedándose a un paso de la Gran Final. En 2016, con 'Los doce' pasa a hacer la letra de la nueva comparsa de Ángel Subiela, con Manuel Sánchez Alba el Noly a los mandos del pasodoble y José Manuel Aranda con el resto de la música. Así, llegaron 'Los equilibristas' (cuarto premio en 2017), 'Los prisioneros' (segundo premio en 2018), 'Los luceros' (cuarto premio en 2019) y 'Los listos' (semifinalista en 2020).

Por su parte, a Raúl Cabrera le ha llegado la confirmación como músico con esta comparsa, aunque anteriormente ya había colaborado con diversas agrupaciones. Así, fue autor de las comparsa 'Los hombres de negro' y 'La comparsa rosa'.

La ficha

Localidad: Cádiz.

Letra: Miguel Ángel García Argüez el Chapa.

Música: Raul María Cabrera Fernández.

Dirección: Francisco Javier Bohórquez Gutiérrez.

Representante legal: Francisco Javier Bohórquez Gutiérrez.

En 2023: 'Los esclavos' (segundo premio).

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