Comparsa La chusma selecta

La aristocracia es la única que está habilitada para cerrar el Concurso del Gran Teatro Falla. Un broche oro que lo pone la clase alta carnavalera. La comparsa de Antonio Martínez Ares pelea en la Gran Final con balas de fogueo en los pasodobles por la potencia que se espera de estas letras para levantar al público a las claras del día. La temática social aparece por última vez en la primera copla al drama de la inmigración, que se plantea como un crucero de vacaciones al más puro estilo de La vida en bella para camuflar un funesto viaje que acaba en hundimiento ante la costa de Cádiz y con el rescate de un niño. Se cierra la tanda con una defensa personalista del trabajo que cuesta sacar una comparsa y llevarla a cantar por toda España a partir de las vivencias de un viaje para cumplir con un contrato, ya que “no hay dinero ni premios” que paguen todo el tiempo que se le roba a la familia para ofrecer el Carnaval de Cádiz. Dos autocuplés con poco efecto para acabar con el COAC. En el primero, Martínez Ares promete una antología con sus mejores cuplés para la entrega del Antifaz de Oro. En el segundo, el recuerdo que quedará del Carnaval es que siempre cerraba la final esta comparsa.

Actuación en semifinales

La elegancia de la aristocracia se abre paso entre la chusma del Carnaval. El veneno del Capitán entra por las venas de los aristócratas para mantener con vida a esta pasión. Tras un gran pase de cuartos, la comparsa de Martínez Ares mantiene su progreso, aunque sin dar un golpe en la mesa para romper la baraja por optar por una tanda de pasodobles con menos contundencia y por una interpretación menos segura. La complejidad que se vio en el primer pase empieza a desenredarse, lo que permite que todo llegue más fácil. Sentimientos por doble vía. Muy bueno el primer pasodoble de piropo a su barrio de Santa María a partir de un ritual que se inicia al subirlo su abuela a la azotea para conocer “el hermoso reino de Santa María”. Un aristócrata que nació en un lavaero en la calle Goleta, por lo que se siente de “alta cuna”. Muchos recuerdos de una infancia por los que Martínez Ares vivió en el paraíso. El cuidado que tiene al tratar un problema tan complicado como el de la situación de los padres que no ven a sus hijos tras separarse hace que, a pesar de salir airosa, no enganche tanto el segundo. Combinan su queja por el uso que hace Vox de este asunto con su lamento por no ver a su hijo, ya que en verano aún no le ha podido dar sus regalos de Reyes. Cuplés de clase baja carnavalera. En el primero, se gastan mucho dinero en un móvil, pero repiten las fotos por si acaso. En el segundo, Thor no puede ser de Cádiz porque lleva un martillo. La aristocracia se empieza a confundir con la chusma selecta.

El veredicto del Diario del Carnaval

Actuación en cuartos

el tipo. Aristócratas. las coplas. Coplas de la alta alcurnia. Una chusma en duelo por la muerte de su capitán. Una clase alta que muestra su superioridad en el arte de la comparsa. La comparsa de Martínez Ares empieza a poner toda la carne en el asador en forma de letras para mantener su posición privilegiada. Una actuación que aumenta la calidad del primer pase gracias a los pasodobles. Todo esto precedido del homenaje más contundente a Juan Carlos Aragón. A partir de su experiencia propia, sabe afrontar con dureza la polémica con la chirigota del Cascana por sacar una procesión en el Falla en la primera copla. Lo hace de forma rotunda al decir con mucha razón que “aquí no hay tabúes”. Le da un toquecito de atención a las agrupaciones por hacer una fiesta que es “pescaíto en blanco”, pero a su vez pide “cortar los lazos” con las cofradías cuando llamen a los grupos para festivales benéficos. La sensibilidad aflora en una brillante segunda copla a la transexualidad, a partir de un niño que quiere que le llamen Vanesa, por lo que va con su falda y su pasada al colegio para “transformar este viejo mundo”. Bien tirados los dos cuplés. Sobre todo, el primero al Cádiz, al que le piden que no se fíe por verse primero con tanta diferencia en el Diario. En el segundo, la proliferación de perfumerías hace que en Cádiz siga habiendo muchos parados, pero todo el mundo huele bien.

El veredicto del Diario del Carnaval

Actuación en preliminares

el tipo. Aristócratas. las coplas. La clase alta de la comparsa. Una chusma selecta que le canta al rey que ha muerto, aunque en febrero no existen reyes, sino poetas de Carnaval. Martínez Ares se destapa con un homenaje implícito en el nombre y explícito en una atronadora presentación a Juan Carlos Aragón. Un gran impacto de inicio que deja el listón muy alto al resto del repertorio. Se nota en el ambiente, que no es el mismo al final de la actuación tras moverse el repertorio por un camino muy diferente al tener un gran poso metacarnavalero, por lo que el efecto no es el mismo al no terminar de romper debido a que hay que asimilar el desarrollo de las letras, con un lenguaje muy cercano a la estética del tipo, por lo que hay que ir asimilándolo poco a poco. Por ello, en el primer pase brilla más el apartado musical. Esto también impregna al desarrollo de los pasodobles, tanto en lo musical, que tras el trío coge aires aristócratas al dar un giro mientras que en su inicio se mueve en cánones menos barrocos, como en las letras, en las que la adaptación del lenguaje le da un toque de complejidad. La aristocracia se hace presente en la primera letra, en la que la clase alta del Carnaval califica de “zafio, tedioso e inhumano” el actual sistema del Concurso del Falla, por lo que aboga claramente por una fase previa, ya que “hay que matar a la bestia antes de que crezca y nos devore”. Crítica durísima a absolutamente todo lo que sucede en España en clave política, dejando al final un mensaje discutible al decirle a los políticos presos catalanes que “políticamente hablando somos nosotros los putos presos”. Cuplés aburguesados de comparsa. En el primero, esperan que el tsunami que va a arrasar Cádiz en 2050 sea el domingo de coros, mientras que en el segundo, un rico se pone tieso por primera vez cuando ve a la ama de llaves con 15 años.

El veredicto del Diario del Carnaval

La previa

La comparsa de Antonio Martínez Ares vuelve a defender primer premio por segunda vez desde su regreso en 2016 con 'Los cobardes'. Tras el viento de 13 años, en las cuatro ediciones anteriores se ha ido modulando poco a poco el estilo de esta comparsa hasta 'Los carnívales', con la que regresó al escalafón más alto de la modalidad con una forma mucho más reconocible.

Sin cambios en el grupo y manteniendo la gran mayoría de la base con la que volvió al Concurso del Gran Teatro Falla, Martínez Ares realiza con el nombre de 'La chusma selecta' un guiño al que ha sido su gran competidor en la modalidad, Juan Carlos Aragón, tristemente fallecido el pasado mes de mayo. Vuelve a ser la máxima favorita para hacerse con el triunfo en comparsas.