Comparsa El oro de las indias

el tipo. Mercaderes de especias. las coplas. Comerciantes que nos venden su oro para quedarse con nuestro oro. Ni más ni menos. Recitan el listado de todas sus mercancías para venderlas en el Falla. Un producto variado por el que le dan a la lengua para negociar el precio. Un poder persuasivo que no se ve reflejado en un repertorio que hace aguas en cada paso que da. Interpretación a 15 voces que no sirve ni para pregonar las especias en la Plaza, por lo que las ventas les irán mal. Al menos, son capaces de nombrar gran multitud de especias en la presentación e intentan montar con ellas un popurrí. Pero la mercancía no alcanza el mínimo nivel exigible para que pueda ser vendida. Fuera de las especias, las letras tampoco ayudan a dejar un buen sabor de boca. Pasodobles y cuplés monotemáticos, ya que todos los dedican al sexo de una u otra forma. En el primero, una persona con movilidad reducida cuenta su experiencia amorosa y en la cama. Demasiado rebuscado. El segundo tiene tintes ridículos al contar las enseñanzas a un niño de lo que no se debe de hacer con las mujeres a partir de un caramelo –no hace falta ser tan original para afrontar una copla–. Más sexo en los cuplés para no salir de la monotonía, ambos con un obsceno remate con los grumos y el negrito del Cola Cao a partir del Satisfyer. La mercancía queda incautada.

El veredicto del Diario del Carnaval

La previa

El autor sevillano Pedro José Fernández Herrera emprende su carrera por su cuenta tras romperse la comparsa 'La creación', con la que este músico se estrenó en la pasada edición del Concurso del Gran Teatro Falla.

En este año 2020, se une a Ángel Porras, neófito en la composición de repertorios, para hacer la comparsa 'El oro de las indias'. Una auténtica incógnita por las escasas referencias de este grupo.