La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Carnaval de Cádiz 2024
Cádiz/El Garrapata sigue con su intentona de ser recordado en la historia del Carnaval. El cuarteto de Javi Aguilera y Ángel Piulestán baja varios enteros en su última actuación en el Concurso con una parodia que da saltos entre la improvisación, una historia que pasa de soslayo con los problemas para pagar el alquiler y la recuperación de los equívocos sexuales del pase de cuartos. Alforjas que no funcionan a pesar de tirar de golpecitos metacarnavaleros con tiritos a Martínez Ares o al decir que el Waxi tiene el chaleco cojo. Dentro de sus intentos, el Garrapata quiere ser pregonero, por lo que Cádiz se ha equivocado al elegir al Sheriff ya que él sí es “la sonrisa del Carnaval”, por lo que va a ponerlo verde. A partir de ahí, el relato no se retoma hasta la aparición del abuelo, que en este pase sí va a tener peso aunque solo lo pueda ver Miguelito, por lo que al decirle que dentro de un jarrón hay 50.000 euros, este se lo lleva sin que su familia lo sepa. Floja la tanda de cuplés, en la que cuentan todo lo que se necesita para comprar aceite de oliva y Froilán se parece a Andy y Lucas porque se cabrea cuando no le invitan a un Grammy. Entre las historias de Mamá Coco y la receta de las tortillitas de camarones, el tema libre acaba perdiendo fuelle.
El Garrapata se encuentra con la dura realidad del Falla al ser abucheada su comparsa ‘The walking do’. El cuarteto de Javi Aguilera y Ángel Piulestán progresa adecuadamente con una actuación muy pegada a la actualidad y metacarnavalera para seguir contando la historia de los Coco, con especial protagonismo de Miguelito y la abuela. Lo hacen regresando a la senda del primer pase, ya que vuelven a abandonar los tics conocidos para tirar de golpes, algunos de ellos muy resultones como el inicio con una entrevista en Onda Cádiz tras cantar, en la que el Garrapata se queja de “los fanáticos”, además de dar toquecitos a la Asociación de Comparsistas y al Diario de Cádiz, al que no quiere nombrar para no influir en las crónicas. A partir de aquí, si consiguen meter algunos golpes buenos dentro del metacarnaval y la actualidad, como el joyero que le regalan a la madre, que es un muñeco de la comparsa de David Carapapa, el lío en el que les mete la abuela por quedarse dormida y meterle un dedo en el culo a un jugador del Sevilla o los chicles que van a vender en el Museo del Carnaval de la marca El Selu, ya que son “lo mejor para mascar” –el mejor de toda la actuación–. Bajan en los cuplés. El primero es corrientito al decir que una buena melena te salva de problemas, por lo que Daniel Sancho tiene buena imagen pero a Rubiales se lo han cargado por un pico. El segundo peca de populista al contar las cosas que se dicen en elCongreso, usando pinganillos para entenderse. Con un poco más de efectismo, el tema libre sigue la misma línea al querer el Garrapata que el Falla pase a ser el Gran Teatro Garrapata y al aparecer la comparsa ‘El hum’, que sí ha pasado a semifinales.
El tipo. Coco, en versión carnavalera. Las coplas. El Carnaval vuelve a estar muy presente en la casa de los Coco, aunque la madre no quiera. Tanto, que sirve para montar una parodia completa. El cuarteto de Javi Aguilera tira de algunos de sus recursos conocidos, dejando a un lado la historia. Situaciones forzadas para soltar algunos golpes que relucen, pero con un metacarnaval que está presente de principio a fin. Muchos chistes montados en dos días tiran de una actuación mucho mas efectista. El Garrapata y la abuela vuelven a ser los dominadores de la escena. Así, empiezan a ofrecer golpes carnavaleros, como un barco de macarrones que hace el Garrapata en el colegio que sirve tanto para la chirigota del Bizcocho como para la comparsa del Chapa. La entrada de Puigdemont en escena para encargar banderas independentistas fuerza aún más la situación, comenzando con el juego de las equivocaciones al decirle que es “el feo de los Catalanes”. Al menos, dejan un golpe destacado con la comparsa ‘The walking do’, que va de zombis feministas que le come el cerebro al patriarcado. Flojean en los cuplés, en los que cuentan las excusas de Xavi para echar un polvo y Kichi roba los bocadillos en el instituto. Vuelven los equívocos en el tema libre, en este caso de índole sexual al hablar de montar un trío de Carnaval.
El tipo. Coco, en versión carnavalera. Las coplas. En la casa de los Coco está prohibido cantar Carnaval porque el abuelo se murió cuando salió en una comparsa disfrazado de mexicano. El cuarteto de Javi Aguilera regresa con un estilo algo más depurado. El desarrollo de la historia cobra una mayor importancia para soltar los golpes, en su gran mayoría metacarnavaleros, abandonando ciertos tics muy reconocibles en su trayectoria. Un pequeño cambio de aire que le beneficia, aunque sin ir mucho más allá en un pase aceptable. Con una interpretación que tiene más peso que la historia, todo recae en los personajes de Miguelito, un obseso del Carnaval que quiere que le digan el Garrapata, y la abuela Coco, que odia lo moderno. Con muchas respuestas a base de coplas por parte de Miguelito, que se rompe el frenillo de la lengua al cantar el estribillo de ‘El titiritero’, dejan algún golpe de relumbrón, como que Miguelito nunca ha salido en Carnaval, al igual que Humberto González, que es el presidente de los Comparsistas. Bajan en los cuplés, en los que Letizia, tras el suceso con Rubiales, dice que está acostumbrada de ver en su casa al rey tocándose los cojones y recuerdan la entrevista de Pepe el Caja al Noly. Siguen en la misma línea con el conjuro de Quiñones para resucitar a los muertos en el tema libre, destacando más los golpes sobre ‘La oveja negra’ que la historia.
Javi Aguilera, Ángel Piulestán y Francisco José Fernández Toté vuelven a unirse cuatro años después para regresar al Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de Cádiz. La pandemia y las obligaciones profesionales como humorista de Aguilera obligaron a un alto en el camino que se ha prolongado mucho más de lo deseable por el bien de la modalidad. Sin embargo, las tablas del coliseo gaditano vuelven a tirar para sacar el cuarteto 'Los cocos de Cadi'.
Esta idea ha surgido de última hora, ya que en un principio se anunció que iba a participar como 'El 3 de Paco Alba'. Junto a Aguilera, volverán a estar con él su inseparable Joselito, Selu Piulestán y Cristóbal Torres.
El objetivo es conseguir el primer premio, algo que se le sigue resistiendo a este cuarteto desde que empezara a andar en 2011 con 'Si Emilio hablara...'. En todos estos años, ha conseguido entrar en la Gran Final con 'Los tuyos', 'Los que siempre se pasan de tiempo', 'Los niños de la Mary', 'Cuento de tronos', 'Los del Patronato','Los de la gran puñeta' y 'Cari, resiste', este último tercer premio en 2020.
En solitario, Ángel Piulestán sí goza de un primer premio, que lo obtuvo en 2005 con 'Aquí mismo'.
Localidad: Cádiz.
Letra: Francisco Javier Aguilera Ceballos.
Música: Ángel Piulestán Guillén y Francisco Javier Aguilera Ceballos.
Dirección: Francisco Javier Aguilera Ceballos.
Representante legal: Francisco Javier Aguilera Ceballos.
En 2023: No salió.
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