Emilio Aragón: "El concurso de popurrís iba a ser itinerante cada año en un barrio, pero se quedó en La Viña”
Retrocarnaval
Ha sido un destacado mecenas del Carnaval desde sus puestos en Caja de Jerez, Caja San Fernando y Cajasol, capaz además de llevar las coplas a la plaza de San Francisco de Sevilla
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Las experiencias carnavalescas de Emilio Aragón tienen dos vertientes. Una de ellas la puramente carnavalesca como componente de coros y la otra como destacado mecenas durante más de 25 años de un buen número de entidades carnavalescas e impulsor de actividades como el Concurso de Popurrís de La Viña, todo ello bajo sus cargos en la Caja de Ahorros de Jerez, luego San Fernando y por último Cajasol.
Llegó de la mano de Alfonso López Almagro ‘Lili’ a la peña La Tertulia de Doña Frasquita, donde se integró en su junta directiva. Como corista, con Adela y Las Niñas, solo salió tres años. “Mi primer coro fue ‘The music family’ en 1994. Luego fueron ‘Oh, Cádiz’ en el 96 y ‘La gran cabalgata’ en 1997, que fue el último coro de la peña. Cantaba de bajo y la que me enseñó fue Adela del Moral, que le encantaba esa voz. Me ayudaron también bajos como Juan Aguilar, Rivera, Pepe Macías… y les dije que me solía quedar ronco enseguida. Hasta que me dijeron que tenía que cantar con el abdomen en lugar de hacerlo con la garganta. En el coro había grandes bajos como Manolo Moreno, El Hueco, El Perita...”, recuerda.
Antes de salir en el coro mixto integró una de las dos chirigotas que los hombres de la peña sacaron en 1992: ‘Si me llego a oler esta no salgo de hombre orquesta’. La otra fue ‘Al rico pirulí de La Habana...’. Emilio Aragón ensayó, pero no cantó en el Falla.
En 1998 se unen miembros del coro de Adela con coristas de Los Dedócratas para sacar ‘Los defensores de la reina’. Fue la última aparición de Emilio Aragón en el Falla. El resto de su vida carnavalesca lo pasó en el coro callejero de Luis Frade, al que ha faltado en pocas ocasiones desde que se creara en 2003. “El año que viene quiero volver. Ese coro es una familia, una gozada. Es un coro callejero, pero muy serio”, apunta.
Su trabajo en la Caja de Ahorros de Jerez y posteriormente en la Caja San Fernando y por último en Cajasol abrió muchas puertas al Carnaval desde los años 80. En 1981 le nombran director de la oficina de la Caja de Jerez en La Viña. “Hicimos una reunión y había un poco de miedo, entre comillas, de cómo iba a caer la palabra Jerez en Cádiz. Hablamos de cómo gaditanizar la Caja de Jerez y yo expuse que si llegábamos al Carnaval, la Semana Santa y el Cádiz Club de Fútbol tendríamos mucho ganado en la ciudad. Y así fue. Me pidieron capitanear este tema, pero yo como viñero me empeñé en hacernos fuertes en el barrio”, recuerda.
Asegura Aragón que en La Viña “se hacían pocas actividades de Carnaval, solamente en las Fiestas Típicas en la plaza Pinto venían la Reina y sus damas en coches descapotables, en un acto que organizaba el padre del Melli el de los discos. Poco más. Y en los comienzos de los 80 había en La Viña varias peñas: El Molondro, El Erizo, El Charpa… Sacaban sus agrupaciones, pero en el barrio no había mucho Carnaval. Pero había una especie de asociación de vecinos que se reunía en la parroquia de La Palma. Uno que estaba ahí era Juan Beriguistain, al que le propuse hacer algo en La Viña con el Carnaval”.
De esas conversaciones “salió la idea de hacer una Federación de Peñas Caleteras, uniéndose las del barrio de San Lorenzo. El primer presidente fue Juan Calvo. Quedamos en montar un tablao para que vinieran a cantar agrupaciones a La Viña, creo que fue en el 82”. Luego surgió otra idea que pervive en la actualidad. “Tuve una reunión con Pepe Domingo Sanmartín, que lo habían hecho director de Radiocadena Española en Cádiz. Había otros concursos que premiaban cuplés, tangos y pasodobles. Y decidimos hacer un concurso de popurrís en 1984. Que, ojo, en principio no iba a ser en La Viña. Iba a ser itinerante un año en cada barrio, aprovechando el camión que tenía Radiocadena. Pero empezamos por La Viña y retransmitido por radio”, destaca.
Cuenta Aragón que el tablao para el concurso de popurrís se colocó en la confluencia de las calle Lubet y La Palma. “Alquilé una habitación a un matrimonio que estaba parado y que vivía enfrente del tablao. Y allí colocamos al jurado. El primer jurado lo presidió Enrique Márquez, el locutor, y estaban el niño de Dominguito que salía en Los Beatles de Cádiz, Antonio Grimaldi y Manolo Rojas”, relata. Los tablaos se fueron colocando los años siguientes de forma simultánea entre la esquina con San Félix y la esquina con Cristo de la Misericordia, “para no molestar siempre a los mismos vecinos”. El Concurso de Popurrís sigue vigente en La Viña, porque debido al éxito de la primera edición se quedó allí para siempre, pero con la jubilación de Emilio en 2009 se acabó el patrocinio de la entidad bancaria.
En aquellos tiempos la Caja de Jerez editaba discos como ‘Así canta nuestra tierra en Navidad’. “Yo propuse que se hiciera con el Carnaval. En la Caja me hacían caso e hicimos la antología 'Así canta nuestra tierra en Carnaval'. Marcos Zilbermann, Pepe Vázquez y Alejandro Acedo llevaron la voz cantante de la recopilación de coplas. Hicimos la Antología 1884-1975. Ese disco fue un pelotazo, para la historia”, señala en referencia a aquellos cuatro elepés que contenía una caja verde que hoy día es objeto de coleccionistas.
A la vez la Caja de Jerez publicó el libro ‘Conversaciones con los viejos comparsistas’, una joya en la que se reunieron testimonios de veteranos carnavaleros a cargo de Acedo y Vázquez.
Nuestro entrevistado también estuvo inmerso en el proyecto de Museo del Carnaval que iniciaron José Antonio Valdivia y Martínez Ares, primero ayudándoles y luego como representante de Caja San Fernando. “Ellos fueron los que se empeñaron y vinieron a hablar conmigo a pedirme ayuda después de que Teófila Martínez no les hiciera caso. Aquello era un tinglado gordo y sin implicar a las instituciones sería imposible. Hablé con María de la O Jiménez, que nos puso en contacto con Carmen Calvo, que era entonces consejera de Cultura de la Junta. Vino a vernos al Hotel Playa, allí nos encontramos con la consejera que de primeras se mostró entusiasmada”.
Luego se sumaron el resto de instituciones. “Entre ellas el Ayuntamiento, porque Teófila vio que iban a estar la Junta y Diputación. Nos dijo qué cómo no iban a estar ellos. Le dijimos que el Ayuntamiento no solo debía estar sino que debía liderar el proyecto”, apostilla. Se unieron algunos bancos, Muñoz Vera e Hijos y la UCA para crear la Fundación 1884 Casa Museo del Carnaval, que después de muchos años no llegó a rematar el proyecto que al final sacó adelante el Gobierno de Kichi en el Palacio de Recaño, un enclave al que siempre se ha opuesto Emilio Aragón, que antes había creado una plataforma para que el equipamiento estuviera en La Viña y dinamizara al barrio. “El Museo del Carnaval merecía una construcción de nueva planta que se adaptara a sus necesidades y no al revés. Es un tema que me ha dejado profundamente decepcionado y así se lo dije a Kichi”, afirma.
Aragón, a comienzos de este siglo, consiguió que la publicidad de la Caja San Fernando apareciera en el escenario del Falla durante el COAC, repartiéndose el dinero aportado entre las agrupaciones participantes. Esto se negoció con el presidente de la Asociación de Autores, José Antonio Valdivia, “un gran amigo mío al que no se le ha hecho justicia por todo lo que dio al Carnaval y lo que hizo por las agrupaciones, que yo lo sé de primera mano”.
Otra de las iniciativas carnavalescas de Emilio Aragón fue llevar a las agrupaciones premiadas a cantar, el día después de la final, a la plaza de San Francisco de Sevilla, un evento que se inició en 1996. “Al principio iban a cantar al teatro de la Caja, al lado de esa plaza. Yo estaba destinado en Sevilla y me encargaron organizar este tema. Se me ocurrió sacarlo a la calle porque aquello se nos quedó pequeño. En la Caja me dijeron que estaba loco, pero yo sabía que en Sevilla había una gran afición. Quedaba hablar con el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, porque tenía que cortarme el tráfico desde El Salvador. Estaba reticente, pero me busqué un apoyo: a su mujer le encantaba el Carnaval”, rememora.
Aquello fue un gran pelotazo, con 15.000 personas en la calle para ver a las premiadas en el Falla. Emilio Aragón cuenta una anécdota de aquellos años: “En el año 2000 la comparsa ‘La milagrosa’ de Martínez Ares no fue a la final y recibí una carta de un grupo de fans de la comparsa en Sevilla, con recogida de firmas. Esa vez llevé a tres agrupaciones premiadas más la de Ares”, expone mientras enseña la carta y las rúbricas reunidas.
De espíritu inquieto, Emilio Aragón es actualmente delegado de la Asamblea Hércules de Oro, que cada año premia a quienes han trabajado por el Carnaval de Cádiz, principalmente en lo relativo a la fiesta en la calle. Pasó a integrar este colectivo tras recibir el reconocimiento en 2010.
De botones en el Banco de Madrid a director de sucursal en la Caja de Jerez
Emilio Aragón Prián nació el 1 de septiembre de 1952 en la calle Panamá, hoy Paco Alba, junto a la plaza Pinto. Estudió en el colegio de La Palma y luego en La Salle Viña. Hizo el Bachillerato en el instituto Columela. En 1968 entró como botones en el Banco de Madrid, donde fue ascendiendo hasta la oficialidad primera. En 1980 le fichó la Caja de Ahorros de Jerez, dirigiendo desde 1981 la dirección de la oficina de su barrio. Luego desempeñó distintos cargos como subdirector de zona, director comercial de la provincia o jefe de la Obra Social de Caja San Fernando (fusión de la caja de Jerez con la de San Fernando de Sevilla). Se jubiló en 2009 trabajando en Sevilla, siendo director de la Obra Social de Cajasol (fusión de San Fernando con El Monte). También fue gerente del Consorcio del Bicentenario. Está casado con Fernanda Chirino Mejías. Tienen tres hijos: Patricia, Emilio y Miguel. Y cuatro nietos: Carlota, Celia, Gonzalo y Alonso.
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