Finalistas sin grandes sorpresas
Mentidero
Las quinielas de los finalistas del Carnaval son fáciles de acertar. El margen de error en las apuestas es mínimo. A pesar de las preliminares, los cuartos y las semis, si antes de empezar se hace un pronóstico, muy manta hay que ser para no acertar 12 finalistas como poco. No se puede decir que las plazas se concedan de antemano. Sin embargo, hay unos criterios de gustos que se mueven poco, por lo que algunas agrupaciones compiten resignadamente, sabiendo que no pasarán de cuartos, o como demasiado de semifinales, excepto que ocurra un milagro inesperado. El coro de Nandi Migueles, la comparsa de Kike Remolino y la chirigota del Sheriff se han quedado a las puertas. Siempre hay alguna sorpresa, que es como la guinda del pastel.
En los coros tenemos a dos mixtos, el de Luis Rivero, que ganó brillantemente el año pasado, y el de los jóvenes (que llaman de los Estudiantes) que se mantiene fiel a su estilo, considerado más moderno y ajeno al Quini. Competirán con los coros laureados de Faly Pastrana y Julio Pardo, cuyo palmarés de premios es abrumador, con méritos indudables, por supuesto. A Nandi le está costando volver a entrar, y a los demás les queda el recurso de ver la final y cantar en la Plaza y en los carruseles varios.
En las comparsas, una vez que se retiraron los históricos Antonio Martín y Joaquín Quiñones, se ha quedado Martínez Ares, que regresó, y que comparte el podio de los grandes autores de comparsas del siglo XXI con Tino Tovar y Juan Carlos Aragón (sin contar al ausente Jesús Bienvenido). Es la generación posterior a los de antes. A la que también pertenece Ángel Subiela, que procede de la cuerda vocal de Martínez Ares. La cuerda de los cuatro, en general, vino de un relevo generacional. Pero a ellos no hay quien los releve.
En las chirigotas suelen pasar la del Vera, la del Selu y dos más. Ha vuelto el Canijo, que es como un Guadiana de las finales, aparece y desaparece, y cuando lo dan por liquidado regresa con más fuerza. La chirigota sorpresa del año es la de Cascana. Raro es que no entre una chirigota nueva en la final. Queda bien para adornar.
En los cuartetos, ha aumentado el nivel con el regreso de Morera. Y eso ha facilitado un acontecimiento histórico: final con cuatro cuartetos. No hace tanto que dieron por muertos a los cuartetos, y ahora están vivitos y coleando.
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