'El balsero' es un uno
Proyecto carnavalero de Jesús Bienvenido en el Pay Pay
El músico y carnavalero Jesús Bienvenido sorprende con un proyecto carnavalero que bebe tanto del espíritu del Concurso como de la calle
Cádiz/Coquetear con el misterio siempre conlleva riesgos. Y es que la imaginación es infinita y tiene poderosas hijas, las expectativas, siempre tan traicioneras. Sin embargo, si a la diosa fortuna le da por mirarnos a los ojos y convertir el as escondido en la manga en jugada maestra, presumamos con la cabeza alta y el pecho henchido porque el triunfo ya es nuestro. Ay el misterio, ese arma de doble filo, con la que se ha atrevido a jugar el músico y carnavalero Jesús Bienvenido con ‘El balsero’, cubierto de velos y penumbras siempre con el objetivo de sorprender –todo un reto en la era de la comunicación instantánea– al espectador que se acerque al café teatro Pay Pay donde navega este original proyecto carnavalero. No hay imágenes, no hay vídeos, no hay filtraciones. Campo abierto para las expectativas... Construyan, pues, las propias. Sin miedo. No saldrán defraudados.
‘El balsero’ es un uno, que se diría en el argot concursero. No compite con nadie, cierto, pero vence al mayor enemigo (como ya les dije, las expectativas...) con una propuesta que navega entre el espíritu de comparsa de COAC, de chirigota callejera, de romancero, incluso, de monólogo, llegando a buen puerto y ofreciendo al espectador un rato más que agradable y, si entra en el juego que le propone su autor, una auténtica sorpresa.
Por eso, por contribuir a una experiencia realmente completa, no será este periódico quien les revele el contenido de ‘El balsero’ que, simplemente por situarles, les conducirá a un escenario posapocalíptico en el que un único superviviente (¿uno solo?) les relatará su historia entre presentación, pasodobles, cuplés, tres estribillos diferentes y otras expresiones musicales ligadas a nuestra tierra.
No seré yo quien les diga quién es el simpar Willy, ni les describa las hechuras de esa balsa ideada por Keko Trinidad con tanta imaginación y gusto. No seré yo quien les descubra la temática de una tanda de pasodobles contundentes, actuales, reveladores, comprometidos (y con el pellizco caletero santo y seña de su autor); ni de los giros de los envidiables cuplés, de esos que nos hablan más de las noticias de un periódico que de los realitys de Telecinco. Rara avis en el templo de Fragela...
Pero, sobre todo, no me atrevería a detallarles el contenido de los textos que con tanta naturalidad interpreta Bienvenido en, quizás, su faceta más inesperada, la de actor. Y es que, con solvencia, sin histrionismo, ni impostura (y bastante gracia) nos va seduciendo con la historia, bien cimentada, de este balsero tan cómico como sentimental, equilibrando ambas facetas del personaje a lo largo de una dramaturgia sencilla pero efectiva.
Y, sin embargo, no exenta de dificultades. Y es que aunque el protagonista de esta historia está solo (¿o no?), el artista, Jesús Bienvenido, no. Así, los músicos Andrés Hernández Pituquete (guitarrista) y Raúl Domínguez Botella (percusionista) son los encargados de poner, no sólo la banda sonora a este relato, sino la profundidad y hasta la magia, ya que están sin estar (con todo el trabajo profesional que un entendimiento a ciegas supone...)
‘El balsero’ es un uno porque es único en su género, porque se tira de cabeza, y a solas, a la vanguardia, porque no necesita amigos ni enemigos, sólo libertad. ¿O acaso no es la libertad la que ilumina el camino de los primeros? Porque balsero y luego... (ya lo entenderán...)
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