José Luis Alcántara: “Hicimos la comparsa ‘Nos quedamos de piedra’ en solo un mes y medio”

Retrocarnaval

Dotado de un privilegiado oído hizo cantar incluso a quienes tenían ladrillos en las orejas y dejó, junto a su hermano Paco, un buen ramillete de comparsas antes de retirarse en el año 2007

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José Luis Alcántara en una plaza de la Segunda Aguada.
José Luis Alcántara en una plaza de la Segunda Aguada. / Lourdes De Vicente

Músico de campanillas y con un oído privilegiado, José Luis Alcántara dejó grandes perlas en forma de pasodoble en la historia del Carnaval. Gracias, en buena parte, a que es “muy autocrítico” con lo suyo, lo que le da libertad para ser crítico con los demás. Dejó la fiesta hace 16 años, pero los buenos aficionados no olvidan su gran aportación.

“Yo cantaba Carnaval desde niño, en el barrio. Los pocos turistas que pasaban por la Alameda entonces se paraban a escucharnos. Había mucha afición en el Mentidero. También nos reuníamos en la escalerilla de Medicina a cantar, que venía también Bustelo, y en las rocas del bar Arrecife en La Caleta”, destaca Luis evocando sus primeros coqueteos con las coplas.

Al Carnaval oficial llegó en 1978 como componente, con su hermano Jaime, de la comparsa ‘Los segadores’. En 1979 salió con ‘Ilusión y ejemplo’ y en 1980 en ‘Los truhanes’. Todas ellas juveniles. “A la vez, en 1980 sacamos mi hermano Paco y yo nuestra primera agrupación: la comparsa infantil ‘Sueños de infancia’, segundo premio, donde debutó Ramoni con solo ocho años”, recuerda.

Con solo 19 años, Luis Alcántara dio un salto con pértiga en la fiesta. De la cantera al grupo de Enrique Villegas. “Ya un guitarra de la peña Nuestra Andalucía, que vivía en Enrique de las Marinas, me dio el toque para irme con esa comparsa porque me había escuchado cantar en el barrio. A mí eso me asustaba, yo era un niño”. Al final se llevó Villegas el gato al agua. El coplero volvía a Cádiz después de dos años sacando comparsas provinciales y estaba formando un nuevo grupo dirigido por Antonio ‘Alemania’. Así es como nació ‘Hijos de la noche’.

“Con 'Hijos de la noche' me cansé de que no se diera valor al grupo, porque allí éramos unos cuantos los que ayudábamos a afinar: Gueli y Salvi Villegas, Faly Mosquera, yo...”.

“Fue una experiencia muy bonita y a la vez muy dura. Yo era un chavalito trabajando en el pescado en el mercado de San José. A las seis de la mañana tenía que estar en el puesto. Y ensayábamos precisamente allí, en un sótano, desde las ocho de la tarde hasta las 12 o 1 de la madrugada. Así eran los ensayos con Enrique. Se llevaba una hora para un quejido. Había noches que lloraba porque tenía que ir hasta el Mentidero, cenar, dormir dos o tres horas y volver a trabajar”.

No siguió en este grupo por “desavenencias” con el Alemania. “Me cansé de que no se diera valor al grupo, porque allí éramos unos cuantos los que ayudábamos a afinar: Gueli y Salvi Villegas, Faly Mosquera, yo...”, afirma.

En 1982 hizo Bustelo ‘Muñecos de cabalgata’ y Luis se incorporó a un grupo que, en parte, sería el germen de un conjunto histórico. “Aquella comparsa no cuajó. Repartimos, en vez de dinero, dos o tres fotos”, señala. Alcántara, Pepe el Caja, Mejías, Pedro Pablo Hidalgo… estos componentes se unieron a otros de ‘Dioses del Olimpo’ para hacer ‘Robots’ con Joaquín Quiñones y Aurelio Real. “Fue algo distinto, fuera de lo común para la época. Y el grupo era muy bueno y estaba trabajado”, expone.

Al año siguiente, ‘Barriletes’ no tuvo la misma suerte. Luis, que siempre estuvo “junto a los autores ayudando en la afinación y en el montaje del repertorio”, explica que “el pasodoble tenía una dificultad enorme. No se llegaba al final. ¡Para quejarse el Caracol! Aurelio quería bajar medio tono, pero no era la solución. Tuve que hacer un transporte en la mitad del trío, menos mal que nadie se dio cuenta”.

El pasodoble de ‘Entre rejas’ era de una "lentitud extrema, pero la comparsa cuajó y eso es lo que importa”

Para 1985, la falta de entendimiento entre Joaquín y Aurelio hace que el grupo decida irse con Antonio Martín. “El grupo quería que yo hiciera la música, pero yo no estaba por la labor. La comparsa se iba a llamar ‘La creación’. Yo me fui donde se fue el grupo, que es con quien convivía. Y salimos en ‘Entre rejas’, una comparsa histórica”, apunta. Para su gusto, con un pasodoble “con una lentitud extrema”, pero la agrupación “cuajó y eso es lo que importa”.

Luis decidió no seguir para ‘Soplos de vida’ en 1986. “El sacrificio con ‘Entre rejas’ fue enorme. No tenía vida con todos los fines de semana cantando sin descanso. Y algún fin de semana libre a lo mejor te llamaban para un compromiso de última hora con los planes hechos. Dije ¡quieto!”, declara.

Para 1986 se propuso, junto a su hermano Paco, hacer una chirigota. Fue ‘Los miembros del jurado’, una de las más destacadas (y en las quinielas de muchos aficionados para la final) en ese polémico año de ‘Los cubatas’. El buen hacer de los hermanos Alcántara hizo que se fijara en ellos un grupo joven y emergente como el de El Petra y Manolo Santander. “Ellos estaban con el Noly, que es de los mejores músicos de chirigotas que hay, si no el mejor, y no conseguían entrar en la final. Nos llamaron e hicimos ‘Las olas der campo er sú’. Y mira, finalista”.

El sacrificio con ‘Entre rejas' fue enorme. No había un fin de semana de descanso y dije ¡quieto!”

De cara a 1988 se torcieron las cosas. “A partir de ahí llegó la guasa. Llevé el pasodoble para ‘Los del perejil lacio’ y me encontré con un grupo en corro que yo no sabía si estaba en un local de ensayo o en un tanatorio. A mi hermano le dije: “Aquí se cuece algo”. Canté el pasodoble y no hicieron ni un gesto. El Petra opinó y todos hicieron el mismo gesto. Estaba guionizado. Y me dijo El Petra que si podía cambiar el pasodoble. Entonces le contesté que no había problema, que me llevaba la guitarra y tan amigos. No podía aceptar eso. Luego resultó uno de los pasodobles más bonitos que llevó ese grupo”, reflexiona.

El proyecto siguió adelante, pero la relación entre autores y grupo ya se había enfriado. “Había desconfianza e intromisión en la autoría”, asegura. “Mi hermano hizo alguna letra más y lo dejamos. La chirigota la terminó Manolo Santander”, añade. El resultado, un segundo premio.

Los Alcántara se embarcaron por primera vez para hacer una comparsa de adultos en 1989. Y el debut no pudo ser más fructífero: primer premio con ‘Nos quedamos de piedra’ representando a un hipotético Museo del Carnaval. Pero no fue fácil llegar hasta el Falla. Ni mucho menos. “La hicimos en un mes y medio. Nos costó la misma vida formar el grupo. Sobre el 10 de diciembre teníamos una cuarteta del popurrí y dos pasodobles. Y faltaban cinco componentes. Completamos el grupo, aunque con solo dos guitarras, y pudimos seguir a la carrera, con mi hermano escribiendo como un mono. Fue de locos. Yo no ensayé ni un día con la guitarra. La cogí por primera vez el día antes de debutar en el Falla. Demasiado bien salió aquello. No lo esperábamos, claro”. Ganaron por delante de dos comparsas favoritas: ‘Tras la máscara’ y ‘Soldaditos’.

Dice, con sinceridad, que ‘Fin de fiesta’, la comparsa siguiente en 1990, no pagó el precio del pelotazo del año anterior. “Vamos a ser serios. No se acertó y punto”. Un descanso en 1991 les sirvió para proyectar ‘La fragata’, que se vio envuelta en una gran polémica con el jurado. “Estábamos, por puntuación, en la final. Y se quedaba fuera una comparsa que no convenía que se quedara fuera. Es verdad que cometimos el error de no entregar un cuplé, cuando era obligatorio entregar las letras. Nos puntuaron el cuplé “por oídas”, y sí el estribillo que estaba en papel. Fue un descaro. Había que hacer hueco para otra comparsa. Me gustaría, ahora que ha pasado el tiempo, que me explicaran qué pasó. Porque esas explicaciones son buenas para no volver a cometer esas injusticias”.

La decepción quitó a los Alcántara las ganas de Carnaval y descansaron en 1993 y 1994, para volver con fuerza con una comparsa de jóvenes llamada ‘Taller de melodías’, cuarto premio en 1995. “Pasaron hasta 40 chavales por las pruebas”, señala. “Fue una experiencia bonita. Tenía 15 chavales que eran 15 loros atentos. Eran esponjas. Hicimos un ensayo con la comparsa de Quiñones y Pepito Martínez, ‘Charrúas’. Ellos nos invitaron a ser teloneros. Decía Faly Mosquera que si empezaban ellos y luego nosotros, los chavales podían quedar en mal lugar. Bueno, vale. Cantamos y me llega Pepito y me dice ‘Estoy con la boca abierta’. Esas cosas, viniendo de un gran músico como él, son las que reconfortan”, afirma con orgullo.

Llegó luego la última etapa de Luis Alcántara como autor (su hermano Paco siguió un poco más) con comparsas muy bien cantadas, pero sin éxito en el COAC (reconoce que la mayoría “de segundo plano”) a excepción de alguna como ‘La mina de plata’, tercer premio de 2002. “Fue duro porque durante los ensayos falleció nuestra madre. No tenía ganas de seguir, pero la familia nos convenció. En la final le cantamos su pasodoble. Le dijimos al jurado que por favor soltara los bolígrafos. Que no queríamos aprovecharnos de la pena para conseguir puntos”, relata.

Una que estuvo muy cerca de entrar en la final fue ‘Los negritos musicales’, en 1999. “Otra decepción gorda. Para una vez que casi todo el mundo nos metía en las quinielas…”, lamenta.

En 2007, tras sacar ‘El ensayo’, se cortó la coleta. “Esta última experiencia me quemó y desde entonces me han pedido muchas músicas, pero no me apetece. Y sacarse un CIF, papeles, constituir una empresa para hacer una comparsa… Muchos quebraderos de cabeza además de montar la agrupación. El concurso está feo y Cádiz carece de aficionados. Se ha perdido el sabor en el Falla, en los camerinos. Nos llevan de un lado a otro como a ratones americanos en un circuito. Y como esto no es un trabajo, es una afición, pues no estoy para aguantar eso”, concluye.

Un comparsista del número 32 de Adolfo de Castro

José Luis Alcántara Pedemonte nació el 12 de mayo de 1961. Su barrio es El Mentidero y su casa natal el 32 de la calle Adolfo de Castro. Estudió en el colegio Generalísimo Franco (ahora Campo del Sur). Ha desempeñado varios trabajos, jubilándose por enfermedad en el hospital Puerta del Mar como celador en 2003. Está casado con Sara, madre de Paula, que Luis considera como su hija. Tiene dos hijos de su matrimonio anterior: José Luis y David. Es primo de grandes comparsistas como Purri y Carli Sibón Pedemonte y hermano de Paco Alcántara, que puso la letra a todas las agrupaciones de nuestro protagonista.

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