Ley de vida
comparsa
FICHA
Localidad: Cádiz
Letra y música: Antonio Martín García
Dirección: Pedro Ramos de la Flor
Representante: José Manuel Fernández Caro
En 2016:Comparsa Los invencibles
El tipo. Los viejos copleros y la savia nueva del Carnaval. Las coplas. No hay nada más triste que una despedida. Aunque quedarán para la historia las coplas de sus 50 carnavales. Veteranos y savia nueva, a pesar del choque entre generaciones, brindan unidos por la trayectoria de Antonio Martín. Un beso a las tablas para decir adiós. Una emoción que se desborda en el Falla tras el segundo pasodoble. Una copla con la que Antonio se retira -o no, eso todavía lo tiene que decidir el jurado- de la fiesta. 50 años que se resumen entre la calle San Vicente, la plaza de la Cruz Verde, el tanguillo gaditano, la rosa de 'Capricho andaluz', Rosarillo y Carmela, los compases chirigoteros o el pregón a su Caleta. A pesar de la despedida, Antonio seguirá rondado a Cádiz "al igual que el levante por sus esquinas". Una despedida gaditaneando. El teatro se cae. Nada tiene que ver la primera letra con el punto sentimental de la actuación, ya que se meten en la crítica política al denunciar la situación de un país de corruptos, sinvergüenzas y golfos. Mientras que "los salvapatrias" se esconden detrás de la bandera, reclaman que se necesitan más hospitales, escuelas, trabajo y libertad en vez de fusiles y desfiles. Incluso, no fallan tanto en los cuplés como en anteriores pases. En los dos, dedicados a la propia comparsa, Kike Mayones sigue igual de feo. La pasión se desborda al final del popurrí al interpretar la presentación de 'Caleta' mientras que baja el telón. Hasta siempre, maestro.
En cuartos
Las coplas. Viejos copleros y jóvenes carnavaleros que se unen para cantar por Cádiz. Una manera de sentir diferente. La copla gaditana en estado puro. Un repertorio que no evita el punto emocional de ver a los veteranos en el escenario. En una modalidad dirigida hacia un gusto globalizado, esta comparsa juega en una liga diferente, como se ve en un segundo pasodoble en el que los mayores dan un paseo con los jóvenes para que vean La Caleta como ellos. Un tipo de letra que ya no se usa para competir. Algo que sí hace en la primera, en la que piden a las mujeres que se rebelen contra la violencia machista como hizo Teresa Rodríguez. Cuplés irregulares a Donald Trump y la confusión de una pareja con los geles de frío y calor. En Cádiz hay que vivir.
En preliminares
las coplas. Una copa y una copla. El recuerdo a los 30 años de 'Soplos de vida' lleva a las tablas a la mejor delantera de la historia de la comparsa: Catalino, McGregor, Caracol, Kike Mayones y Perico Ramos. Casi ná. Aunque ya no tienen la fuerza de antaño -los años pesan-, el gusto y la manera de cantar no se pierde. Cuando unos ya van de retirada, los jóvenes emergen y quieren ocupar su lugar. Un choque generacional al que Martín le saca mucho provecho en todo el repertorio, en el que los viejos aconsejan desde la presentación a los novatos que en Cádiz hay que vivir. Martinismo desaforado en el Falla. El público se vuelca y las coplas atrapan. Pasodoble con el sello de siempre, un sabor inconfundible que se vuelve original en el trío al alternar las voces de los veteranos y los noveles para acabar rompiendo con fuerza. En las letras, Antonio se expresa a su forma para defender por un lado la fusión con los nuevos chavales en un Carnaval en el que "cabemos todos", pero que debe tenerle respeto a la esencia y las raíces sin olvidar el pasado y sin ensuciar "la fuente de la que bebimos". En la segunda, emociona el recuerdo a la gente de Los Pabellones y a Enrique Miranda por hacer posible que Miguel Clares fuera Cartero Real. Cuplés de comparsa clásica -hasta en eso hay que atinar- a un televisor 3D y a Cristóbal Montoro por querer quitar de la circulación el dinero en efectivo. Popurrí por Cádiz para defender una manera de entender la comparsa y la fiesta. Es ley de vida que el tiempo pasa, pero los viejos copleros nunca mueren.
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