El coro mixto o la historia de un grupo indispensable en el Carnaval

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Luis Frade presenta hoy en la Casa de Iberoamérica el libro ‘El coro de Las Niñas’

Luis Frade posa en la hemeroteca de ‘Diario de Cádiz’ con un ejemplar del libro.
Luis Frade posa en la hemeroteca de ‘Diario de Cádiz’ con un ejemplar del libro. / J.S.R.

Fue una institución en el Carnaval de Cádiz durante más de 15 años. Además, hizo historia por incluir a la mujer en un mundo dominado por hombres y acabó, a golpe de tangos, convenciendo a los más escépticos. El coro mixto, el de Adela del Moral. Uno de sus baluartes, Luis Frade, ha escrito un libro que repasa la historia de esta agrupación y que presentará hoy a las 19.00 horas en la Casa de Iberoamérica, acompañado por Juan Manzorro, periodista de Canal Sur; Javi Osuna, prologuista; María Alcantarilla, correctora y diseñadora; y David Navarro, teniente de alcalde de Presidencia.

'El coro de las niñas' llevaba años en la cabeza de Frade. Ahora, con más tiempo, se ha decidido a escribirlo. Y cuenta que el origen del coro está en la pandilla de amigos y amigas que en el Carnaval de 1980 decidieron sacar un coro a pie. “El 16 de febrero de 1980 nos disfrazamos por primera vez en la plaza de España para cantar en la escalinata del Monumento a las Cortes. Nos lanzamos a salir, aunque nuestras novias eran muy reacias a disfrazarse. Por eso elegimos el nombre de ‘Jomeini y sus secuaces’, para que fueran tapadas con velo. También nos conocían como ‘Gaspar y el gusanillo del Carnaval’. El padre de Adela hizo un tango y de ahí partió todo. Salimos incluso en la cabalgata en una batea que solicitamos al Ayuntamiento”, evoca Frade.

Al año siguiente decidieron sacar ‘Los mariscaores gaditanos’ para salir los fines de semana de Carnaval. “Adela hizo el tango y una noche llegó por el ensayo Manolo de Palacio, uno de los mejores músicos de aquellos tiempos, que después de escucharnos nos animó a ir al Falla. Nos inscribimos a espaldas del coro, por decisión mía y de otros compañeros”, explica. Al día siguiente del cierre de inscripción publicó Diario de Cádiz el nombre haciendo hincapié en que era el primer coro mixto de la historia. “Esa noche en el ensayo se formó una gran bronca, porque muchos componentes no querían concursar. Lo votamos y salió el sí por un voto”, apunta.

“En ningún momento quisimos hacer un coro para reivindicar a la mujer en el Carnaval. Lo hicimos con toda naturalidad. Éramos jóvenes y salíamos en pandilla"

Desde ahí hasta 1997, quince coros, diez de ellos en la final, con dos descansos: 1992 y 1995. Y dos primeros premios, tres segundos, tres terceros, un cuarto y un quinto. En cada capítulo, por cada Carnaval, cuenta Frade cómo se gestó el coro y qué ocurría en Cádiz y en el mundo ese año. Se añade también un artículo de un componente del coro contando sus vivencias.

Tras escribir el libro Luis Frade ha llegado a la conclusión de que “éramos una familia más que un coro”. De hecho los ensayos se llenaban de niños, de biberón y teta en los primeros años. Y un apunte: “En ningún momento quisimos hacer un coro para reivindicar a la mujer en el Carnaval, la verdad. Lo hicimos con toda naturalidad. Éramos jóvenes y salíamos en pandilla. Probamos el Concurso, llegamos a la final el segundo año y ya el veneno estaba dentro”.

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